"La Patota", presentada en la sección paralela Semana de la Crítica, cuenta la historia de "Paulina" --bajo ese título se anuncia el filme en Europa--, una mujer de 28 años que renuncia a una brillante carrera de abogada para dedicarse a la docencia en una escuela rural pobre.
Protagonizada por Dolores Fonzi, la chica será víctima de una situación límite que pondrá a prueba su compromiso político y social, sin que el padre (Oscar Martínez) logre cambiar la determinación de su hija.
Santiago Mitre respondió a preguntas de AFP en Cannes poco antes del estreno.
P: ¿Cómo nació la idea del filme?
R: "Hacía poco tiempo que había terminado mi película anterior 'El estudiante' y se acercó un amigo contándome que estaba trabajando en la adaptación de 'La Patota' de Daniel Tinayre de 1961. Yo la había visto una sola vez y me pareció que era material interesante para una especie de fábula política que problematice cuestiones como la convicción y la militancia, con una perspectiva contemporánea, que es lo que me interesa hacer en el cine".
P: ¿Cómo fue el trabajo con los actores?
R: "Dolores es una gran actriz y la verdad que es una alegría poder compartir el trabajo con ella. Escribí el guión con la intuición de que podía ser la protagonista y desde la primera lectura que hizo ya me impresionó, porque combina una dosis de fuerza y fragilidad con cierta oscuridad, muy interesantes para el personaje y la película. El contrapunto fue el personaje del padre, un juez que es a la vez un representante de la justicia, las instituciones y la política. Rápidamente apareció el nombre de Oscar Martínez, un actor muy conocido en Argentina.
Hicimos el trabajo que a mí más me interesa: el de personajes desafiantes y actores que acompañan con fuerza ese desafío".
P: El debate se plantea desde la primera escena...
R: "Me gustan las películas que plantean desafíos para el espectador y no que le dan las cosas claras o le dicen lo que tiene que pensar. Prefiero que la película sea un territorio desde el cual uno puede replantearse y repensar cosas. Las decisiones de Paulina son muy complejas y hay que intentar seguirla, no necesariamente aprobar sus decisiones, lo mismo con el padre. Hay un debate entre los dos personajes y el modo en que se paran frente a la atrocidad que le sucede a la protagonista y que es el centro de la película.
Me gustan las películas abiertas con múltiples entradas y que se abran a muchas formas de analizarlas. Aparecen los temas de la convicción, la justicia, la violencia contra las mujeres".
P: ¿La relación padre-hija?
R: "Por debajo de todo lo que se discute, el vínculo de ellos dos es fundamental y es una de las cosas que más trabajamos con Dolores y con Oscar. Teníamos claro que no solo había un debate de ideas, sino también el cariño que se tienen. El padre al principio está orgulloso de ella, porque es una hija que él moldeó a su imagen y semejanza, pero ella tiene la necesidad de distanciarse de ese mandato paterno, que es además un mandato de clase".
P: ¿El aborto, la violencia social?
R: "La protagonista reacciona contra todo tipo de violencia y toma su decisión dentro de la interpretación de lo que le sucedió. En Argentina el aborto es ilegal y es terrible que sea así a esta altura.
Los problemas sociales que hay en Argentina son producto de las desigualdades sociales y también se dan en el resto del mundo, que es un hervidero de violencia por todos lados: violencia social, contra las mujeres o religiosa. La justicia, el sistema penal y la policía a veces son tan violentos como su origen.
Paulina se rebela contra la violencia"
P: ¿Proyectos después de Cannes?
R: "Terminamos la película en marzo y estar presentándola en este festival internacional es un privilegio por lo que significa para su futuro en términos internacionales y de comercialización, antes del estreno en muy poco tiempo en Argentina. Tengo un guión nuevo que espero poder terminar pronto y filmar el año que viene o el siguiente. Hay temas y cosas que a mí me interesan y que no puedo evitar volver a reflejar. Es una película sobre política en las mas altas esferas".
Protagonizada por Dolores Fonzi, la chica será víctima de una situación límite que pondrá a prueba su compromiso político y social, sin que el padre (Oscar Martínez) logre cambiar la determinación de su hija.
Santiago Mitre respondió a preguntas de AFP en Cannes poco antes del estreno.
P: ¿Cómo nació la idea del filme?
R: "Hacía poco tiempo que había terminado mi película anterior 'El estudiante' y se acercó un amigo contándome que estaba trabajando en la adaptación de 'La Patota' de Daniel Tinayre de 1961. Yo la había visto una sola vez y me pareció que era material interesante para una especie de fábula política que problematice cuestiones como la convicción y la militancia, con una perspectiva contemporánea, que es lo que me interesa hacer en el cine".
P: ¿Cómo fue el trabajo con los actores?
R: "Dolores es una gran actriz y la verdad que es una alegría poder compartir el trabajo con ella. Escribí el guión con la intuición de que podía ser la protagonista y desde la primera lectura que hizo ya me impresionó, porque combina una dosis de fuerza y fragilidad con cierta oscuridad, muy interesantes para el personaje y la película. El contrapunto fue el personaje del padre, un juez que es a la vez un representante de la justicia, las instituciones y la política. Rápidamente apareció el nombre de Oscar Martínez, un actor muy conocido en Argentina.
Hicimos el trabajo que a mí más me interesa: el de personajes desafiantes y actores que acompañan con fuerza ese desafío".
P: El debate se plantea desde la primera escena...
R: "Me gustan las películas que plantean desafíos para el espectador y no que le dan las cosas claras o le dicen lo que tiene que pensar. Prefiero que la película sea un territorio desde el cual uno puede replantearse y repensar cosas. Las decisiones de Paulina son muy complejas y hay que intentar seguirla, no necesariamente aprobar sus decisiones, lo mismo con el padre. Hay un debate entre los dos personajes y el modo en que se paran frente a la atrocidad que le sucede a la protagonista y que es el centro de la película.
Me gustan las películas abiertas con múltiples entradas y que se abran a muchas formas de analizarlas. Aparecen los temas de la convicción, la justicia, la violencia contra las mujeres".
P: ¿La relación padre-hija?
R: "Por debajo de todo lo que se discute, el vínculo de ellos dos es fundamental y es una de las cosas que más trabajamos con Dolores y con Oscar. Teníamos claro que no solo había un debate de ideas, sino también el cariño que se tienen. El padre al principio está orgulloso de ella, porque es una hija que él moldeó a su imagen y semejanza, pero ella tiene la necesidad de distanciarse de ese mandato paterno, que es además un mandato de clase".
P: ¿El aborto, la violencia social?
R: "La protagonista reacciona contra todo tipo de violencia y toma su decisión dentro de la interpretación de lo que le sucedió. En Argentina el aborto es ilegal y es terrible que sea así a esta altura.
Los problemas sociales que hay en Argentina son producto de las desigualdades sociales y también se dan en el resto del mundo, que es un hervidero de violencia por todos lados: violencia social, contra las mujeres o religiosa. La justicia, el sistema penal y la policía a veces son tan violentos como su origen.
Paulina se rebela contra la violencia"
P: ¿Proyectos después de Cannes?
R: "Terminamos la película en marzo y estar presentándola en este festival internacional es un privilegio por lo que significa para su futuro en términos internacionales y de comercialización, antes del estreno en muy poco tiempo en Argentina. Tengo un guión nuevo que espero poder terminar pronto y filmar el año que viene o el siguiente. Hay temas y cosas que a mí me interesan y que no puedo evitar volver a reflejar. Es una película sobre política en las mas altas esferas".