"Tabú", del portugués Miguel Gomes, un "amor loco" en las colonias de África


BERLÍN. - El cineasta portugués Miguel Gomes presentó el martes, en el concurso por el Oso de Oro de la Berlinale, su película "Tabú", la exótica y melancólica historia de un amor adúltero, filmada en Mozambique, que restituye con veracidad el comienzo del fin del imperio de Portugal en el continente africano.



Imagen de la película Tabú, de Miguel Gomes.
Imagen de la película Tabú, de Miguel Gomes.
Coproducida por Brasil, Francia y Alemania, "Tabú", en un suntuoso blanco y negro, juega con las referencias cinematográficas, en especial las películas del maestro del cine mudo alemán Friedrich Wilhelm Murnau, para contar en dos partes -el Paraíso y su pérdida- la historia de la excéntrica Aurora, interpretada por Ana Moreira, una bella joven que hereda una plantación en el Mozambique de los años 40-50.
La narración comienza en Lisboa, cuando Aurora ya es una anciana que está perdiendo la razón. Antes de morir pide a su sirvienta caboverdiana, llamada Santa, y a su vecina Pilar, que busquen a un hombre llamado Gian Luca Ventura (Henrique Espírito Santo), quien resulta ser el amante que ella tuvo en Mozambique cuando estaba allí, casada con un joven colono interpretado por el actor brasileño de origen alemán, Ivo Muller.
El viejo seductor será el encargado de contar la historia de ese amor adúltero que además esconde el terrible secreto de un crimen.
El realizador Miguel Gomes rechazó que su película fuese un homenaje al cine. "Es más bien un filme que representa mi amor por el cine, y en especial por el cine mudo. Tengo mala memoria, he olvidado las películas que he visto, pero es cierto que cuando tenía 15 años vi en la televisión de Portugal un ciclo de Murnau. Cualquiera que posea un alma jamás podrá olvidar esas películas".
"El colonialismo y el exotismo coexisten. No era necesario hacer una demostración de que el colonialismo era malsano, pues en Portugal tenemos suficiente memoria histórica. Tal vez esta película comenzó con un viaje que hice a Mozambique y donde oí denigrar a Portugal y todo lo que había ocurrido", precisó Gomes.
"Mi película quiere más bien adentrarse en temas como la vejez y la juventud, la soledad y la posibilidad del amor, saber si es posible un matrimonio feliz en medio de ese mundo de injusticia que era la colonia", añadió.
Durante todo el filme aparece un pequeño cocodrilo, mascota de Aurora, como un símbolo del mundo "salvaje" que sirve de distracción a los colonos.
"Hay una dicotomía entre ese paraíso y su pérdida, era una oposición que quise subrayar. La segunda parte de la película es la historia de esa época colonial", dijo.
"La crítica implícita del colonialismo, la crítica de esa sociedad, no excluye la belleza, la evocación de algo que se derrumbó. En medio de ese mundo donde los blancos eran los amos quise pintar las premisas de lo que iba a venir, la bomba de tiempo demográfica, la guerra y esa historia de amor condenada a fracasar", precisó el realizador.
Martes, 14 de Febrero 2012
AFP (Agencia France-Presse)
           


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