"No vamos a iniciar la fase pública de negociación, que tenemos previsto iniciar en Ecuador, hasta cuando este grupo no renuncie al secuestro y devuelva a los secuestrados que tiene en su poder", dijo el mandatario en una alocución desde la presidencial Casa de Nariño, en Bogotá.
El gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) anunciaron el pasado 30 de marzo el paso a una fase pública de conversaciones de paz tras dos años de pláticas informales. Ya en ese momento, Santos exigió la liberación de todos los cautivos para dar inicio formal a esa mesa de negociaciones.
"Es inconcebible que este grupo, en lugar de dar muestras concretas de paz, insista en el secuestro", agregó el presidente al día siguiente de que Patrocinio Sánchez, exgobernador del departamento de Chocó (oeste), liberado por ese grupo armado el 3 de abril tras casi tres años retenido, admitiera que la guerrilla lo dejó ir pero a cambio de que su hermano quedara como rehén.
El gobierno dice desconocer el número exacto de rehenes que permanecen en manos del ELN, la segunda guerrilla del país después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas).
Las FARC, por su parte, se encuentran en la recta final de un proceso de paz que se extiende desde hace más de tres años en La Habana.
Santos pidió también al ELN que renuncie a los ataques contra la infraestructura, como el registrado este mismo viernes en el históricamente golpeado oleoducto Caño Limón, que conecta el noreste del país con el noroeste.
Estos ataques causan "intensos daños al medio ambiente por el que tanto dicen preocuparse", cuestionó Santos, quien a su vez dijo este viernes que ya "es la hora de que la voluntad (de paz) del ELN se traduzca en acciones".
El conflicto colombiano, que comenzó como una sublevación campesina en la década de 1960, ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha, miembros de la fuerza pública y grupos del narcotráfico, dejando a la fecha un saldo de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados.
El gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN, guevarista) anunciaron el pasado 30 de marzo el paso a una fase pública de conversaciones de paz tras dos años de pláticas informales. Ya en ese momento, Santos exigió la liberación de todos los cautivos para dar inicio formal a esa mesa de negociaciones.
"Es inconcebible que este grupo, en lugar de dar muestras concretas de paz, insista en el secuestro", agregó el presidente al día siguiente de que Patrocinio Sánchez, exgobernador del departamento de Chocó (oeste), liberado por ese grupo armado el 3 de abril tras casi tres años retenido, admitiera que la guerrilla lo dejó ir pero a cambio de que su hermano quedara como rehén.
El gobierno dice desconocer el número exacto de rehenes que permanecen en manos del ELN, la segunda guerrilla del país después de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, comunistas).
Las FARC, por su parte, se encuentran en la recta final de un proceso de paz que se extiende desde hace más de tres años en La Habana.
Santos pidió también al ELN que renuncie a los ataques contra la infraestructura, como el registrado este mismo viernes en el históricamente golpeado oleoducto Caño Limón, que conecta el noreste del país con el noroeste.
Estos ataques causan "intensos daños al medio ambiente por el que tanto dicen preocuparse", cuestionó Santos, quien a su vez dijo este viernes que ya "es la hora de que la voluntad (de paz) del ELN se traduzca en acciones".
El conflicto colombiano, que comenzó como una sublevación campesina en la década de 1960, ha enfrentado durante más de 50 años a guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha, miembros de la fuerza pública y grupos del narcotráfico, dejando a la fecha un saldo de 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados.