Los rebeldes afganos anunciaron el martes un acuerdo para establecer una oficina de representación en el extranjero con varios interlocutores -entre ellos Catar- con el fin de participar en "negociaciones".
Hasta ahora, siempre habían rechazado negociar con el gobierno afgano y sus aliados mientras los soldados occidentales, que les expulsaron del poder en 2001, no salieran de Afganistán.
En su anuncio, los talibanes también exigieron la liberación de los prisioneros detenidos en la base estadounidense de Guantánamo, en Cuba.
"Hasta ayer, los talibanes no hablaban ni siquiera de conversaciones. Pero ahora dicen que están preparados para abrir una oficina en Catar. Sin duda es un paso positivo hacia la paz", dijo el miércoles Giran Hiwad, de la Red de Analistas sobre Afganistán (AAN), un think-tank con base en Kabul.
El comunicado de los talibanes no indica explícitamente donde ubicarán su sede. Aunque durante un tiempo se barajó Turquía o Arabia Saudí, la nota menciona Catar y su capital, Doha, parte como ciudad favorita.
"Esto muestra que los talibanes están bajo presión. De hecho, quieren negociar", estimó Harun Mir, del Centro de Investigación y Estudios Políticos de Kabul.
La potencia de los talibanes en el país parece incuestionable frente a una fuerza de la OTAN incapaz de vencerles de forma definitiva, pese a los 130.000 de la misión de la ISAF destinados en el país que la Alianza Atlántica quiere retirar antes de que acabe el 2014.
En 2011 murieron 566 soldados de la ISAF, lo que eleva a 2.847 el número de fallecidos desde el inicio del conflicto, mientras que los atentados, cada vez más frecuentes, matan principalmente a civiles.
Los talibanes quieren "negociar directamente con Estados Unidos para esquivar el gobierno" afgano, aseguró Mira.
De hecho, el comunicado del martes no mencionaba en ningún momento a las autoridades afganas. "Al final, han conseguido convencer a los estadounidenses. Es un gran éxito para los talibanes y un revés para el gobierno de Kabul", precisó el analista.
El presidente afgano Hamid Karzai, que ha manifestado varias veces su rechazo a la apertura de una oficina de representación taliban fuera del país, ha terminado por aceptarla.
"No han incluido al gobierno afgano porque este no puede satisfacer su demanda de liberar prisioneros de Guantánamo", destacó Wahed Mujda, ex funcionario del régimen taliban (1996-2011), ahora analista político.
"No se trata de negociaciones de paz", destaca Mujda, porque "sólo se habla de prisioneros talibanes detenidos en Guantánamo". Sin embargo, la apertura de una oficina taliban fueran de Afganistán "da a los estadounidenses un lugar para posibles negociaciones en el futuro" con los rebeldes, afirmó.
Washington reaccionó al anuncio de los insurgentes como a "cualquier avance en el camino de un proceso de reconciliación llevado por los afganos".
Los estadounidenses se mantuvieron firmes ante las posibles negociaciones que desde hace años buscan, insistiendo siempre en que los talibanes deben romper cualquier vínculo con Al Qaida, abandonar la violencia y aceptar la constitución afgana.
Al mismo tiempo que difundían su comunicado, los talibanes reivindicaron un atentado suicida que dejó cinco muertos, entre ellos cuatro niños, en Kandahar (sur).
Hasta ahora, siempre habían rechazado negociar con el gobierno afgano y sus aliados mientras los soldados occidentales, que les expulsaron del poder en 2001, no salieran de Afganistán.
En su anuncio, los talibanes también exigieron la liberación de los prisioneros detenidos en la base estadounidense de Guantánamo, en Cuba.
"Hasta ayer, los talibanes no hablaban ni siquiera de conversaciones. Pero ahora dicen que están preparados para abrir una oficina en Catar. Sin duda es un paso positivo hacia la paz", dijo el miércoles Giran Hiwad, de la Red de Analistas sobre Afganistán (AAN), un think-tank con base en Kabul.
El comunicado de los talibanes no indica explícitamente donde ubicarán su sede. Aunque durante un tiempo se barajó Turquía o Arabia Saudí, la nota menciona Catar y su capital, Doha, parte como ciudad favorita.
"Esto muestra que los talibanes están bajo presión. De hecho, quieren negociar", estimó Harun Mir, del Centro de Investigación y Estudios Políticos de Kabul.
La potencia de los talibanes en el país parece incuestionable frente a una fuerza de la OTAN incapaz de vencerles de forma definitiva, pese a los 130.000 de la misión de la ISAF destinados en el país que la Alianza Atlántica quiere retirar antes de que acabe el 2014.
En 2011 murieron 566 soldados de la ISAF, lo que eleva a 2.847 el número de fallecidos desde el inicio del conflicto, mientras que los atentados, cada vez más frecuentes, matan principalmente a civiles.
Los talibanes quieren "negociar directamente con Estados Unidos para esquivar el gobierno" afgano, aseguró Mira.
De hecho, el comunicado del martes no mencionaba en ningún momento a las autoridades afganas. "Al final, han conseguido convencer a los estadounidenses. Es un gran éxito para los talibanes y un revés para el gobierno de Kabul", precisó el analista.
El presidente afgano Hamid Karzai, que ha manifestado varias veces su rechazo a la apertura de una oficina de representación taliban fuera del país, ha terminado por aceptarla.
"No han incluido al gobierno afgano porque este no puede satisfacer su demanda de liberar prisioneros de Guantánamo", destacó Wahed Mujda, ex funcionario del régimen taliban (1996-2011), ahora analista político.
"No se trata de negociaciones de paz", destaca Mujda, porque "sólo se habla de prisioneros talibanes detenidos en Guantánamo". Sin embargo, la apertura de una oficina taliban fueran de Afganistán "da a los estadounidenses un lugar para posibles negociaciones en el futuro" con los rebeldes, afirmó.
Washington reaccionó al anuncio de los insurgentes como a "cualquier avance en el camino de un proceso de reconciliación llevado por los afganos".
Los estadounidenses se mantuvieron firmes ante las posibles negociaciones que desde hace años buscan, insistiendo siempre en que los talibanes deben romper cualquier vínculo con Al Qaida, abandonar la violencia y aceptar la constitución afgana.
Al mismo tiempo que difundían su comunicado, los talibanes reivindicaron un atentado suicida que dejó cinco muertos, entre ellos cuatro niños, en Kandahar (sur).