El cráneo de un Homo Heidelbergensis
Estas puntas de piedra trabajadas de manera de que puedan ser atadas a la extremidad de una lanza son comunes en sitios arqueológicos que remontan a 300.000 años atrás, señalan los investigadores.
Se sabe que ya eran utilizadas durante el período del Homo heidelbergensis, último ancestro común del hombre moderno, el Homo sapiens, y de su primo hoy extinto, el hombre de Neanderthal, explicaron.
"Aunque los neandertalianos y los Homo sapiens utilizaban puntas de lanza en piedra, este descubrimiento es el primer indicio de que esta tecnología remonta al período en que estas dos especies divergieron", apunta Jayne Wilkins, del departamento de Antropología de la Universidad de Toronto, en Canadá, autora principal de estos trabajos.
"Este descubrimiento altera nuestra comprensión de las adaptaciones de los primeros ancestros del hombre moderno", señaló.
"Parecería que los rasgos que atribuimos al hombre moderno y a sus primos cercanos ya extinguidos remontan más lejos aún", concluye la antropóloga.
"La razón por la cual los arqueros modernos equipan a sus flechas con puntas de metal finas es que son mucho más devastadoras para sus presas que una simple madera tallada, y los ancestros de los hombres lo descubrieron hace mucho más tiempo que lo que creíamos", comentó Benjamin Schoville, de la Universidad de Arizona (sudoeste de Estados Unidos), coautor del estudio.
Estas puntas de piedra fueron encontradas en 1979 durante una excavación en el sitio de Kathu Pan 1, en el nordeste de la provincia del Cabo, en Sudáfrica.
En 2010 un equipo de investigadores dirigido por Michael Chazan, de la universidad de Toronto, anunció que los depósitos en los cuales fueron halladas databan de unos 500.000 años.
Se sabe que ya eran utilizadas durante el período del Homo heidelbergensis, último ancestro común del hombre moderno, el Homo sapiens, y de su primo hoy extinto, el hombre de Neanderthal, explicaron.
"Aunque los neandertalianos y los Homo sapiens utilizaban puntas de lanza en piedra, este descubrimiento es el primer indicio de que esta tecnología remonta al período en que estas dos especies divergieron", apunta Jayne Wilkins, del departamento de Antropología de la Universidad de Toronto, en Canadá, autora principal de estos trabajos.
"Este descubrimiento altera nuestra comprensión de las adaptaciones de los primeros ancestros del hombre moderno", señaló.
"Parecería que los rasgos que atribuimos al hombre moderno y a sus primos cercanos ya extinguidos remontan más lejos aún", concluye la antropóloga.
"La razón por la cual los arqueros modernos equipan a sus flechas con puntas de metal finas es que son mucho más devastadoras para sus presas que una simple madera tallada, y los ancestros de los hombres lo descubrieron hace mucho más tiempo que lo que creíamos", comentó Benjamin Schoville, de la Universidad de Arizona (sudoeste de Estados Unidos), coautor del estudio.
Estas puntas de piedra fueron encontradas en 1979 durante una excavación en el sitio de Kathu Pan 1, en el nordeste de la provincia del Cabo, en Sudáfrica.
En 2010 un equipo de investigadores dirigido por Michael Chazan, de la universidad de Toronto, anunció que los depósitos en los cuales fueron halladas databan de unos 500.000 años.