Retrospectiva de Pissarro en Madrid vindica al "primer impresionista"


MADRID. - El francés Camille Pissarro, considerado "el primer impresionista" pero menos conocido que artistas como Claude Monet, es reivindicado en su papel de pionero de la pintura moderna en una gran retrospectiva ofrecida desde este martes por el museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.



Un cuadro de Camille Pissarro
Un cuadro de Camille Pissarro
Agricultores y animales, campos y huertos, las estrechas calles de un pequeño pueblo o el bosque en otoño: los paisajes rurales, privilegiados por el artista, acompañan la evolución de Pissarro hacia un juego de pinceladas y colores ávido de captar toda la complejidad de la luz.
Nacido en Santo Tomás, en las Antillas, en 1830, "Pissarro había sido, como decía Cezanne, el primer impresionista", explica a la AFP Guillermo Solana, director artístico del museo y comisario de esta exposición.
Sin embargo, "ya en vida (...) sufrió un cierto eclipse a manos de Monet, que era un pintor muy brillante con un éxito comercial arrasador" y Pissaro, 10 años mayor, "se quedó en un segundo plano", afirma.
Formada por 79 obras procedentes de museos y colecciones privadas de todo el mundo, esta retrospectiva, la primera del artista en España, quiere reivindicar su influencia en el arte de una época.
Pissarro "no es solo una especie de padre de los impresionistas, sino un genuino innovador, uno de los pioneros de la pintura moderna, entre otras cosas a través de la relación que mantuvo con Cezanne, con Gauguin o con Seurat y Signac, e incluso los consejos que le dio a Matisse", todos más jóvenes que él, señala Solana.
"La huella de Pissarro está presente en todos y cada uno de los grandes fundadores de la pintura moderna", defiende sobre este artista que, con finos anteojos y larga barba blanca, recibe al visitante desde un autorretrato pintado en 1903, año de su muerte en París.
La muestra, que se podrá ver hasta el 15 de septiembre, reúne algunas de las obras más importantes de Pissarro como la "Côte des Boeufs" (1877), paisaje de impresionantes dimensiones, y una serie de escenas rurales pintadas en los años 1880 y 1890 en Eragny, pequeña localidad de aquellos alrededores de París que atrajeron la mirada de los impresionistas.
De la quietud del campo a la agitación de la ciudad, en sus últimos años Pissarro se decantó por los paisajes urbanos, retratando a las multitudes reunidas en las calles de París, pero siempre buscando unas variaciones de luz que le llevaron a pintar en 1897 "Rue Saint-Honoré por la tarde, efecto de lluvia", y "Sol de la mañana en la rue Saint-Honoré" un año más tarde.
Lunes, 3 de Junio 2013
AFP (Agencia France-Presse)
           


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