"Nos hemos desplazado a Bruselas para poner de manifiesto el problema catalán en el corazón institucional de Europa, denunciar la politización de la Justicia española, su ausencia de parcialidad, su capacidad para perseguir las ideas y para mostrar al mundo el grave déficit democrático que existe hoy en el Estado español", explicó.
"No estoy aquí para pedir asilo político (...) Estamos aquí buscando garantías jurídicas que por el momento no se dan en Cataluña ni en España", añadió en una sala del Press Club de Bruselas, donde aseguró que su vuelta a Cataluña dependerá "de las circunstancias" y de "si hubiera garantías inmediatas de recibir un trato justo".
Puigdemont se enfrenta a un delito de rebelión, penado con hasta 30 años de prisión, y también de sedición y malversación por sus planes independentistas. La primera comparecencia de Puigdemont tras ser denunciado por la Fiscalía española despertó una gran expectación en Bruselas, donde habló en la sede de una asociación de corresponsales.
Junto a él estuvieron algunos de los miembros del que fuera su gabinete, todos ellos destituidos en la madrugada del sábado por Madrid a tenor de las medidas implementadas por el Gobierno de Mariano Rajoy para frenar el proceso independentista catalán.
El Parlamento de la región aprobó el viernes una resolución para crear una "república" independiente en Cataluña, que fue suspendida hoy de forma provisional por el Tribunal Constitucional español.
Ese mismo día, el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, anunciaba la destitución del "Govern" catalán en bloque, la disolución del Parlamento catalán y la convocatoria de elecciones en la región para el 21 de diciembre.
Hoy, Puigdemont confirmó que reconocerá el resultado de esos comicios, a los que concurrirá su formación, el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT). Uno de sus mayores críticos internos, el ex responsable catalán de Empresa Santi Vila, se postuló hoy como candidato de la formación.
"Las elecciones son un gesto democrático, no nos dan miedo. Si el Estado español ha querido hacer un plebiscito, lo vamos a aceptar", dijo Puigdemont.
Tras semanas convulsas en Cataluña, el lunes trascendió en la prensa el viaje de Puigdemont a Bélgica, poco después de que la Fiscalía General del Estado anunciara dos querellas contra él, contra el resto de miembros del que fuera su Gobierno en Cataluña y contra parlamentarios independentistas.
Desde Bruselas, el líder independentista pidió ayuda a Europa, pero las autoridades de la región mostraron hasta ahora su respaldo al Gobierno de Mariano Rajoy en la crisis catalana.
Aunque el líder independentista no lo confirmó hoy, en los últimos días se puso en contacto con Paul Bekaert, un abogado flamenco que en el pasado defendió a miembros del grupo separatista vasco ETA, según reveló a la prensa el propio letrado.
Junto a Puigdemont viajaron a Bélgica otros miembros del que fuera su gabinete en cataluña: algunos de su propio partido, el PDeCAT, y otros de la formación con la que ha gobernado los dos últimos años, Esquerra Republicana (ERC).
En la rueda de prensa de hoy, ofrecida en inglés, francés, español y catalán, el ex jefe del Ejecutivo regional explicó que una parte del "Govern" -concretamente nueve miembros- se desplazaron a Bruselas, mientras que el resto, encabezados por el ex vicepresidente Oriol Junqueras, sigue en Cataluña "haciendo la actividad política como miembros legítimos del Gobierno de Cataluña".
"No hemos abandonado nunca al Gobierno. Vamos a seguir trabajando a pesar de las limitaciones", dijo. "Estamos aquí en la legalidad y sin incumplir nada, que quede claro. No nos hemos tenido que esconder", apuntilló después ante las preguntas de los periodistas.
El líder independentista, de 54 años, aseguró también que no escaparán de "la acción de la Justicia" y que se enfrentarán a ella "políticamente".
Se espera que en las próximas horas el tribunal de la Audiencia Nacional admita a trámite la querella interpuesta por la Fiscalía General del Estado español contra los ex miembros del Gobierno de Cataluña, incluido Puigdemont.
El Tribunal Supremo admitió hoy otra similar contra la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, y otros diputados que el viernes propiciaron la votación de la resolución secesionista. Además, el juez instructor del caso los citó ya a declarar como investigados este jueves y viernes.
El Ministerio Público los acusa de un presunto delito de rebelión, que está penado con hasta 30 años de cárcel, y también de sedición y malversación. Puigdemont criticó que la querella de la Fiscalía "persigue ideas y no un delito" y que "es un ejemplo de máxima beligerancia por parte del Gobierno español".
"El de rebelión es un delito equiparable al terrorismo. Nunca hemos actuado con violencia y se nos compara con terroristas, por eso necesitamos la ayuda de Europa", dijo en la rueda de prensa el ex consejero catalán de Interior Joaquim Forn, también desplazado a Bruselas.
"No estoy aquí para pedir asilo político (...) Estamos aquí buscando garantías jurídicas que por el momento no se dan en Cataluña ni en España", añadió en una sala del Press Club de Bruselas, donde aseguró que su vuelta a Cataluña dependerá "de las circunstancias" y de "si hubiera garantías inmediatas de recibir un trato justo".
Puigdemont se enfrenta a un delito de rebelión, penado con hasta 30 años de prisión, y también de sedición y malversación por sus planes independentistas. La primera comparecencia de Puigdemont tras ser denunciado por la Fiscalía española despertó una gran expectación en Bruselas, donde habló en la sede de una asociación de corresponsales.
Junto a él estuvieron algunos de los miembros del que fuera su gabinete, todos ellos destituidos en la madrugada del sábado por Madrid a tenor de las medidas implementadas por el Gobierno de Mariano Rajoy para frenar el proceso independentista catalán.
El Parlamento de la región aprobó el viernes una resolución para crear una "república" independiente en Cataluña, que fue suspendida hoy de forma provisional por el Tribunal Constitucional español.
Ese mismo día, el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, anunciaba la destitución del "Govern" catalán en bloque, la disolución del Parlamento catalán y la convocatoria de elecciones en la región para el 21 de diciembre.
Hoy, Puigdemont confirmó que reconocerá el resultado de esos comicios, a los que concurrirá su formación, el Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT). Uno de sus mayores críticos internos, el ex responsable catalán de Empresa Santi Vila, se postuló hoy como candidato de la formación.
"Las elecciones son un gesto democrático, no nos dan miedo. Si el Estado español ha querido hacer un plebiscito, lo vamos a aceptar", dijo Puigdemont.
Tras semanas convulsas en Cataluña, el lunes trascendió en la prensa el viaje de Puigdemont a Bélgica, poco después de que la Fiscalía General del Estado anunciara dos querellas contra él, contra el resto de miembros del que fuera su Gobierno en Cataluña y contra parlamentarios independentistas.
Desde Bruselas, el líder independentista pidió ayuda a Europa, pero las autoridades de la región mostraron hasta ahora su respaldo al Gobierno de Mariano Rajoy en la crisis catalana.
Aunque el líder independentista no lo confirmó hoy, en los últimos días se puso en contacto con Paul Bekaert, un abogado flamenco que en el pasado defendió a miembros del grupo separatista vasco ETA, según reveló a la prensa el propio letrado.
Junto a Puigdemont viajaron a Bélgica otros miembros del que fuera su gabinete en cataluña: algunos de su propio partido, el PDeCAT, y otros de la formación con la que ha gobernado los dos últimos años, Esquerra Republicana (ERC).
En la rueda de prensa de hoy, ofrecida en inglés, francés, español y catalán, el ex jefe del Ejecutivo regional explicó que una parte del "Govern" -concretamente nueve miembros- se desplazaron a Bruselas, mientras que el resto, encabezados por el ex vicepresidente Oriol Junqueras, sigue en Cataluña "haciendo la actividad política como miembros legítimos del Gobierno de Cataluña".
"No hemos abandonado nunca al Gobierno. Vamos a seguir trabajando a pesar de las limitaciones", dijo. "Estamos aquí en la legalidad y sin incumplir nada, que quede claro. No nos hemos tenido que esconder", apuntilló después ante las preguntas de los periodistas.
El líder independentista, de 54 años, aseguró también que no escaparán de "la acción de la Justicia" y que se enfrentarán a ella "políticamente".
Se espera que en las próximas horas el tribunal de la Audiencia Nacional admita a trámite la querella interpuesta por la Fiscalía General del Estado español contra los ex miembros del Gobierno de Cataluña, incluido Puigdemont.
El Tribunal Supremo admitió hoy otra similar contra la presidenta del Parlamento catalán, Carme Forcadell, y otros diputados que el viernes propiciaron la votación de la resolución secesionista. Además, el juez instructor del caso los citó ya a declarar como investigados este jueves y viernes.
El Ministerio Público los acusa de un presunto delito de rebelión, que está penado con hasta 30 años de cárcel, y también de sedición y malversación. Puigdemont criticó que la querella de la Fiscalía "persigue ideas y no un delito" y que "es un ejemplo de máxima beligerancia por parte del Gobierno español".
"El de rebelión es un delito equiparable al terrorismo. Nunca hemos actuado con violencia y se nos compara con terroristas, por eso necesitamos la ayuda de Europa", dijo en la rueda de prensa el ex consejero catalán de Interior Joaquim Forn, también desplazado a Bruselas.