Moyano, un influyente e histórico jefe gremial peronista y presidente del club de fútbol Independiente, convocó la marcha en medio de una ofensiva judicial en su contra y espera reunir a una multitud en la capital.
La protesta contará con el apoyo de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), que nuclea a gran parte de los gremios de trabajadores públicos; entre otros sindicatos, y de sólo uno de los miembros del triunvirato que comanda la histórica central obrera Confederación General de Trabajadores (CGT).
También se sumarán a la protesta varios movimientos sociales y un sector de la oposición, en su mayoría partidos de izquierda, kirchneristas y algunos sectores del peronismo.
Un amplio abanico de sindicatos decidió en tanto no sumarse a la marcha, algunos de ellos de amplio peso como comercio, construcción, metalurgia y transporte automotor. "Es por una pelea personal entre Moyano y Macri, no voy", afirmó el jefe de los gastronómicos, Luis Barrionuevo.
Más allá de la convocatoria de Moyano, la movilización podría convertirse en una expresión del descontento popular contra el Gobierno de Macri por la pérdida del poder adquisitivo ante una inflación aún indomable y el aumento de tarifas, en medio de una lenta reactivación económica que no logra alcanzar a todos los sectores y genera pérdida de empleos.
El clima previo se empañó en tanto por las amenazas de muerte que recibieron dos diputadas oficialistas que denunciaron a Moyano en diversas causas judiciales, Graciela Ocaña y Paula Oliveto.
El Gobierno relativizó la protesta, al asegurar que fue convocada como una respuesta de Moyano a las investigaciones judiciales en su contra. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, afirmó que "es una marcha que tiene como principal impulsor un tema personal de un dirigente sindical que entiende que no tiene que ser igual que cualquier otro ciudadano frente a la Justicia".
La protesta contará con el apoyo de la Central de Trabajadores de Argentina (CTA), que nuclea a gran parte de los gremios de trabajadores públicos; entre otros sindicatos, y de sólo uno de los miembros del triunvirato que comanda la histórica central obrera Confederación General de Trabajadores (CGT).
También se sumarán a la protesta varios movimientos sociales y un sector de la oposición, en su mayoría partidos de izquierda, kirchneristas y algunos sectores del peronismo.
Un amplio abanico de sindicatos decidió en tanto no sumarse a la marcha, algunos de ellos de amplio peso como comercio, construcción, metalurgia y transporte automotor. "Es por una pelea personal entre Moyano y Macri, no voy", afirmó el jefe de los gastronómicos, Luis Barrionuevo.
Más allá de la convocatoria de Moyano, la movilización podría convertirse en una expresión del descontento popular contra el Gobierno de Macri por la pérdida del poder adquisitivo ante una inflación aún indomable y el aumento de tarifas, en medio de una lenta reactivación económica que no logra alcanzar a todos los sectores y genera pérdida de empleos.
El clima previo se empañó en tanto por las amenazas de muerte que recibieron dos diputadas oficialistas que denunciaron a Moyano en diversas causas judiciales, Graciela Ocaña y Paula Oliveto.
El Gobierno relativizó la protesta, al asegurar que fue convocada como una respuesta de Moyano a las investigaciones judiciales en su contra. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, afirmó que "es una marcha que tiene como principal impulsor un tema personal de un dirigente sindical que entiende que no tiene que ser igual que cualquier otro ciudadano frente a la Justicia".