El anuncio de los trabajadores petroleros llegó justo cuando la huelga de los transportistas empezaba a perder fuerza y el suministro de bienes empezaba a funcionar otra vez, después de que el presidente Michel Temer hiciera varias concesiones al sector.
"Los trabajadores del sistema Petrobras entran en huelga por 72 horas", señaló la Federación Única de Petroleros (FUP) hoy en un comunicado.
"Los petroleros exigen la reducción de los precios del gas de cocina y de los combustibles, a través de mudanzas inmediatas en las políticas de reajuste de derivados de Petrobras", agregó el gremio que reúne a 13 sindicatos del poderoso sector petrolero.
En el centro de los reclamos está la política del gigante estatal Petrobras, que reajusta constantemente los precios de los combustibles de acuerdo a las oscilaciones del mercado del petróleo.
Esa política de precios condujo a un aumento constante de los precios en el mercado brasileño en 2018. Sólo en mayo, el precio de la gasolina subió un 12 por ciento y el del diésel un 9,3 por ciento, según cálculos de la estatal Agencia Brasil.
La huelga de transportistas iniciada el lunes 21 de mayo generó el caos por todo el país en la última semana debido a los bloqueos de carreteras y refinerías.
Varios aeropuertos activaron planes de contingencia tras quedarse sin combustible por todo el país y muchas fábricas, sobre todo en la metrópoli industrial Sao Paulo, tuvieron que suspender sus actividades por la falta de suministro.
En Río de Janeiro y otras ciudades, muchos mercados se quedaron sin frutas y verduras frescas. También el transporte público se vio afectado.
Después de que Temer anunciara una rebaja durante dos meses de los precios de la gasolina y el diésel en la noche del domingo, muchos camioneros suspendieron la huelga el lunes, aunque varios mantuvieron los bloqueos por varias partes del país.
"Los trabajadores del sistema Petrobras entran en huelga por 72 horas", señaló la Federación Única de Petroleros (FUP) hoy en un comunicado.
"Los petroleros exigen la reducción de los precios del gas de cocina y de los combustibles, a través de mudanzas inmediatas en las políticas de reajuste de derivados de Petrobras", agregó el gremio que reúne a 13 sindicatos del poderoso sector petrolero.
En el centro de los reclamos está la política del gigante estatal Petrobras, que reajusta constantemente los precios de los combustibles de acuerdo a las oscilaciones del mercado del petróleo.
Esa política de precios condujo a un aumento constante de los precios en el mercado brasileño en 2018. Sólo en mayo, el precio de la gasolina subió un 12 por ciento y el del diésel un 9,3 por ciento, según cálculos de la estatal Agencia Brasil.
La huelga de transportistas iniciada el lunes 21 de mayo generó el caos por todo el país en la última semana debido a los bloqueos de carreteras y refinerías.
Varios aeropuertos activaron planes de contingencia tras quedarse sin combustible por todo el país y muchas fábricas, sobre todo en la metrópoli industrial Sao Paulo, tuvieron que suspender sus actividades por la falta de suministro.
En Río de Janeiro y otras ciudades, muchos mercados se quedaron sin frutas y verduras frescas. También el transporte público se vio afectado.
Después de que Temer anunciara una rebaja durante dos meses de los precios de la gasolina y el diésel en la noche del domingo, muchos camioneros suspendieron la huelga el lunes, aunque varios mantuvieron los bloqueos por varias partes del país.