Un árbol caído sobre una casa, en Raleigh, Carolina del Norte.
Más de 100 tornados se produjeron como consecuencia de una fuerte tormenta que se formó el jueves y afectró a los estados sureños de Oklahoma, Texas, Arkansas, Misisipi, Alabama, Carolina del Norte (sureste) y Kansas (centro).
La tormenta se dirigió posteriormente hacia el este, a una región llamada "el pasillo de los tornados" por la frecuencia con que se producen este tipo de fenómenos. La intensidad de la tormenta disminuía el domingo, luego de haber llegado a las costas del Atlántico.
Los tornados dejaron a su paso al menos 44 muertos en seis estados, especialmente en Carolina del Norte, según un conteo hecho este domingo por la AFP, en base a datos proporcionados por las autoridades.
El saldo es de 23 muertos y 80 hospitalizados en Carolina del Norte, fuertemente azotado por los tornados el sábado, indicó la AFP Patty McQuillan, portavoz de los servicios de emergencia de ese estado, donde se declaró el estado de emergencia.
"Es la peor tormenta desde 1984 (...), más de 84.000 personas se quedaron sin electricidad. Seguramente pasarán varios días antes de que podamos restablecer la corriente", agregó.
La tormenta tumbó árboles, derribó postes eléctricos, arrancó techos de las casas y arrojó tractores y vehículos por las carreteras de Carolina del Norte.
"Es como si una bomba hubiera explotado en el jardín", dijo a la cadena ABC un habitante de Raleigh, la capital del estado, que cuenta con más de 350.000 habitantes.
En la pequeña ciudad de Dunn (centro del estado), los tornados aplastaron sobre la carretera un enorme camión y en ciertos barrios, los habitantes deambulaban aturdidos en medio de las ruinas de sus casas.
"No queda nada de mi casa, todo está destruido, roto. Y mi perro está muerto", dijo entre sollozos una mujer a la cadena CBS.
"La situación es grave. Hay un gran número de casas y comercios destruidos y muchas víctimas", dijo a la cadena ABC Mike Sprayberry, director adjunto de los servicios de emergencia de Carolina del Norte.
"El viernes nos advirtieron que las condiciones meteorológicas iban a deteriorarse. Pero nunca se sabe hasta qué punto la situación será grave", agregó.
"En los años 1980 tuvimos algo como esto. Cuando hay muertos y destrucción, intentamos ser solidarios, trabajar juntos para superar la crisis", aseguró.
Unos veinte tornados azotaron el viernes los estados de Misisipi y Alabama, mientras que otros 15 se produjeron el jueves en Oklahoma, Texas y Kansas, según el servicio meteorológico estadounidense.
Los tornados son perturbaciones climáticas que tienen una duración muy limitada, que va de algunos minutos a una media hora, pero su intensidad puede ser devastadora, con vientos que pueden superar los 200km/hora.
Con frecuencia producto de violentas tormentas, los tornados son favorecidos por el choque de masas de aire con temperaturas diferentes.
Las autoridades estadounidenses recomiendan refugiarse en albergues o en sótanos durante los tornados, así como alejarse de las ventanas y no permanecer en los vehículos.
La tormenta se dirigió posteriormente hacia el este, a una región llamada "el pasillo de los tornados" por la frecuencia con que se producen este tipo de fenómenos. La intensidad de la tormenta disminuía el domingo, luego de haber llegado a las costas del Atlántico.
Los tornados dejaron a su paso al menos 44 muertos en seis estados, especialmente en Carolina del Norte, según un conteo hecho este domingo por la AFP, en base a datos proporcionados por las autoridades.
El saldo es de 23 muertos y 80 hospitalizados en Carolina del Norte, fuertemente azotado por los tornados el sábado, indicó la AFP Patty McQuillan, portavoz de los servicios de emergencia de ese estado, donde se declaró el estado de emergencia.
"Es la peor tormenta desde 1984 (...), más de 84.000 personas se quedaron sin electricidad. Seguramente pasarán varios días antes de que podamos restablecer la corriente", agregó.
La tormenta tumbó árboles, derribó postes eléctricos, arrancó techos de las casas y arrojó tractores y vehículos por las carreteras de Carolina del Norte.
"Es como si una bomba hubiera explotado en el jardín", dijo a la cadena ABC un habitante de Raleigh, la capital del estado, que cuenta con más de 350.000 habitantes.
En la pequeña ciudad de Dunn (centro del estado), los tornados aplastaron sobre la carretera un enorme camión y en ciertos barrios, los habitantes deambulaban aturdidos en medio de las ruinas de sus casas.
"No queda nada de mi casa, todo está destruido, roto. Y mi perro está muerto", dijo entre sollozos una mujer a la cadena CBS.
"La situación es grave. Hay un gran número de casas y comercios destruidos y muchas víctimas", dijo a la cadena ABC Mike Sprayberry, director adjunto de los servicios de emergencia de Carolina del Norte.
"El viernes nos advirtieron que las condiciones meteorológicas iban a deteriorarse. Pero nunca se sabe hasta qué punto la situación será grave", agregó.
"En los años 1980 tuvimos algo como esto. Cuando hay muertos y destrucción, intentamos ser solidarios, trabajar juntos para superar la crisis", aseguró.
Unos veinte tornados azotaron el viernes los estados de Misisipi y Alabama, mientras que otros 15 se produjeron el jueves en Oklahoma, Texas y Kansas, según el servicio meteorológico estadounidense.
Los tornados son perturbaciones climáticas que tienen una duración muy limitada, que va de algunos minutos a una media hora, pero su intensidad puede ser devastadora, con vientos que pueden superar los 200km/hora.
Con frecuencia producto de violentas tormentas, los tornados son favorecidos por el choque de masas de aire con temperaturas diferentes.
Las autoridades estadounidenses recomiendan refugiarse en albergues o en sótanos durante los tornados, así como alejarse de las ventanas y no permanecer en los vehículos.