"¿Y qué si hubiera trabajado para la Stasi? No cambiaría nada", ha confirmado el ex agente que el 2 de junio de 1967, en un oscuro patio de Berlín Oeste, mataba de un tiro en la nuca al estudiante Benno Ohnesorg después de una manifestación contra la visita del "sha" de Persia, Reza Palevi. En los juicios de 1968 y 1970 Kurras siempre afirmó que actuó en legítima defensa.
La muerte de Ohnesorg, un representante menor del movimiento estudiantil, y la del dirigente Dutschke —quien sería asesinado, un año después, por la ultraderecha— desencadenaron en Alemania uno de las revueltas europeas de Mayo de 1968 más poderosas y radicalizadas, con contundentes respuestas policiales. De sus filas nacerían el grupo terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF) y el movimiento ecologista alemán, con importante presencia actual en todos los parlamentos.
Kurras u "Otto Bohl", su alias como agente secreto, afirma que dejó de ser un espía a sueldo de la Stasi en 1967, pero no ha confirmado si la orden de matar a Ohnesorg y por tanto de "incendiar" las calles de Alemania occidental, partieron de Berlín Este o Moscú. De cualquier forma, el ex policía de Berlín Oeste ha dejado claro que no era un simple empleado del régimen comunista vecino. "Recibía 5.000 euros al mes, lo que hacen 60.000 al año; por supuesto que no era un simple informante", ha señalado a la cadena de noticias N24.
Según asegura el diario 'Die Welt', Kurras habría sido "alistado" por el KGB de la Unión Soviética después de la II Guerra Mundial, durante su paso de 1945 a 1950 por el ex campo nazi de concentración de Sachsenhausen, reciclado por los comunistas. ¿Su número de preso? El "976".
Birthler se ha quejado de que las peticiones para estudiar los 121 kilómetros de fichas de la Stasi no paran de crecer y que cuentan cada vez con menos empleados. En total, según fuentes del Archivo, existen unos 17 millones de archivos referidos a 5,1 millones de personas.
Hasta la desaparición de la RDA en 1990, la Stasi o "Ministerio para la Seguridad del Estado" fue uno de los más efectivos servicios de espionaje internos. En su nómina disponía de 91.000 trabajadores y 620.000 informantes, 12.000 de ellos en Alemania Occidental. Es decir, un espía por cada 50 ciudadanos, mientras que en la URSS la proporción era de un agente por cada 596 personas.
La muerte de Ohnesorg, un representante menor del movimiento estudiantil, y la del dirigente Dutschke —quien sería asesinado, un año después, por la ultraderecha— desencadenaron en Alemania uno de las revueltas europeas de Mayo de 1968 más poderosas y radicalizadas, con contundentes respuestas policiales. De sus filas nacerían el grupo terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF) y el movimiento ecologista alemán, con importante presencia actual en todos los parlamentos.
Kurras u "Otto Bohl", su alias como agente secreto, afirma que dejó de ser un espía a sueldo de la Stasi en 1967, pero no ha confirmado si la orden de matar a Ohnesorg y por tanto de "incendiar" las calles de Alemania occidental, partieron de Berlín Este o Moscú. De cualquier forma, el ex policía de Berlín Oeste ha dejado claro que no era un simple empleado del régimen comunista vecino. "Recibía 5.000 euros al mes, lo que hacen 60.000 al año; por supuesto que no era un simple informante", ha señalado a la cadena de noticias N24.
Según asegura el diario 'Die Welt', Kurras habría sido "alistado" por el KGB de la Unión Soviética después de la II Guerra Mundial, durante su paso de 1945 a 1950 por el ex campo nazi de concentración de Sachsenhausen, reciclado por los comunistas. ¿Su número de preso? El "976".
Ola de protestas
El "caso Kurras" ha desatado una oleada de protestas de los partidos políticos conservadores y liberales. Estos han criticado duramente a Marianne Birthler, jefa de los Archivos de la Stasi, por no haber hallado antes los datos en cuestión, que aclararían uno de los periodos recientes de Alemania más oscuros y estudiados por los expertos. La funcionaria se ha visto obligada a ofrecer una rueda de prensa para defenderse: "Los archivos han estado aquí todo el tiempo, pero nunca nadie pidió verlos", explica.Birthler se ha quejado de que las peticiones para estudiar los 121 kilómetros de fichas de la Stasi no paran de crecer y que cuentan cada vez con menos empleados. En total, según fuentes del Archivo, existen unos 17 millones de archivos referidos a 5,1 millones de personas.
Hasta la desaparición de la RDA en 1990, la Stasi o "Ministerio para la Seguridad del Estado" fue uno de los más efectivos servicios de espionaje internos. En su nómina disponía de 91.000 trabajadores y 620.000 informantes, 12.000 de ellos en Alemania Occidental. Es decir, un espía por cada 50 ciudadanos, mientras que en la URSS la proporción era de un agente por cada 596 personas.