La muestra, que abre el miércoles en la Pinacoteca de París, hasta el 15 de agosto, transmite esa pasión por la vida, el arte, la moda de esta figura singular e inclasificable que fue Lempicka, ícono del modernismo.
Sus cuadros, que reflejan su fascinación por el cuerpo humano, están impregnados de erotismo y de una sensualidad transgresora.
Tamara de Lempicka (1898-1980 ) "fue una de de las mujeres más bellas, libres y modernas de su época, y una artista excepcional, que se inspiró de los lenguajes más innovadores del siglo XX: la fotografía, el grafismo, el cine y la moda", afirmó la comisaria de la exposición, la italiana Gioia Mori.
En una entrevista con la AFP, la experta subrayó la "dimensión internacional" de Lempicka, "que nació en Polonia, vivió en Rusia, estudió en Italia, emigró a París y luego a Nueva York, y pasó los últimos años de su vida en México, donde murió".
Su vida parece una película: nació en Varsovia, en el seno de una familia acaudalada; se casó con un aristócrata polaco, que conoció en San Petersburgo y con quien emigró de Rusia tras la revolución bolchevique.
Vivió intensamente el París de los "años locos", donde Lempicka brilló por su estilo sofisticado y vanguardista, antes de conquistar Nueva York.
Se casó dos veces - la segunda con un acaudalado hombre de negocios alemán -, pero asumía y expresaba libremente su amor por las mujeres, que está presente en toda su obra.
"Mujer sin patria", Lempicka se instaló en los años 60 en Cuernavaca, donde vivió hasta el fin de sus días, y donde murió en 1980. "Tamara pidió expresamente que sus cenizas fueran arrojadas desde un helicóptero sobre el volcán Popocatépetl", indicó la experta.
La trayectoria de Lempicka, que creó sus mejores obras entre 1925 a 1935, está estrechamente vinculada a los grandes cambios históricos y artísticos de esos años.
La exposición consagrada a Lempicka ha sido por eso organizada en paralelo a una dedicada al "Art Nouveau", que muestra la evolución de ese movimiento sensual hacia las líneas elegantes y geométricas del Art Déco, que nació como respuesta al orden establecido tras la Primera Guerra Mundial, y que ella representa.
Influido por el cubismo y el fauvismo, el Art Déco abarcó un abanico de disciplinas, desde mobiliario a escultura, pasando por joyería, diseño, textiles, y hasta en el cine.
Ese movimiento tuvo su apogeo en los años veinte, en los rascacielos de Manhattan, principalmente en el exquisito Edificio Chrysler.
La carrera de Lempicka, su pincel lleno de luces y sombras, que ha seducido a estrellas como Madonna, que coleccionan su obra, encarna ese periodo.
"Tamara fue un ícono del Art Déco, ", resumió la comisaria de la exposición.
"Su lenguaje contiene todas las características de ese movimiento artístico vanguardista", que se expandió hasta La Habana, Montevideo y Buenos Aires, ciudades donde se levantan bellos edificios de Art Déco.
Ahora, esa mujer ardiente y bella reposa dentro del hermoso volcán mexicano.