Guadalupe Yoli, La Lupe.
Escrita por Carlos Padrón y bajo la dirección de la experimentada actriz Verónica Lynn, el monólogo de María Teresa Pina interpretando a Yoli, está precedido de un documental de unos 20 minutos sobre la cantante, pues los cubanos menores de 60 años no la conocen.
"Tremenda actuación, es increíble como la actriz se mete en el personaje, de una artista de la que por cierto nunca había oído hablar", dijo a la AFP Frank, de 28 años, a la salida de la sala Adolfo Llauradó de La Habana este miércoles.
Guadalupe Yoli, "la Reina del Latin Soul", "La Lupe", "La Yiyiyi", nació en diciembre de 1939 en San Pedrito, un barrio pobre de Santiago de Cuba (sureste), y comenzó su vida artística en La Habana en 1959, el mismo año en que Fidel Castro llegó al poder y comenzó a implantar el comunismo en la isla.
Con su primer esposo Eulogio (Yoyo) Reyes formó el trío Tropicuba y comenzó a cantar en el Club "La Red" de La Habana, donde su peculiar forma de interpretar boleros, frenética y sensual, lanzando sus zapatos y pelucas, le provocó un inicial rechazo popular, pero fue muy celebrada por los intelectuales.
Conflictos raciales y sexistas
Jean Paul Sartre, Ernest Hemingway y Pablo Picasso estuvieron entre sus admiradores en La Red, antes de que el nuevo gobierno revolucionario le cerrara las puertas de la televisión y los escenarios por criterios "morales", se explica en el documental y la obra de teatro. Entonces fue borrada de los medios cubanos.
Emigrada a México en 1960 y luego a Estados Unidos, triunfó en Nueva York de la mano del percusionista cubano Mongo Santamaría y después del músico puertorriqueño Tito Puente.
Fue la primera cantante latina que actuó en los exclusivos Carnegie Hall y el Madison Square Garden, pero su fama solo llegó hasta los años 70, cuando su vida desenfrenada, las drogas y las prácticas religiosas, marcaron su declive, aprovechado -según críticos de la época-, por su compatriota Celia Cruz.
La Lupe murió pobre, inválida (tras una caída en que se fracturó la columna vertebral) y olvidada en 1992 en Nueva York, a los 55 años, de un infarto mientras dormía.
"La puesta en escena refleja los conflictos raciales y sexistas que tuvo que vencer, impuestos por la sociedad de su época. Aparecen los hombres que amó y desamó; de ahí que el argumento se centre en la vida de la cantante cubana: sus virtudes, defectos, encuentros y desencuentros, aciertos y excesos", dijo el diario Juventud Rebelde al elogiar la obra de teatro.
"La gran tirana constituye un homenaje a La Lupe que el público podrá disfrutar (...), ahora que felizmente regresa a nuestra escena", concluyó.
"Tremenda actuación, es increíble como la actriz se mete en el personaje, de una artista de la que por cierto nunca había oído hablar", dijo a la AFP Frank, de 28 años, a la salida de la sala Adolfo Llauradó de La Habana este miércoles.
Guadalupe Yoli, "la Reina del Latin Soul", "La Lupe", "La Yiyiyi", nació en diciembre de 1939 en San Pedrito, un barrio pobre de Santiago de Cuba (sureste), y comenzó su vida artística en La Habana en 1959, el mismo año en que Fidel Castro llegó al poder y comenzó a implantar el comunismo en la isla.
Con su primer esposo Eulogio (Yoyo) Reyes formó el trío Tropicuba y comenzó a cantar en el Club "La Red" de La Habana, donde su peculiar forma de interpretar boleros, frenética y sensual, lanzando sus zapatos y pelucas, le provocó un inicial rechazo popular, pero fue muy celebrada por los intelectuales.
Conflictos raciales y sexistas
Jean Paul Sartre, Ernest Hemingway y Pablo Picasso estuvieron entre sus admiradores en La Red, antes de que el nuevo gobierno revolucionario le cerrara las puertas de la televisión y los escenarios por criterios "morales", se explica en el documental y la obra de teatro. Entonces fue borrada de los medios cubanos.
Emigrada a México en 1960 y luego a Estados Unidos, triunfó en Nueva York de la mano del percusionista cubano Mongo Santamaría y después del músico puertorriqueño Tito Puente.
Fue la primera cantante latina que actuó en los exclusivos Carnegie Hall y el Madison Square Garden, pero su fama solo llegó hasta los años 70, cuando su vida desenfrenada, las drogas y las prácticas religiosas, marcaron su declive, aprovechado -según críticos de la época-, por su compatriota Celia Cruz.
La Lupe murió pobre, inválida (tras una caída en que se fracturó la columna vertebral) y olvidada en 1992 en Nueva York, a los 55 años, de un infarto mientras dormía.
"La puesta en escena refleja los conflictos raciales y sexistas que tuvo que vencer, impuestos por la sociedad de su época. Aparecen los hombres que amó y desamó; de ahí que el argumento se centre en la vida de la cantante cubana: sus virtudes, defectos, encuentros y desencuentros, aciertos y excesos", dijo el diario Juventud Rebelde al elogiar la obra de teatro.
"La gran tirana constituye un homenaje a La Lupe que el público podrá disfrutar (...), ahora que felizmente regresa a nuestra escena", concluyó.