El nuevo jefe de la diplomacia estadounidense pasó apenas cinco horas en Bruselas en su primera reunión de ministros de Relaciones Exteriores de los 28 países de la Alianza Atlántica, cuando los europeos se preocupan por su seguridad colectiva desde la llegada al poder de Donald Trump, percibido como aislacionista.
Estados Unidos, primera potencia militar mundial -con un presupuesto anual que el presidente estadounidense quiere llevar en 2018 a los 639.000 millones de dólares- asegura el 68% del gasto en defensa acumulado de los miembros de la OTAN.
Desde hace años, mucho antes de la llegada del republicano a la Casa Blanca, Washington considera que contribuye demasiado al "reparto de la carga" en relación a sus aliados europeos. Tras su predecesor demócrata, Barack Obama, Donald Trump reclama que todos los países de la Alianza destinen a su defensa al menos el 2% de su Producto Interior Bruto (PIB).
Los europeos se habían comprometido a cumplir antes de 2024 el objetivo de gasto militar hasta el 2% del PIB durante una cumbre de la OTAN en Gales en 2014. Hasta el día de hoy, solo cinco países lo han conseguido.
Tan pronto como llegó a Bruselas, el discreto Rex Tillerson reclamó que Europa "aumente" su gasto e inversión militar de aquí a 2024.
- 'Acelerar los esfuerzos' -
"Los aliados que no tienen programas concretos para gastar el 2% del PIB en materia de defensa de aquí a 2024 deben implementarlos ahora. Quienes tienen un programa para alcanzar el 2% deben acelerar sus esfuerzos y obtener resultados", insistió Tillerson.
En su intervención, el secretario de Estado norteamericano pidió que los dirigentes de la Alianza aprueben este objetivo durante su cumbre del próximo 25 de mayo, con el presidente Trump.
"Es necesario que antes de fin de año todos los aliados hayan cumplido sus compromisos o puesto en marcha programas que precisen claramente" cómo lograrlo, afirmó Tillerson.
Porque, advirtió, "Estados Unidos ya no puede mantener una parte desproporcionada de los gastos de defensa de la OTAN". Para Washington, este representa un 3,6% de su PIB.
Sin verdaderos medios de presión sobre los europeos, Rex Tillerson advirtió que "la capacidad de la Alianza para la seguridad (...) transatlántica depende de ello".
Su homólogo británico, Boris Johnson, cuyo país es el aliado histórico de Estados Unidos y que ya alcanzó el 2%, reclamó que la OTAN sea "correctamente financiada".
- Críticas de Alemania -
Sin embargo, el alemán Sigmar Gabriel arremetió contra un objetivo que considera "irrealista". Cuando Donald Trump recibió a mediados de marzo a la canciller Angela Merkel, acusó a Berlín de deber "enormes sumas de dinero" a la OTAN y a Washington. Algo que Alemania desmintió.
Por su parte, el francés Jean-Marc Ayrault advirtió contra la tentación de "gastar por gastar".
Es la misma opinión del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que señaló que los gastos de defensa de los europeos y de Canadá "aumentaron en 10.000 millones de dólares" en 2016.
Stoltenberg pidió "continuar con esta dinámica", alabando a una Alianza Atlántica tan "vital" para Estados Unidos como para Europa.
La cumbre de la OTAN del 25 de mayo en Bruselas será el primer viaje de Donald Trump a Europa, donde se encontrará con unos europeos sorprendidos por sus provocadoras declaraciones sobre el "maravilloso" Brexit y sobre una OTAN "obsoleta".
Pero Rex Tillerson aseguró que "el presidente y el Congreso de Estados Unidos apoyan a la OTAN", como desde su creación en 1949 al principio de la Guerra Fría entre los occidentales y el campo soviético.
- 'Ocupación rusa' -
Después de años de frías relaciones entre la administración Obama y el Kremlin, Donald Trump abogó en varias ocasiones por un acercamiento con su homólogo ruso Vladimir Putin.
Sin embargo, sus ministros fueron tan firmes con Moscú como bajo la era Obama.
Después de un encuentro entre el jefe de la diplomacia de Kiev, Pavlo Klimkine, y la OTAN, Rex Tillerson denunció "la agresión de Rusia en Ucrania", su "hostilidad" en Europa del Este y su "ocupación en Crimea, que "comprometen nuestra visión común de una Europa libre y en paz.
En visita a Londres, el jefe del Pentágono, James Mattis, criticó "las violaciones de Rusia del derecho internacional".
Finalmente, Tillerson demandó a la OTAN jugar un papel más importante contra la organización yihadista Estado Islámico (EI) y en materia de "antiterrorismo".