Las fotos aparecen en varios sitios web pro-Polisario. En las imágenes se ve al jefe del grupo, Brahim Ghali, con ropa militar y bigote blanco, junto a algunos de sus hombres frente a la costa atlántica, y también pasando revista a las tropas, en medio de vehículos todoterreno aparcados entre las dunas.
Según estas páginas, Ghali habría llegado a la zona de Guergherat para supervisar la puesta en marcha de una "base de apoyo" del Polisario.
En la frontera con Mauritania, Guerguerat se sitúa en el sudoeste del Sáhara Occidental.
Excolonia española, el Sáhara Occidental, inmensa extensión desértica, está bajo control de Marruecos desde 1975. Apoyado por Argelia, el Polisario reclama un referéndum de autodeterminación, mientras Rabat, que considera el Sáhara como una "causa nacional", propone un estatuto de autonomía bajo su soberanía.
En el terreno, el statu quo se mantiene desde hace años, con Marruecos jugando a la política de hechos consumados e inversiones masivas en sus "provincias del sur". El desacuerdo alimenta asimismo la interminable rivalidad entre Argelia y Rabat.
Pero en Guerguerat se podría reavivar la tensión.
Alegando querer luchar "contra el contrabando", el ejército marroquí inició a mediados de agosto en esta zona la construcción de una carretera asfaltada más allá de su muro de defensa, una barrera de arena de más de 2.500 kilómetros de largo.
Infiltración del Polisario, acusaciones recíprocas de haber violando el acuerdo de alto el fuego de 1991... Temiendo una "reanudación de las hostilidades", la ONU ha desplegado un grupo de Cascos Azules de la MINURSO, su misión para el Sáhara Occidental.
Desde entonces, Marruecos aseguró que se mantendría "bajo control", pero se dijo sin embargo determinado a finalizar la construcción de la carretera.
Desde el punto de vista marroquí, la instalación de una posición avanzada del Polisario es una "provocación que difícilmente puede quedar sin respuesta", según una fuente que conoce bien el caso. Según esta fuente, hay "una estrategia de tensión evidente" por parte de los independentistas.
Rabat sin embargo no ha emitido ningún comentario oficial al respecto. Los medios estatales tampoco han publicado el caso, y se han limitado a anunciar estos últimos días el nombramiento de un general chino como responsable de la MINURSO.
En cambio la página web Le360, considerada cercana al palacio real, alertó contra una "escalada" y denunció también la "enemistad" de Mauritania, acusada de dejar circular libremente a los independentistas por su territorio.
Para Le360, se trata de "un plan urdido por Argel, cuya ejecución ha sido confiada al Polisario" para "tomar el control de la región de Guerguerat" y cortar la ruta entre Marruecos y el África subsahariana. El ejército marroquí "sigue demostrando su capacidad de control" pero el incidente "necesitará una respuesta firme y rigurosa", según la web.
"Se trata sobre todo de gesticulaciones por parte del Polisario", considera Khadija Mohsen-Finan, especialista de la región y profesora en la Universidad de París I.
Nuevo jefe del Polisario desde la muerte de Mohamed Abdelaziz en mayo de 2016, "Ghali intenta reactivar la presión y dar una nueva dinámica a su movimiento para distanciarse de la línea de Abdelaziz, que lo había llevado al inmovilismo".
Pero el Polisario "no tiene muchas ventajas", observa Mohsen-Finan. "Militarmente, frente al muro de defensa marroquí, cualquier incursión es un fracaso de entrada. Y además ya nadie piensa en un desenlace armado del conflicto", subraya, ya que "el Polisario no puede comprometerse en una confrontación sin el aval de Argel, que no la quiere".
Según estas páginas, Ghali habría llegado a la zona de Guergherat para supervisar la puesta en marcha de una "base de apoyo" del Polisario.
En la frontera con Mauritania, Guerguerat se sitúa en el sudoeste del Sáhara Occidental.
Excolonia española, el Sáhara Occidental, inmensa extensión desértica, está bajo control de Marruecos desde 1975. Apoyado por Argelia, el Polisario reclama un referéndum de autodeterminación, mientras Rabat, que considera el Sáhara como una "causa nacional", propone un estatuto de autonomía bajo su soberanía.
En el terreno, el statu quo se mantiene desde hace años, con Marruecos jugando a la política de hechos consumados e inversiones masivas en sus "provincias del sur". El desacuerdo alimenta asimismo la interminable rivalidad entre Argelia y Rabat.
- Presión -
Pero en Guerguerat se podría reavivar la tensión.
Alegando querer luchar "contra el contrabando", el ejército marroquí inició a mediados de agosto en esta zona la construcción de una carretera asfaltada más allá de su muro de defensa, una barrera de arena de más de 2.500 kilómetros de largo.
Infiltración del Polisario, acusaciones recíprocas de haber violando el acuerdo de alto el fuego de 1991... Temiendo una "reanudación de las hostilidades", la ONU ha desplegado un grupo de Cascos Azules de la MINURSO, su misión para el Sáhara Occidental.
Desde entonces, Marruecos aseguró que se mantendría "bajo control", pero se dijo sin embargo determinado a finalizar la construcción de la carretera.
Desde el punto de vista marroquí, la instalación de una posición avanzada del Polisario es una "provocación que difícilmente puede quedar sin respuesta", según una fuente que conoce bien el caso. Según esta fuente, hay "una estrategia de tensión evidente" por parte de los independentistas.
Rabat sin embargo no ha emitido ningún comentario oficial al respecto. Los medios estatales tampoco han publicado el caso, y se han limitado a anunciar estos últimos días el nombramiento de un general chino como responsable de la MINURSO.
En cambio la página web Le360, considerada cercana al palacio real, alertó contra una "escalada" y denunció también la "enemistad" de Mauritania, acusada de dejar circular libremente a los independentistas por su territorio.
- 'Gesticulationes' -
Para Le360, se trata de "un plan urdido por Argel, cuya ejecución ha sido confiada al Polisario" para "tomar el control de la región de Guerguerat" y cortar la ruta entre Marruecos y el África subsahariana. El ejército marroquí "sigue demostrando su capacidad de control" pero el incidente "necesitará una respuesta firme y rigurosa", según la web.
"Se trata sobre todo de gesticulaciones por parte del Polisario", considera Khadija Mohsen-Finan, especialista de la región y profesora en la Universidad de París I.
Nuevo jefe del Polisario desde la muerte de Mohamed Abdelaziz en mayo de 2016, "Ghali intenta reactivar la presión y dar una nueva dinámica a su movimiento para distanciarse de la línea de Abdelaziz, que lo había llevado al inmovilismo".
Pero el Polisario "no tiene muchas ventajas", observa Mohsen-Finan. "Militarmente, frente al muro de defensa marroquí, cualquier incursión es un fracaso de entrada. Y además ya nadie piensa en un desenlace armado del conflicto", subraya, ya que "el Polisario no puede comprometerse en una confrontación sin el aval de Argel, que no la quiere".