Sobrevivir al azote del hambre


Los hijos y nietos de la guerra civil y la posguerra tienen grabada en la memoria la frase: «¡Cómo se nota que nunca has pasado hambre!», que pronunciaban padres y abuelos ante un pequeño que no se acababa el plato de comida.



Sobrevivir al azote del hambre
Coincidiendo con el 70° aniversario del fin de la guerra civil en Catalunya, el Museu Etnològic quiere rendir un homenaje a todos ellos con la exposición Fam i guerra a Catalunya: memòria i estratègies de supervivència, 1936-1959, que se podrá visitar hasta el 30 de abril del próximo año.
Testimonios directos, un centenar de objetos, documentos y fotografías nos acercan a la cruda realidad de los conflictos bélicos y una de sus consecuencias más terribles, la escasez de alimentos y las dificultades de la población para acceder a ellos. O sea, al hambre.
La muestra se estructura en seis espacios temáticos diferentes. El primero trata de la vida cotidiana durante la guerra, los combates, los bombardeos y la lucha diaria para llevar comida a casa.

EL RACIONAMIENTO / Con la posguerra llegaron las cartillas de racionamiento, el estraperlo callejero, el enriquecimiento de los ganadores, la corrupción de los funcionarios... Y las casas a oscuras por falta de suministro eléctrico. Y las radios encendidas día y noche. Y las enfermedades que provoca la escasez, y las organizaciones de asistencia social.
El recorrido de la exposición finaliza con La memòria de la fam, avui, un capítulo que descubre cómo el hambre ha marcado la memoria colectiva, esa que provoca que la gente corra a llenar su nevera cuando hay huelgas, atentados o inundaciones.
Domingo, 5 de Julio 2009
El Periódico de Catalunya
           


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