La agencia perdió en marzo el control de Hitomi, y en abril se resignó a renunciar a este costoso satélite equipado con material puntero.
No obstante, antes de apagarse, Hitomi captó datos que, una vez analizados, revelaron información sorprendente sobre este cúmulo de galaxias situado en la constelación de Perseo.
Hitomi captó "por primera vez el movimiento de gas en el cúmulo de galaxias, y hemos entendido que era extraordinariamente lento", es decir, una velocidad de 150 km por segundo, explicó la agencia JAXA en un comunicado.
El satélite Hitomi fue desarrollado en colaboración con 70 instituciones japonesas, la agencia espacial norteamericana NASA y su equivalente europea, la ESA.
Hitomi es un aparato de 14 metros de largo y 9 de ancho, y de un peso de 2,7 toneladas. Llevaba a bordo 200 espejos para la recogida y concentración de rayos X hacia instrumentos de última generación, como cuatro telescopios y dos detectores de rayos X.
El proyecto, de un coste de 31.000 millones de yenes (275 millones de euros al tipo de cambio actual) fue pensado para responder a cuestiones como cuáles son las leyes de la física en condiciones extremas, qué ocurrió en el momento en que se creó el universo, cómo se formaron y evolucionaron las galaxias y cómo crecen los agujeros negros.
No obstante, antes de apagarse, Hitomi captó datos que, una vez analizados, revelaron información sorprendente sobre este cúmulo de galaxias situado en la constelación de Perseo.
Hitomi captó "por primera vez el movimiento de gas en el cúmulo de galaxias, y hemos entendido que era extraordinariamente lento", es decir, una velocidad de 150 km por segundo, explicó la agencia JAXA en un comunicado.
El satélite Hitomi fue desarrollado en colaboración con 70 instituciones japonesas, la agencia espacial norteamericana NASA y su equivalente europea, la ESA.
Hitomi es un aparato de 14 metros de largo y 9 de ancho, y de un peso de 2,7 toneladas. Llevaba a bordo 200 espejos para la recogida y concentración de rayos X hacia instrumentos de última generación, como cuatro telescopios y dos detectores de rayos X.
El proyecto, de un coste de 31.000 millones de yenes (275 millones de euros al tipo de cambio actual) fue pensado para responder a cuestiones como cuáles son las leyes de la física en condiciones extremas, qué ocurrió en el momento en que se creó el universo, cómo se formaron y evolucionaron las galaxias y cómo crecen los agujeros negros.