Y así nacieron las tan comentadas “bandejas” escolares. Y las empresas fueron permanentemente supervisadas por dietistas y nutricionistas del propio Codicen.
¿Porqué se habrá tomado esta decisión de corte tan empresarial en lo que corresponde a tercerizar lo que no se puede elaborar?
En primer lugar porque en muchas escuelas no estaba funcionando bien el sistema de cocinar allí. Muchas veces la cocina distraía al personal docente.
Luego, el famoso tema de la higiene. Habían existido problemas de salud en escuelas del interior del país, por contagio a consecuencia de la falta de controles de higiene. Y muchos factores más.
Pero, el gobierno da marcha atrás, (en vez de avanzar hacia adelante incorporando a más escuelas al sistema) y vuelve a incorporar el sistema de “cocinar en la escuela”. Más personal, nuevos equipamientos, más supervisores que como sea, no tendrán infraestructura para realizar las compras, lugares de acopio, ni tendrán el celo necesario por la calidad, que el que puede tener un contratado que está permanentemente supervisado por el gobierno.
Y hay un rubro que seguramente no se evaluó: la merma. El desvío de la mercadería hacia otros puntos que no necesariamente son los puntos del destino final, incide de manera más que relevante en la estructura de costos. Y el tema de la merma, antes era tema de los proveedores, ahora será del Codicen.
El Impuesto de Primaria, es un impuesto que los ciudadanos veíamos con simpatía, porque iba dirigido a los niños uruguayos. Ahora, quedará desvirtuado una vez más, por el advenimiento de estructuras sociales y políticas que no mejorarán la situación del niño que tiene que comer en la escuela. Hay que destinar el 100% de lo recaudado a dar de comer a los niños, y no gastar un 40% en burocracia. Me parece que el arpa está desentonando.