Mientras tanto, organismos de observación electoral reportaron la muerte de cuatro personas en episodios de violencia ocurridos este lunes en distintas zonas del país y que dejaron también una docena de lesionados y varios inmuebles destruidos y quemados.
En su último informe y con 98,76 por ciento de las mesas escrutadas, el CSE adjudicó al FSLN el 68,23 por ciento de los votos. En un segundo lejano lugar ubicó al Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha) con el 16,33 por ciento.
Los sandinistas compitieron en estos comicios con siete partidos y alianzas de poca fuerza electoral. En la elección no participó una coalición opositora que había sido excluida de las presidenciales de 2016 y que no se presentó este año.
El presidente del CSE, Roberto Rivas, dijo que el FSLN ha ganado ya 135 alcaldías municipales, mientras que el PLC obtuvo sólo 11 y el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), de reciente formación y que logró 9,52 por ciento de votos, seis alcaldías.
El FSLN se presentó a los comicios como la mejor alternativa frente al PLC, el partido del ex presidente Arnoldo Alemán (1996-2001), procesado y condenado por fraude y lavado de dinero, y frente a un sorpresivo abanico de siglas y banderas sin rostros.
“Fue una competencia de tigre suelto contra burro amarrado, como dicen ustedes”, declaró a dpa un diplomático que prefirió el anonimato, al comentar la desigual oferta electoral.
En 2016 el FSLN logró sacar del juego político a la Coalición Nacional por la Democracia (CND), principal fuerza opositora excluida de los últimos comicios presidenciales en los que Daniel Ortega, hoy de 72 años, logró reelegirse para un cuarto mandato.
La CND, inscrita bajo la bandera del Partido Liberal Independiente, fue despojada de la casilla electoral mediante una resolución del Poder Judicial, también controlado por el FSLN. Sin un partido legalmente acreditado, y agrupada ahora en el Frente Amplio por la Democracia (FAD), no se presentó a esta contienda.
El titular del CSE aseguró este lunes que el 51,74 por ciento de la población apta para votar ejerció su derecho, si bien organizaciones de oposición aseguran que la abstención habría superado el 60 por ciento. En Nicaragua el voto no es obligatorio.
“Sabemos que el índice de abstencionismo fue similar al del año pasado. Todos nosotros vimos los centros de votación vacíos y eso refleja el rechazo de la gente al actual sistema electoral”, dijo José Antonio Perazza, del consorcio Panorama Electoral, integrado por ocho ONGs de observación, no acreditadas por el Gobierno.
La misma agrupación denunció este lunes que cuatro personas murieron, 12 más resultaron lesionadas y varios inmuebles fueron destruidos o quemados a causa de disturbios y enfrentamientos entre activistas del Gobierno, policías y opositores.
Entre los fallecidos figuran dos personas que murieron en una trifulca en Sandy Bay, región del Caribe norte, donde al menos seis viviendas fueron quemadas por desconocidos.
En Wiwilí, provincia de Jinotega, el fiscal del PLC, Elias Pineda Blandón, fue asesinado a balazos esta madrugada (local) presuntamente por un conocido miembro del FSLN, dijo Jorge Irías, vocero del partido opositor.
Por su parte, Santiago Duarte, vocero del partido CxL, denunció que en Yalí, Jinotega, un joven que es hermano del alcalde electo, Noel Moreno, fue asesinado de un balazo por supuestos sandinistas que también incendiaron la casa de campaña del partido.
En el municipio de San Miguelito, provincia de Río San Juan (sur), una docena de simpatizantes del partido CxL fueron heridos presuntamente por la Policía, dijo Nuri Sequeira, promotora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
La Policía Nacional no ha confirmado ni desmentido estos sucesos. Según el canal 15 de televisión de Managua, la cifra de muertes violentas ascendería a seis en distintas zonas del país.
"El Gobierno debe responder por esos asesinatos. Debemos recuperar la democracia para que las elecciones sean una fiesta cívica, no una batalla campal”, dijo la opositora Ana Margarita Vijil, del disidente Movimiento Renovador Sandinista, integrante del FAD.
Sin referirse a los hechos de violencia, el Gobierno celebró su nueva victoria en las urnas, con un mensaje suscrito por Ortega y por su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en el que dieron “gracias a Dios por cada triunfo de nuestro modelo de fe, familia y comunidad”·
Vamos a “seguir trabajando una cultura de concordia, que asegure más avances democráticos, que asegure más avances en las rutas de prosperidad”, señaló el informe oficial.
