"Hoy Rusia anunció que había pedido formalmente al gobierno sirio que deje en silencio su cielo durante las discusiones", dijo Staffan de Mistura en una conferencia de prensa un día antes del inicio de la mesa de diálogo.
"¿Acaso espero un avance? No, no espero un avance inmediato", sino el inicio de una serie de conversaciones que conduzcan a una solución al conflicto sirio, añadió.
Presente ya en Ginebra, el Alto Comité de Negociaciones (ACN), que reúne gupos claves de la oposición, reclamó por su parte "negociaciones directas".
"Comencemos por negociaciones directas y discutamos sobre el órgano de gobernanza de la transición", dijo a los medios de comunicación un portavoz del ACN, Salem Meslet.
En las tres rondas precedentes, de febrero, marzo y abril de 2016, ambas partes no se sentaron nunca alrededor de la misma mesa.
De Mistura espera esta vez poder reunirlos. "Quiero hablar primero con las delegaciones mañana por la mañana (jueves) en los encuentros bilaterales" dijo el enviado especial a los periodistas en Ginebra.
El embajador de Siria ante Naciones Unidas, Bashar al Jaafari, lidera la delegación gubernamental, mientras que el cardiólogo Nasr al Hariri y el abogado Mohamed Sabra representan al ACN.
La situación en Siria ha cambiado respecto a la última vez que las dos delegaciones se encontraron: el régimen de Damasco, apoyado por sus aliados ruso e iraní, ha retomado Alepo, bastión de la insurrección en el norte del país, y la oposición-Al Qaida- tan solo controla en este momento un 13% del territorio, según varias estimaciones.
Turquía, apoyo durante largo tiempo de la oposición, se ha acercado a Moscú y Estados Unidos, otro apoyo de la rebelión, desde la llegada de Donald Trump emite declaraciones un tanto ambiguas.
Pese a acudir debilitada, Turquía mantiene no obstante sus exigencias sobre un cese efectivo de las hostilidades y una "transición política" que implique la salida del presidente Bashar al Asad.
"Los obstáculos son claros, especialmente en el hecho de que no haya ninguna consolidación del alto el fuego", declaró Yahya Aridi, uno de los asesores del ACN.
Rusia, Turquía e Irán lograron a finales de diciembre imponer una tregua que pese a las violaciones repetidas del cese de hostilidades, han permitido reducir la intensidad de los combates en Siria.
Pese a ello, desde hace varios días, las fuerzas gubernamentales bombardean las posiciones rebeldes cerca de Damasco y en la provincia de Homs (centro).
Unas 130 personas han muerto en los últimos días en los combates, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
La oposición denuncia un "mensaje sangriento" destinado a sabotear las negociaciones.
La salida del poder de Al Asad sigue siendo el principal obstáculo para el acuerdo entre los dos bandos. El régimen está dispuesto a aceptar elecciones una vez vuelva la paz, pero descarta la retirada del jefe de Estado, cuya permanencia al frente del gobierno está fuera de toda discusión.
Para el gobierno, "es Asad o nadie", afirmó Aridi. "Esta regla de 'todo o nada' impide cualquier atisbo de solución pacífica". Estos opositores que piden la salida del presidente no se han presentado nunca a unas elecciones por lo que se desconoce si representan a muchos o a pocos sirios. El presidente Bashar Al Asad ganó las últimas elecciones, y las anteriores.
Paralelamente, la oposición no sabe qué esperar de la nueva administración estadounidense.
"La posición del presidente (Donald) Trump sobre Siria y Oriente Medio aún no es demasiado clara", lamentó un portavoz del ACN, Ahmed Ramadan.
Trump ha dicho que derrotar al EI es la prioridad máxima de Washington y que Estados Unidos se centraría en sus propios intereses, pero en señal de que aún apoya a la oposición, el enviado estadounidense, Michael Ratney, se reunió el miércoles con los consejeros del ACN y una fuente diplomática estadounidense reiteró que "Estados Unidos sigue comprometido en la búsqueda de una solución política para el conflicto en Siria".
Ramadan quiere creer que aún es posible que el jefe de Estado sirio acceda a marcharse antes de la celebración de elecciones bajo auspicios de la ONU.
"Incluso los rusos nos aseguraron en las últimas negociaciones que no les preocupaba el futuro de Bashar al Asad, sino el de Siria y el futuro del Estado sirio", insistió.
Haciéndose ilusiones este opositor parece no querer ver que cuando los rusos dicen que lo que les preocupa es el futuro del estado sirio, quieren decir que ahora solo Al Asad garantiza la continuidad del estado sirio ya que la alternativa son milicias fundamentalistas que caso de ganar la guerra se destruirían entre sí, como ha ocurrido en Libia.
