Es muy posible que Cottarelli, ex miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI), no cuente con la aprobación del Parlamento, por lo que podría haber nuevos comicios ya en septiembre.
El anuncio llega después de que la noche del domingo fracasase el intento de formar Gobierno por parte del euroescéptico Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, debido a que Mattarella se negó a nombrar ministro de Finanzas a Paolo Savona, crítico con el euro.
En caso de recibir la confianza del Parlamento, Cottarelli anunció que sacará adelante el presupuesto y se podrá votar de nuevo a principios de 2019. De no ser así, el país se encaminaría a unas elecciones "de inmediato", algo que podría suceder "después de agosto", añadió.
Ese segundo escenario parece bastante probable, ya que el M5S y la Liga anunciaron que se opondrían a la formación de un Gobierno tecnócrata y el primero amenazó incluso con un procedimiento de destitución contra Mattarella.
Ambos partidos volvieron a arremeter contra la decisión del presidente de vetar a Savona como ministro de Finanzas. "Esto no es democracia, no es respetar la elección del pueblo", advirtió el líder de la Liga, Matteo Salvini, que llamó a una nueva campaña electoral y a manifestarse.
También el líder del M5S, Luigi Di Maio, atacó al "lobby financiero" y al "establishment", que en su opinión son culpables del fracaso de la alianza de su partido con la Liga.
El M5S fue el partido que más apoyo consiguió en solitario en las elecciones del 4 de marzo, con un 32 por ciento de los votos. La xenófoba Liga logró el 17% y la coalición de centro-derecha con la que concurría alcanzó un total del 37%. Ninguno de los bloques logró la mayoría necesaria para formar Gobierno en solitario, por lo que se vieron obligados a intentar hacerlo en coalición.
Cottarelli fue director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI entre 2008 y 2013. También formó parte del Gobierno italiano del socialdemócrata Enrico Letta, donde actuó como "comisario del ahorro". Hoy garantizó la pertenencia de Italia a la zona euro y prometió mantener en orden el presupuesto italiano.
Lo que no dijo fue que el ministro designado para Economía, Savona, el que fue rechazado por el presidente de la República, no tenía planes de sacar a Italia del euro sino de acabar con las políticas de austeridad, aumentando el gasto público.
Con su elección, Mattarella esperaba tranquilizar a los mercados financieros y recuperar la confianza en Italia, pues considera que promesas electorales como la introducción de una renta básica o bajadas de impuestos podrían lastrar aún más al país, ya de por sí muy endeudado.
Lo consiguió al inició de la jornada, pero a mediodía el panorama se enturbió: la Bolsa italiana retrocedió, la prima de riesgo de los bonos de deuda italiana subió y el euro cedió sus ganancias.
Los líderes de varios países europeos confían ahora en que Italia avance por un rumbo más favorable a la UE. La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró dispuesta a cooperar con cualquier nuevo Gobierno de Italia, pero advirtió que para ello deben respetarse los principios de la zona euro.
Las medidas de austeridad han supuesto recortes en educación y sanidad, sobretodo en Italia, Grecia, España y Portugal, pero también en Francia y Alemania. Algunos empresarios, bancos y fondos financieros acusan a todos los que se oponen a las políticas de austeridad de estar en contra de la UE, lo que es falso.
Sorprendentemente, muchos políticos, como Merkel, Macron o Mattarella, y muchos periodistas, repiten estas acusaciones, como si la UE y el euro sólo pudieran basarse en políticas de austeridad.
El presidente francés, Emmanuel Macron, alabó por su parte el valor de Mattarella y le mostró su amistad y apoyo. Según Macron, Mattarella "tiene una tarea fundamental, la de mantener la estabilidad democrática e institucional de su país, algo que está haciendo con un valor considerable y un gran espíritu de responsabilidad".
El anuncio llega después de que la noche del domingo fracasase el intento de formar Gobierno por parte del euroescéptico Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga, debido a que Mattarella se negó a nombrar ministro de Finanzas a Paolo Savona, crítico con el euro.
En caso de recibir la confianza del Parlamento, Cottarelli anunció que sacará adelante el presupuesto y se podrá votar de nuevo a principios de 2019. De no ser así, el país se encaminaría a unas elecciones "de inmediato", algo que podría suceder "después de agosto", añadió.
Ese segundo escenario parece bastante probable, ya que el M5S y la Liga anunciaron que se opondrían a la formación de un Gobierno tecnócrata y el primero amenazó incluso con un procedimiento de destitución contra Mattarella.
Ambos partidos volvieron a arremeter contra la decisión del presidente de vetar a Savona como ministro de Finanzas. "Esto no es democracia, no es respetar la elección del pueblo", advirtió el líder de la Liga, Matteo Salvini, que llamó a una nueva campaña electoral y a manifestarse.
También el líder del M5S, Luigi Di Maio, atacó al "lobby financiero" y al "establishment", que en su opinión son culpables del fracaso de la alianza de su partido con la Liga.
El M5S fue el partido que más apoyo consiguió en solitario en las elecciones del 4 de marzo, con un 32 por ciento de los votos. La xenófoba Liga logró el 17% y la coalición de centro-derecha con la que concurría alcanzó un total del 37%. Ninguno de los bloques logró la mayoría necesaria para formar Gobierno en solitario, por lo que se vieron obligados a intentar hacerlo en coalición.
Cottarelli fue director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI entre 2008 y 2013. También formó parte del Gobierno italiano del socialdemócrata Enrico Letta, donde actuó como "comisario del ahorro". Hoy garantizó la pertenencia de Italia a la zona euro y prometió mantener en orden el presupuesto italiano.
Lo que no dijo fue que el ministro designado para Economía, Savona, el que fue rechazado por el presidente de la República, no tenía planes de sacar a Italia del euro sino de acabar con las políticas de austeridad, aumentando el gasto público.
Con su elección, Mattarella esperaba tranquilizar a los mercados financieros y recuperar la confianza en Italia, pues considera que promesas electorales como la introducción de una renta básica o bajadas de impuestos podrían lastrar aún más al país, ya de por sí muy endeudado.
Lo consiguió al inició de la jornada, pero a mediodía el panorama se enturbió: la Bolsa italiana retrocedió, la prima de riesgo de los bonos de deuda italiana subió y el euro cedió sus ganancias.
Los líderes de varios países europeos confían ahora en que Italia avance por un rumbo más favorable a la UE. La canciller alemana, Angela Merkel, se mostró dispuesta a cooperar con cualquier nuevo Gobierno de Italia, pero advirtió que para ello deben respetarse los principios de la zona euro.
Las medidas de austeridad han supuesto recortes en educación y sanidad, sobretodo en Italia, Grecia, España y Portugal, pero también en Francia y Alemania. Algunos empresarios, bancos y fondos financieros acusan a todos los que se oponen a las políticas de austeridad de estar en contra de la UE, lo que es falso.
Sorprendentemente, muchos políticos, como Merkel, Macron o Mattarella, y muchos periodistas, repiten estas acusaciones, como si la UE y el euro sólo pudieran basarse en políticas de austeridad.
El presidente francés, Emmanuel Macron, alabó por su parte el valor de Mattarella y le mostró su amistad y apoyo. Según Macron, Mattarella "tiene una tarea fundamental, la de mantener la estabilidad democrática e institucional de su país, algo que está haciendo con un valor considerable y un gran espíritu de responsabilidad".