Al Abadi ordenó a las fuerzas militares suspender sus operaciones por 24 horas con el fin de dejar libre el camino para el despliegue de tropas del Gobierno de Bagdad en coordinación con fuerzas kurdas en las áreas en disputa y a lo largo de las fronteras del país, dijo en un comunicado de prensa.
La suspensión permitirá a un equipo técnico de ambas partes trabajar de manera conjunta en el despliegue con el objetivo de "evitar una confrontación y un baño de sangre entre habitantes de un mismo país", detalló Al Abadi.
La decisión llega días después de que fuerzas del Gobierno y combatientes kurdos se enfrentaran cerca de la ciudad de Mosul, norte del país.
Bagdad y el Gobierno kurdo mantienen una disputa sobre el reciente referéndum independentista en la región del norte de Irak, que Al Abadi calificó de inconstitucional.
Una abrumadora mayoría de un 92 por ciento de los kurdos apoyó la independencia en el referéndum celebrado el 25 de septiembre en las áreas disputadas, incluida la rica región petrolera de Kirkuk.
Bagdad ha incrementado la presión sobre las autoridades kurdas con una prohibición internacional de vuelos, como así también con avances militares sobre Kirkuk y otras áreas reivindicadas por los kurdos fuera del Kurdistán. Al Abadi pidió además desestimar los resultados de la votación.
La suspensión permitirá a un equipo técnico de ambas partes trabajar de manera conjunta en el despliegue con el objetivo de "evitar una confrontación y un baño de sangre entre habitantes de un mismo país", detalló Al Abadi.
La decisión llega días después de que fuerzas del Gobierno y combatientes kurdos se enfrentaran cerca de la ciudad de Mosul, norte del país.
Bagdad y el Gobierno kurdo mantienen una disputa sobre el reciente referéndum independentista en la región del norte de Irak, que Al Abadi calificó de inconstitucional.
Una abrumadora mayoría de un 92 por ciento de los kurdos apoyó la independencia en el referéndum celebrado el 25 de septiembre en las áreas disputadas, incluida la rica región petrolera de Kirkuk.
Bagdad ha incrementado la presión sobre las autoridades kurdas con una prohibición internacional de vuelos, como así también con avances militares sobre Kirkuk y otras áreas reivindicadas por los kurdos fuera del Kurdistán. Al Abadi pidió además desestimar los resultados de la votación.