Durante una conversación con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, Suu Kyi culpó a los rohingya que atacaron puestos de la Policía en agosto de difundir información falsa sobre la crisis con la intención de desestabilizar la región.
Suu Kyi dijo en un comunicado en Facebook que la información dada al viceprimer ministro turco es "simplemente la punta de un enorme iceberg de desinformación calculada para crear muchos problemas entre comunidades diferentes y con el objetivo de promover los intereses de los terroristas".
El viceprimer ministro turco, Mehmet Simsek, había subido previamente imágenes en Twitter sobre los presuntos asesinatos de civiles rohingyas, pero más tarde se constató que no eran de Myanmar.
Los rohingya, una minoría musulmana perseguida, acusan a los soldados de Myanmar - un país de mayoría budista que lleva años negándoles la nacionalidad- de atrocidades y muchos han emprendido la huida a la vecina Bangladesh a raíz de un brote de violencia a finales de agosto.
Se calcula que al menos 400 personas murieron en la violencia que azota la provincia birmana de Rajine, cerca de la frontera con Bangladesh, desde finales de agosto, cuando el ejército de Myanmar reaccionó con dureza a ataques de los rohingya contra puestos del Ejército y la policía.
Al menos 146.000 rohingya marcharon al país vecino desde el último brote de entonces, según dijo hoy un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La víspera se había hablado de 123.000.
En su huida se han reportado numerosos muertos, los últimos hoy mismo, cuando ocho personas perdieron la vida al hundirse al menos 11 embarcaciones en el río Naf, que separa los dos países, informó la policía de Dacca en Bangladesh. A bordo de cada barco viajaban al menos 25 personas, algunos de los cuales pudieron llegar nadando a tierra y otros continúan desaparecidos.
Sin embargo, el Ejército birmano asegura que los rohingya continúan atacando a sus fuerzas y que están quemando casas.
"Sabemos muy bien, más que la mayoría, lo que significa ser privado de los derechos humanos y de la protección democrática", dijo Suu Kyi, premio Nobel de la paz y que permaneció bajo arresto domiciliario durante años durante la Junta militar que gobernó Myanmar.
"Así que nos aseguramos de que todas las personas en nuestro país tienen el derecho de la protección de sus derechos así como el derecho de su defensa, no solo política, sino social y humanitaria", añadió.
Sin embargo, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo la víspera en Nueva York que la minoría corría el "riesgo de una limpieza étnica" y ACNUR alertó que los campamentos de refugiados en Bangladesh están llenos. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OMI), se necesita ayuda urgente para los refugiados que siguen llegando.
Suu Kyi dijo en un comunicado en Facebook que la información dada al viceprimer ministro turco es "simplemente la punta de un enorme iceberg de desinformación calculada para crear muchos problemas entre comunidades diferentes y con el objetivo de promover los intereses de los terroristas".
El viceprimer ministro turco, Mehmet Simsek, había subido previamente imágenes en Twitter sobre los presuntos asesinatos de civiles rohingyas, pero más tarde se constató que no eran de Myanmar.
Los rohingya, una minoría musulmana perseguida, acusan a los soldados de Myanmar - un país de mayoría budista que lleva años negándoles la nacionalidad- de atrocidades y muchos han emprendido la huida a la vecina Bangladesh a raíz de un brote de violencia a finales de agosto.
Se calcula que al menos 400 personas murieron en la violencia que azota la provincia birmana de Rajine, cerca de la frontera con Bangladesh, desde finales de agosto, cuando el ejército de Myanmar reaccionó con dureza a ataques de los rohingya contra puestos del Ejército y la policía.
Al menos 146.000 rohingya marcharon al país vecino desde el último brote de entonces, según dijo hoy un portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR). La víspera se había hablado de 123.000.
En su huida se han reportado numerosos muertos, los últimos hoy mismo, cuando ocho personas perdieron la vida al hundirse al menos 11 embarcaciones en el río Naf, que separa los dos países, informó la policía de Dacca en Bangladesh. A bordo de cada barco viajaban al menos 25 personas, algunos de los cuales pudieron llegar nadando a tierra y otros continúan desaparecidos.
Sin embargo, el Ejército birmano asegura que los rohingya continúan atacando a sus fuerzas y que están quemando casas.
"Sabemos muy bien, más que la mayoría, lo que significa ser privado de los derechos humanos y de la protección democrática", dijo Suu Kyi, premio Nobel de la paz y que permaneció bajo arresto domiciliario durante años durante la Junta militar que gobernó Myanmar.
"Así que nos aseguramos de que todas las personas en nuestro país tienen el derecho de la protección de sus derechos así como el derecho de su defensa, no solo política, sino social y humanitaria", añadió.
Sin embargo, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo la víspera en Nueva York que la minoría corría el "riesgo de una limpieza étnica" y ACNUR alertó que los campamentos de refugiados en Bangladesh están llenos. Según la Organización Internacional para las Migraciones (OMI), se necesita ayuda urgente para los refugiados que siguen llegando.