Hace cuatro años, el partido ANO (Acción de los Ciudadanos Insatisfechos) consiguió situarse como la segunda fuerza más votada tras obtener el 18,7 por ciento de los votos.
Como el ex ministro de Finanzas propone dirigir el país como una gran empresa, Babis es conocido en los medios como el "Donald Trump checo". Durante la campaña se presentó como euroescéptico y contrario a acoger refugiados.
La participación electoral fue del 60,8, similar a la registrada en 2013, se indicó.
Babis dijo esta noche ante sus entusiasmados seguidores en Praga que espera formar prontamente Gobierno y que invitó por SMS a conversaciones a todos los presidentes de los partidos.
Al mismo tiempo, el hombre que posee la segunda mayor riqueza de la República Checa acusó por la televisión local a sus opositores y a los medios de una "campaña de desinformación".
"No somos un peligro para la democracia", aseguró Babis y aclaró que su movimiento tampoco "está orientado hacia el este". Manifestó estar dispuesto a pelear por los intereses checos en Bruselas, pero recalcó que no rechaza la membresía en la UE. Además volvió a criticar la política migratoria del bloque.
La segunda fuerza más votada fueron los conservadores del Partido Democrático Cívico (ODS), con 11,3 por ciento. Su presidente Petr Fiala descartó una alianza con Babis.
Los socialdemócratas (CSSD) que gobernaban hasta ahora sufrieron un descalabro y apenas consiguieron 7,3 por ciento de los votos (en 2013 fue el 20,5 por ciento). Según indican los analistas, no pudieron aprovechar la economía floreciente ni la baja tasa de desempleo, del 3,8 por ciento.
Además los analistas se refirieron a un "terremoto político" y un "huracán". La ultraderechista Libertad y Democracia Directa (SPD), liderada por el empresario checo-japonés Tomio Okamura, pudo incrementar fuertemente su caudal electoral, a un 10,6 por ciento. "Queremos frenar cualquier islamización de la República Checa", dijo Okamura.
El Gobierno checo saliente de Bohuslav Sobotka comprende al CSSD, ANO y los cristianodemócratas (KDU-CSL). El presidente Milos Zeman ya anunció que le entregará el mandato para formar Gobierno al partido con la mayor cifra de votos.
Los escándalos no han dañado a Babis, que es dueño de los periódicos "MF Dnes" y "Lidove noviny": el Parlamento le retiró la inmunidad, la Policía lo acusa de estafa con subvenciones de la UE -concretamente diez millones de euros- y fue despedido como ministro de Finanzas por prácticas fiscales sospechosas.
Muchos se preguntan también cómo este eslovaco de nacimiento e hijo de una familia de funcionarios comunistas ha llegado a tener tal patrimonio. Su grupo empresarial Agrofert está entre las empresas de alimentación, agrarias y mediáticas más grandes de la República Checa.
Mientras tanto, el Partido Pirata, de orientación izquierdista, se encargó de dar la sorpresa y con 10,8 por ciento de los votos logró por primera vez entrar a la cámara baja del Parlamento, de 200 bancas. Durante la campaña electoral abogó contra la extensa corrupción y la legalización de drogas como el hachís y la marihuana.
Babis es un empresario populista tipo Silvio Berlusconi o Donald Trump, según el politólogo Jiri Pehe, que fue asesor del presidente Vaclav Havel (1936-2011): "En cuanto a su relación con la democracia, en el fondo no es demócrata".
Babis se refirió al Parlamento como una sala de parloteo y quiere eliminar al Senado como segunda cámara, explica Pehe. "Cree que su vocación es convertir al país en una de sus empresas".
Como el ex ministro de Finanzas propone dirigir el país como una gran empresa, Babis es conocido en los medios como el "Donald Trump checo". Durante la campaña se presentó como euroescéptico y contrario a acoger refugiados.
La participación electoral fue del 60,8, similar a la registrada en 2013, se indicó.
Babis dijo esta noche ante sus entusiasmados seguidores en Praga que espera formar prontamente Gobierno y que invitó por SMS a conversaciones a todos los presidentes de los partidos.
Al mismo tiempo, el hombre que posee la segunda mayor riqueza de la República Checa acusó por la televisión local a sus opositores y a los medios de una "campaña de desinformación".
"No somos un peligro para la democracia", aseguró Babis y aclaró que su movimiento tampoco "está orientado hacia el este". Manifestó estar dispuesto a pelear por los intereses checos en Bruselas, pero recalcó que no rechaza la membresía en la UE. Además volvió a criticar la política migratoria del bloque.
La segunda fuerza más votada fueron los conservadores del Partido Democrático Cívico (ODS), con 11,3 por ciento. Su presidente Petr Fiala descartó una alianza con Babis.
Los socialdemócratas (CSSD) que gobernaban hasta ahora sufrieron un descalabro y apenas consiguieron 7,3 por ciento de los votos (en 2013 fue el 20,5 por ciento). Según indican los analistas, no pudieron aprovechar la economía floreciente ni la baja tasa de desempleo, del 3,8 por ciento.
Además los analistas se refirieron a un "terremoto político" y un "huracán". La ultraderechista Libertad y Democracia Directa (SPD), liderada por el empresario checo-japonés Tomio Okamura, pudo incrementar fuertemente su caudal electoral, a un 10,6 por ciento. "Queremos frenar cualquier islamización de la República Checa", dijo Okamura.
El Gobierno checo saliente de Bohuslav Sobotka comprende al CSSD, ANO y los cristianodemócratas (KDU-CSL). El presidente Milos Zeman ya anunció que le entregará el mandato para formar Gobierno al partido con la mayor cifra de votos.
Los escándalos no han dañado a Babis, que es dueño de los periódicos "MF Dnes" y "Lidove noviny": el Parlamento le retiró la inmunidad, la Policía lo acusa de estafa con subvenciones de la UE -concretamente diez millones de euros- y fue despedido como ministro de Finanzas por prácticas fiscales sospechosas.
Muchos se preguntan también cómo este eslovaco de nacimiento e hijo de una familia de funcionarios comunistas ha llegado a tener tal patrimonio. Su grupo empresarial Agrofert está entre las empresas de alimentación, agrarias y mediáticas más grandes de la República Checa.
Mientras tanto, el Partido Pirata, de orientación izquierdista, se encargó de dar la sorpresa y con 10,8 por ciento de los votos logró por primera vez entrar a la cámara baja del Parlamento, de 200 bancas. Durante la campaña electoral abogó contra la extensa corrupción y la legalización de drogas como el hachís y la marihuana.
Babis es un empresario populista tipo Silvio Berlusconi o Donald Trump, según el politólogo Jiri Pehe, que fue asesor del presidente Vaclav Havel (1936-2011): "En cuanto a su relación con la democracia, en el fondo no es demócrata".
Babis se refirió al Parlamento como una sala de parloteo y quiere eliminar al Senado como segunda cámara, explica Pehe. "Cree que su vocación es convertir al país en una de sus empresas".