"¿Acaso espero un avance? No, no espero un avance inmediato", sino el inicio de una serie de conversaciones que conduzcan a una solución al conflicto sirio, añadió.
Presente ya en Ginebra, el Alto Comité de Negociaciones (ACN), que reúne gupos claves de la oposición, reclamó por su parte "negociaciones directas".
"Comencemos por negociaciones directas y discutamos sobre el órgano de gobernanza de la transición", dijo a los medios de comunicación un portavoz del ACN, Salem Meslet.
En las tres rondas precedentes, de febrero, marzo y abril de 2016, ambas partes no se sentaron nunca alrededor de la misma mesa.
De Mistura espera esta vez poder reunirlos. "Quiero hablar primero con las delegaciones mañana por la mañana (jueves) en los encuentros bilaterales" dijo el enviado especial a los periodistas en Ginebra.
El embajador de Siria ante Naciones Unidas, Bashar al Jaafari, lidera la delegación gubernamental, mientras que el cardiólogo Nasr al Hariri y el abogado Mohamed Sabra representan al ACN.
La situación en Siria ha cambiado respecto a la última vez que las dos delegaciones se encontraron: el régimen de Damasco, apoyado por sus aliados ruso e iraní, ha retomado Alepo, bastión de la insurrección en el norte del país, y la oposición-Al Qaida- tan solo controla en este momento un 13% del territorio, según varias estimaciones.
Turquía, apoyo durante largo tiempo de la oposición, se ha acercado a Moscú y Estados Unidos, otro apoyo de la rebelión, desde la llegada de Donald Trump emite declaraciones un tanto ambiguas.
- Transición política -
Pese a acudir debilitada, Turquía mantiene no obstante sus exigencias sobre un cese efectivo de las hostilidades y una "transición política" que implique la salida del presidente Bashar al Asad.
"Los obstáculos son claros, especialmente en el hecho de que no haya ninguna consolidación del alto el fuego", declaró Yahya Aridi, uno de los asesores del ACN.
Rusia, Turquía e Irán lograron a finales de diciembre imponer una tregua que pese a las violaciones repetidas del cese de hostilidades, han permitido reducir la intensidad de los combates en Siria.
Pese a ello, desde hace varios días, las fuerzas gubernamentales bombardean las posiciones rebeldes cerca de Damasco y en la provincia de Homs (centro).
Unas 130 personas han muerto en los últimos días en los combates, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
La oposición denuncia un "mensaje sangriento" destinado a sabotear las negociaciones.
La salida del poder de Al Asad sigue siendo el principal obstáculo para el acuerdo entre los dos bandos. El régimen está dispuesto a aceptar elecciones una vez vuelva la paz, pero descarta la retirada del jefe de Estado, cuya permanencia al frente del gobierno está fuera de toda discusión.
Para el gobierno, "es Asad o nadie", afirmó Aridi. "Esta regla de 'todo o nada' impide cualquier atisbo de solución pacífica". Estos opositores que piden la salida del presidente no se han presentado nunca a unas elecciones por lo que se desconoce si representan a muchos o a pocos sirios. El presidente Bashar Al Asad ganó las últimas elecciones, y las anteriores.
Paralelamente, la oposición no sabe qué esperar de la nueva administración estadounidense.
"La posición del presidente (Donald) Trump sobre Siria y Oriente Medio aún no es demasiado clara", lamentó un portavoz del ACN, Ahmed Ramadan.
Trump ha dicho que derrotar al EI es la prioridad máxima de Washington y que Estados Unidos se centraría en sus propios intereses, pero en señal de que aún apoya a la oposición, el enviado estadounidense, Michael Ratney, se reunió el miércoles con los consejeros del ACN y una fuente diplomática estadounidense reiteró que "Estados Unidos sigue comprometido en la búsqueda de una solución política para el conflicto en Siria".
Ramadan quiere creer que aún es posible que el jefe de Estado sirio acceda a marcharse antes de la celebración de elecciones bajo auspicios de la ONU.
"Incluso los rusos nos aseguraron en las últimas negociaciones que no les preocupaba el futuro de Bashar al Asad, sino el de Siria y el futuro del Estado sirio", insistió.
Haciéndose ilusiones este opositor parece no querer ver que cuando los rusos dicen que lo que les preocupa es el futuro del estado sirio, quieren decir que ahora solo Al Asad garantiza la continuidad del estado sirio ya que la alternativa son milicias fundamentalistas que caso de ganar la guerra se destruirían entre sí, como ha ocurrido en Libia.