En 1492, los conquistadores europeos llegaron a América, para comenzar lo que sería el genocidio más grande de los pueblos originarios, de sus culturas y tradiciones, cobrando la vida de millones de indígenas en las tierras del "nuevo continente".
"Los indígenas no tienen alma y por lo tanto son animales", era la frase que pronunciaban los europeos en el siglo XVI, para justificar los asesinatos y torturas de los primeros habitantes. Con estos argumentos llegaron los misioneros de una Iglesia que pretendían imponerles la hipótesis de un Dios ajeno.
Entre 70 y 80 millones de indígenas pertenecientes a las civilizaciones Azteca, Maya, Inca, Aymará, Tupí-guaraní, Araucana, Chibcha, Timote, Aruak y Karib fueron exterminados a causa de la conquista y colonización española, portuguesa, francesa, inglesa, holandesa, y danesa.
Al menos a 45 millones de africanos, quienes fueron secuestrados previamente en sus lugares de origen, los utilizaron como mano de obra esclava en la tierras de América.
A esta elevada cifra hay que sumarle los 140 millones de africanos que perecieron durante sus capturas y que fueron asesinados o arrojados vivos a las aguas del Atlántico durante las travesías entre el África occidental y el continente conquistado.
Toda forma de resistencia ofrecida por los colonizados y sus intentos emancipadores arrojaron cifras significativas para la historia.
La primera independencia
Haití, por ejemplo, fue el primer país del continente en conseguir su independencia; la logró en 1804, pero ser la primera República negra del mundo le costó encajar la muerte de más de 150 mil personas.
El suplicio que vivió en las cárceles francesas el líder independentista y antiesclavista haitiano, Toussaint Louverture (1743-1803), el asesinato de su sucesor en la lucha, Jean Jacques Dessalines (1578-1806), así como el cruento bloqueo económico, político y militar que fue impuesto contra toda la población, fueron intentos desesperados de los franceses para restablecer la esclavitud en el territorio haitiano liberado.
Actualmente Haití es uno de los países más pobres del continente americano, ya que se ahoga no sólo en las aguas de los huracanes que la azotan constantemente, sino también en las turbulentas aguas de la miseria.
TeleSUR _ 12/10/2008