Pero mientras los diplomáticos vendían el acuerdo como el camino hacia la paz, el mismo sábado una lluvia de bombardeos aéreos dejaron en la ciudad de Idleb (noroeste) 24 personas muertas y decenas de heridos.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que se desconocía la autoría de los ataques, y que algunos cadáveres "estaban tan quemados que no eran reconocibles".
Un fotógrafo de la AFP en esa ciudad vio a hombres trepando entre los escombros, en sandalias o zapatillas, tratando de ayudar a evacuar a los heridos, entre ellos niños, de un edificio derruido.
El acuerdo firmado en Ginebra el viernes entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, entrará en vigor el lunes, primer día de la fiesta musulmana del Eid al Adha.
La agencia gubernamental siria SANA informó que "el gobierno ha aprobado el acuerdo y el cese de hostilidades comenzará en Alepo por razones humanitarias".
Citando "fuentes informadas", SANA señaló que "el acuerdo al completo fue logrado con el conocimiento del gobierno sirio".
Un responsable del Alto Comité de Negociaciones (ACN) dijo que el grupo de opositores, a la espera de recibir "el texto oficial", se congratulaba por el acuerdo.
"Saludamos este acuerdo, si llega a aplicarse", dijo Bassma Kodmani. "Estamos a la expectativa de que Rusia convenza al régimen, algo necesario para poner en marcha el acuerdo".
Ambas potencias respaldan bandos opuestos en el conflicto: mientras que Moscú apoya al régimen del presidente Bashar Al Asad, Washington ayuda a la coalición de rebeldes que considera moderados.
El cierre del plan se produjo tras una maratoniana reunión de más de 12 horas en Ginebra en un nuevo intento de frenar un conflicto que ha dejado más de 290.000 muertos y millones de desplazados hacia Líbano, Turquía y la Unión Europea.
Tanto Kerry como Lavrov dijeron que el complejo plan es la mejor oportunidad para acabar con la guerra entre el régimen y los rebeldes y seguir atacando a los yihadistas del antiguo Frente Al Nusra, antes afiliado a Al Qaida, y al grupo Estado Islámico.
La espinosa cuestión de la salida de Asad sigue estando en el aire. Mientras que las potencias occidentales abogan porque el presidente sirio deje el cargo, Rusia le apoya.
Un punto clave del acuerdo es la entrega de ayuda humanitaria a los civiles que viven en las áreas controladas por los rebeldes en Alepo, segunda ciudad de Siria, asediada por el gobierno.
Rusia también tendrá que convencer a la fuerza aérea siria de que deje de bombardear las zonas controladas por los rebeldes, mientras que Estados Unidos deberá conseguir que los grupos de la oposición se desvinculen del antiguo frente Al Nusra, ahora llamado Frente Fateh Al Sham.
Kodmani dijo que los rebeldes romperían lazos con los yihadistas si la tregua se mantiene.
"Los grupos moderados se reorganizarán y se distanciarán de los grupos radicales. Cumpliremos con nuestra parte", dijo.
Sin embargo, Charles Lister, del Middle East Institute, dijo que los grupos rebeldes principales ven con desconfianza el diálogo entre Rusia y Estados Unidos y parecen reacios a separarse de los poderosos yihadistas si el alto el fuego se vulnera.
Los rebeldes se enfrentan ahora a "la mayor y más crucial decisión desde que decidieran tomar las armas contra el régimen de Al Asad en 2011", dijo el experto.
Desde Naciones Unidas, el enviado especial para Siria, Staffan de Mistura, declaró que el pacto suponía una "ventana de oportunidad" y que empezaría a consultar a las partes con vistas a reactivar los diálogos de paz.
Por otro lado, el ejército israelí indicó que había disparado hacia posiciones militares sirias tras la caída de un "proyectil" proveniente de Siria en los Altos del Golán, ocupados por Israel. Se trata del tercer accidente similar en menos de una semana.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que se desconocía la autoría de los ataques, y que algunos cadáveres "estaban tan quemados que no eran reconocibles".
Un fotógrafo de la AFP en esa ciudad vio a hombres trepando entre los escombros, en sandalias o zapatillas, tratando de ayudar a evacuar a los heridos, entre ellos niños, de un edificio derruido.
El acuerdo firmado en Ginebra el viernes entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, entrará en vigor el lunes, primer día de la fiesta musulmana del Eid al Adha.
La agencia gubernamental siria SANA informó que "el gobierno ha aprobado el acuerdo y el cese de hostilidades comenzará en Alepo por razones humanitarias".
Citando "fuentes informadas", SANA señaló que "el acuerdo al completo fue logrado con el conocimiento del gobierno sirio".
Un responsable del Alto Comité de Negociaciones (ACN) dijo que el grupo de opositores, a la espera de recibir "el texto oficial", se congratulaba por el acuerdo.
"Saludamos este acuerdo, si llega a aplicarse", dijo Bassma Kodmani. "Estamos a la expectativa de que Rusia convenza al régimen, algo necesario para poner en marcha el acuerdo".
Ambas potencias respaldan bandos opuestos en el conflicto: mientras que Moscú apoya al régimen del presidente Bashar Al Asad, Washington ayuda a la coalición de rebeldes que considera moderados.
El cierre del plan se produjo tras una maratoniana reunión de más de 12 horas en Ginebra en un nuevo intento de frenar un conflicto que ha dejado más de 290.000 muertos y millones de desplazados hacia Líbano, Turquía y la Unión Europea.
- Ventana de oportunidad -
Tanto Kerry como Lavrov dijeron que el complejo plan es la mejor oportunidad para acabar con la guerra entre el régimen y los rebeldes y seguir atacando a los yihadistas del antiguo Frente Al Nusra, antes afiliado a Al Qaida, y al grupo Estado Islámico.
La espinosa cuestión de la salida de Asad sigue estando en el aire. Mientras que las potencias occidentales abogan porque el presidente sirio deje el cargo, Rusia le apoya.
Un punto clave del acuerdo es la entrega de ayuda humanitaria a los civiles que viven en las áreas controladas por los rebeldes en Alepo, segunda ciudad de Siria, asediada por el gobierno.
Rusia también tendrá que convencer a la fuerza aérea siria de que deje de bombardear las zonas controladas por los rebeldes, mientras que Estados Unidos deberá conseguir que los grupos de la oposición se desvinculen del antiguo frente Al Nusra, ahora llamado Frente Fateh Al Sham.
Kodmani dijo que los rebeldes romperían lazos con los yihadistas si la tregua se mantiene.
"Los grupos moderados se reorganizarán y se distanciarán de los grupos radicales. Cumpliremos con nuestra parte", dijo.
Sin embargo, Charles Lister, del Middle East Institute, dijo que los grupos rebeldes principales ven con desconfianza el diálogo entre Rusia y Estados Unidos y parecen reacios a separarse de los poderosos yihadistas si el alto el fuego se vulnera.
Los rebeldes se enfrentan ahora a "la mayor y más crucial decisión desde que decidieran tomar las armas contra el régimen de Al Asad en 2011", dijo el experto.
Desde Naciones Unidas, el enviado especial para Siria, Staffan de Mistura, declaró que el pacto suponía una "ventana de oportunidad" y que empezaría a consultar a las partes con vistas a reactivar los diálogos de paz.
Por otro lado, el ejército israelí indicó que había disparado hacia posiciones militares sirias tras la caída de un "proyectil" proveniente de Siria en los Altos del Golán, ocupados por Israel. Se trata del tercer accidente similar en menos de una semana.