En su último informe y con 98,76 por ciento de las mesas escrutadas, el CSE adjudicó al FSLN el 68,23 por ciento de los votos. En un segundo lejano lugar ubicó al Partido Liberal Constitucionalista (PLC, derecha) con el 16,33 por ciento.
Los sandinistas compitieron en estos comicios con siete partidos y alianzas de poca fuerza electoral. En la elección no participó una coalición opositora que había sido excluida de las presidenciales de 2016 y que no se presentó este año.
El presidente del CSE, Roberto Rivas, dijo que el FSLN ha ganado ya 135 alcaldías municipales, mientras que el PLC obtuvo sólo 11 y el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), de reciente formación y que logró 9,52 por ciento de votos, seis alcaldías.
El FSLN se presentó a los comicios como la mejor alternativa frente al PLC, el partido del ex presidente Arnoldo Alemán (1996-2001), procesado y condenado por fraude y lavado de dinero, y frente a un sorpresivo abanico de siglas y banderas sin rostros.
“Fue una competencia de tigre suelto contra burro amarrado, como dicen ustedes”, declaró a dpa un diplomático que prefirió el anonimato, al comentar la desigual oferta electoral.
En 2016 el FSLN logró sacar del juego político a la Coalición Nacional por la Democracia (CND), principal fuerza opositora excluida de los últimos comicios presidenciales en los que Daniel Ortega, hoy de 72 años, logró reelegirse para un cuarto mandato.
La CND, inscrita bajo la bandera del Partido Liberal Independiente, fue despojada de la casilla electoral mediante una resolución del Poder Judicial, también controlado por el FSLN. Sin un partido legalmente acreditado, y agrupada ahora en el Frente Amplio por la Democracia (FAD), no se presentó a esta contienda.
El titular del CSE aseguró este lunes que el 51,74 por ciento de la población apta para votar ejerció su derecho, si bien organizaciones de oposición aseguran que la abstención habría superado el 60 por ciento. En Nicaragua el voto no es obligatorio.
“Sabemos que el índice de abstencionismo fue similar al del año pasado. Todos nosotros vimos los centros de votación vacíos y eso refleja el rechazo de la gente al actual sistema electoral”, dijo José Antonio Perazza, del consorcio Panorama Electoral, integrado por ocho ONGs de observación, no acreditadas por el Gobierno.
La misma agrupación denunció este lunes que cuatro personas murieron, 12 más resultaron lesionadas y varios inmuebles fueron destruidos o quemados a causa de disturbios y enfrentamientos entre activistas del Gobierno, policías y opositores.
Entre los fallecidos figuran dos personas que murieron en una trifulca en Sandy Bay, región del Caribe norte, donde al menos seis viviendas fueron quemadas por desconocidos.
En Wiwilí, provincia de Jinotega, el fiscal del PLC, Elias Pineda Blandón, fue asesinado a balazos esta madrugada (local) presuntamente por un conocido miembro del FSLN, dijo Jorge Irías, vocero del partido opositor.
Por su parte, Santiago Duarte, vocero del partido CxL, denunció que en Yalí, Jinotega, un joven que es hermano del alcalde electo, Noel Moreno, fue asesinado de un balazo por supuestos sandinistas que también incendiaron la casa de campaña del partido.
En el municipio de San Miguelito, provincia de Río San Juan (sur), una docena de simpatizantes del partido CxL fueron heridos presuntamente por la Policía, dijo Nuri Sequeira, promotora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
La Policía Nacional no ha confirmado ni desmentido estos sucesos. Según el canal 15 de televisión de Managua, la cifra de muertes violentas ascendería a seis en distintas zonas del país.
"El Gobierno debe responder por esos asesinatos. Debemos recuperar la democracia para que las elecciones sean una fiesta cívica, no una batalla campal”, dijo la opositora Ana Margarita Vijil, del disidente Movimiento Renovador Sandinista, integrante del FAD.
Sin referirse a los hechos de violencia, el Gobierno celebró su nueva victoria en las urnas, con un mensaje suscrito por Ortega y por su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, en el que dieron “gracias a Dios por cada triunfo de nuestro modelo de fe, familia y comunidad”·
Vamos a “seguir trabajando una cultura de concordia, que asegure más avances democráticos, que asegure más avances en las rutas de prosperidad”, señaló el informe oficial.