El más grave fue un doble ataque en el barrio diplomático en la capital Kabul, donde perdieron la vida 25 personas y 49 resultaron heridas, según confirmó a dpa el portavoz de la policía, Hashmat Stanakzay. Según la organización Reporteros sin Fronteras, entre los fallecidos hay nueve periodistas.
El Ministerio afgano de Salud reconoció sólo 22 víctimas mortales, pero los organismos gubernamentales del país son conocidos por intentar minimizar las cifras de los ataques.
El otro gran atentado tuvo lugar en la provincia de Kandahar, donde un suicida se hizo volar por los aires cerca de una mezquita llevándose la vida de 11 niños. Además, en la provincia de Nangarhar perdió la vida un funcionario de la Policía.
Los dos atentados de Kabul, cuya autoría reivindicó el EI, se produjeron en un breve intervalo durante la hora punta laboral en el barrio de Shashdarak, donde se encuentran, entre otros edificios, el cuartel general del servicio secreto NDS, la embajada de Estados Unidos y el cuartel general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Primero, un terrorista hizo estallar su motocicleta cargada de explosivos en un puesto de control cerca del cuartel general del NDS, dijo a dpa el portavoz policial de Kabul. Las fuerzas de seguridad confirmaron a medios locales que las víctimas eran civiles.
Poco después, un terrorista suicida que llevaba una cámara, supuestamente para hacerse pasar por un periodista, se voló por los aires entre un grupo de reporteros que estaban cubriendo el primer atentado y donde varias personas llegaban a atender a los heridos, agregó el portavoz Stanakzay. La agencia de noticias francesa AFP confirmó la muerte del jefe de su equipo de fotógrafos, Shah Marai.
La directora de información de la agencia, Michèle Léridon, alabó por su valor al fotógrafo en Twitter. Informó con "total profesionalidad" de sucesos "traumáticos y horribles", señaló. Su muerte es un "golpe terrible" para toda la agencia de noticias. Otros compañeros de diversos medios rindieron también tributo al fotoperiodista en las redes sociales.
Existen distintas versiones acerca del número exacto de periodistas muertos y heridos. Según el Ministerio de Salud, fueron cinco mientras que el Comité para Seguridad de Periodistas de Afganistán (AJSC, por sus siglas en inglés) comunicó siete y otras fuentes hablaron incluso de diez. La mayoría de ellos trabajaban para medios afganos.
"Este suceso muestra que Afganistán, donde se producen habitualmente actos violentos contra reporteros y asesinatos de reporteros, es el país más peligroso para los periodistas", dijo a dpa el portavoz de AJSC, Najib Sharifi, y añadió que este tipo de sucesos suponen una gran amenaza para la libertad de expresión y de prensa.
En 2017 fueron asesinados 21 periodistas en Afganistán, según activistas de la ONG Nai. Según Reporteros Sin Fronteras (RSF) ese mismo año perdieron la vida nueve periodistas mientras trabajaban. Además, RSF consideró que Siria, México y Afganistán son los tres países más peligrosos para ejercer el periodismo.
Estados Unidos condenó duramente el doble atentado y expresó sus condolencias a los familiares, amigos y compañeros de las víctimas. En un comunicado publicado en la web de la embajada, el Gobierno estadounidense valoró sobre todo a los "valientes periodistas" que perdieron la vida ejerciendo su trabajo. "Allí donde los medios de comunicación están en peligro, todos los demás derechos humanos están aún más amenazados", decía.
También Francia condenó el atentado de Kabul en los más duros términos, manifestando su defensa a la libertad de opinión y prensa como "pilares centrales de una sociedad libre y democrática", señala un comunicado colgado en la web de su embajada en el país asiático.
El comando de las fuerzas de combate de la OTAN en Afganistán, John Nicholson, condenó también los "cobardes atentados", al tiempo que señaló que los "enemigos de Afganistán" no vencerán. "Las acciones de esta magnitud sólo refuerzan nuestro compromiso inquebrantable con el pueblo de Afganistán".
Los ataques de hoy son ya el octavo mayor atentado en Kabul desde comienzos de año. En los primeros cuatro meses de 2018 fallecieron al menos 254 personas y resultaron heridas 368 en la capital afgana.
En el sur, un suicida se llevó la vida de 11 niños en un atentado cerca de una mezquita en el distrito de Daman, en la provincia de Kandahar, en el que también resultaron heridas 16 personas, entre ellas nueve civiles, dos policías y ocho soldados rumanos. Los militares se encuentran estables, informó la misión Resolute Support de la ONU. Según la Policía, el terrorista hizo estallar su vehículo al paso de un convoy de soldados extranjeros.
Los talibanes no se pronunciaron aún sobre el atentado. Este grupo insurgente anunció la semana pasada una escalada de los ataques en su ofensiva de primavera, un anuncio que fue interpretado como una negativa a aceptar eventuales negociaciones de paz, pese a que no rechazaron oficialmente una propuesta presentada en febrero por el presidente Ashraf Ghani.
En la provincia de Nangarhar también murió en un atentado, cuya autoría tampoco ha sido reivindicada por el momento, el jefe de la Policía judicial del distrito de Behsud. Además resultaron heridos otros tres policías, así como el vicegobernador del distrito, informó la cadena Tolo News citando a las autoridades.