Por el contrario, todo apunta a que el final todavía está lejos. Lo afirma de forma muy directa hoy en su editorial el diario "El Mundo", uno de los más leídos de España: "Que nadie interprete la retirada de Puigdemont de la carrera por la investidura como el fin del conflicto".
Los separatistas tienen mayoría absoluta en el Parlamento catalán, pero Puigdemont, primer candidato oficial a jefe del Gobierno después las elecciones regionales de diciembre, no puede ser investido ya que se encuentra prófugo fuera de España, concretamente en Bélgica. El jueves anunció la renuncia "provisional" a sus aspiraciones.
En la búsqueda de un candidato alternativo, su partido eligió a Jordi Sànchez. Es una figura muy conocida en el independentismo, pero con problemas similares para superar una investidura con éxito ya que está en prisión provisional y para asumir la presidencia tendría que salir en libertad o tener permiso del juez, quien hasta ahora se lo ha negado.
La retirada "provisional" de Puigdemont -quien hoy dijo que quiere volver a ser "president" de Cataluña algún día- y la candidatura de Sànchez fueron calificadas por los sectores no independentistas como una "burla" y un "fraude" dentro de una estrategia "victimista".
"El bloque independentista catalán lleva tiempo despreciando a los ciudadanos y torpedeando las instituciones del autogobierno y, por tanto, las bases de la democracia representativa", opinó hoy el diario español "El País" en su editorial.
Los dos principales partidos independentistas, Junts per Catalunya (JxCAT, partido de Puigdemont) y Esquerra Republicana (ERC), llevan semanas negociando un acuerdo para supuestamente tratar de poner en marcha la legislatura tras la destitución del Gobierno de Cataluña por parte de Madrid y las elecciones regionales de diciembre.
Pero esta negociación ha puesto en evidencia sus diferencias. Hoy mismo, solo un día después de que Puigdemont apostara públicamente por Jordi Sànchez como su sucesor al frente del Gobierno catalán, ERC señaló a su propio líder, Oriol Junqueras, también encarcelado.
Previsiblemente, el presidente del Parlamento catalán, el separatista Roger Torrent, convocará en los próximos días a los grupos políticos para nombrar al candidato oficial alternativo a Puigdemont.
Tanto si es Sànchez como Junqueras, la decisión de que acudan o no de forma presencial a la investidura -y por tanto tengan posibilidad de superarla con éxito- estará en manos del juez.
La gran incógnita es si el independentismo tiene un plan "C" (o "D"), es decir, un candidato "limpio" que pueda ser investido sin problema.
"Con esta sucesión de aspirantes de limitado horizonte, JxCAT quizá no logre un candidato viable para presidir la Generalitat (Gobierno catalán). Pero, entretanto, alimenta su relato centrado en la idea de persecución estatal", criticó hoy el diario catalán "La Vanguardia".
En el lado de los partidos no independentistas, el liberal Ciudadanos descartó de nuevo intentar una posible investidura de su líder al considerar que no cuenta con los apoyos parlamentarios suficientes.
Cataluña está paralizada desde hace tiempo. El proceso separatista impulsado por Puigdemont, con declaración de independencia incluida, llevó al Gobierno español de Mariano Rajoy en octubre a intervenir administrativamente la región y a asumir sus competencias.
Tras destituir al Gobierno regional, el líder conservador convocó elecciones con la esperanza de que éstas pusieran fin a lo que Madrid consideró un desafío al Estado español.
Los votantes dieron de nuevo la mayoría a los independentistas y, con el respaldo de las urnas, éstos se comprometieron a "liberar" las instituciones catalanas y a seguir con su proyecto de secesión.
"No nos rendiremos, no abandonaremos, no renunciaremos mientras los argumentos sean la violencia, la imposición, el miedo, la violación de derechos fundamentales", dijo el jueves Puigdemont.
Paradójicamente, la situación judicial del independentista y de otros de sus compañeros, investigados por el llamado "procès", supone un escollo para que Cataluña recupere su autonomía.
La aplicación por parte de Rajoy del artículo 155 de la Constitución, que permite tomar medidas contra regiones que no cumplen con sus obligaciones, seguirá por norma vigente hasta que se nombre a un nuevo presidente del Gobierno catalán.
"Es grave que el secesionismo esté empeñado en bloquear el autogobierno negándose a facilitar la formación de un Govern que terminaría automáticamente con la aplicación del artículo 155", destacó "El País" en su editorial, titulado "Estafa a Cataluña".
Además, en una situación sin precedentes, no hay plazos establecidos para la investidura ni para la posible repetición de elecciones a consecuencia de la decisión del "Parlament" catalán de posponer "sine die" la sesión convocada el pasado 30 de enero tras comprobar que Puigdemont no tenía opciones de superarla con éxito.
Eso significa que solo tras la celebración de una votación de investidura, ya sea fallida o no, arrancará el reloj político en Cataluña.