En un comunicado, la LDH pide "que por voz de las más altas autoridades de la República sea reconocido el crimen de Estado que fue la violenta represión de la manifestación desarmada de argelinos en París el 17 de octubre de 1961".
Para la LDH, "este episodio es emblemático de la violación de los derechos humanos cometidos a lo largo del periodo colonial, en especial durante la guerra de Argelia, en la que Francia se alejó con frecuencia de los valores que proclamaba".
"Para que se esclarezca el drama, cincuenta años después, la LDH pide que se garantice la libertad de acceso a los archivos", añadió.
La organización pide abrir los archivos del consejo interministerial del 5 de octubre de 1961, de los consejos de ministros de ese periodo y del ministerio del Interior, la Prefectura de policía, el primer ministro y el ministerio de Relaciones Exteriores.
Cincuenta años después, el silencio oficial pesa aún sobre la sangrienta represión, cuando manifestantes argelinos fueron lanzados al Sena, o muertos por bala o con el cráneo destrozado con picas o culatas de fusiles.
En un momento de bloqueo en las negociaciones llevadas a cabo desde hacía seis meses entre el gobierno francés y los independentistas argelinos, el FLN convocó una manifestación "pacífica" para protestar contra el toque de queda impuesto a los argelinos en la región parisina.
El balance oficial fue de tres muertos y 64 heridos, pero el saldo real es probablemente de 200 muertos, o de "varios centenares", según el historiador Jean-Luc Einaudi.
Para la LDH, "este episodio es emblemático de la violación de los derechos humanos cometidos a lo largo del periodo colonial, en especial durante la guerra de Argelia, en la que Francia se alejó con frecuencia de los valores que proclamaba".
"Para que se esclarezca el drama, cincuenta años después, la LDH pide que se garantice la libertad de acceso a los archivos", añadió.
La organización pide abrir los archivos del consejo interministerial del 5 de octubre de 1961, de los consejos de ministros de ese periodo y del ministerio del Interior, la Prefectura de policía, el primer ministro y el ministerio de Relaciones Exteriores.
Cincuenta años después, el silencio oficial pesa aún sobre la sangrienta represión, cuando manifestantes argelinos fueron lanzados al Sena, o muertos por bala o con el cráneo destrozado con picas o culatas de fusiles.
En un momento de bloqueo en las negociaciones llevadas a cabo desde hacía seis meses entre el gobierno francés y los independentistas argelinos, el FLN convocó una manifestación "pacífica" para protestar contra el toque de queda impuesto a los argelinos en la región parisina.
El balance oficial fue de tres muertos y 64 heridos, pero el saldo real es probablemente de 200 muertos, o de "varios centenares", según el historiador Jean-Luc Einaudi.