En este año del tigre, según el calendario chino, la cumbre, auspiciada por el primer ministro ruso Vladimir Putin, aspira a elaborar un programa para duplicar la cantidad de tigres en estado salvaje de aquí al año 2022.
Hoy sólo quedan 3.200 tigres contra 100.000 hace un siglo, estima el Fondo mundial por la Naturaleza (WWF).
"Tres subespecies han desaparecido y el futuro de otras seis no está asegurado", destaca el proyecto de declaración que debe ser aprobado durante esta cumbre de jefes de gobierno, la primera de este nivel dedicada a la supervivencia de una sola especie.
Este foro se desarrollará bajo el auspicio del primer ministro ruso Vladimir Putin, declarado defensor del tigre del Amur, la subespecie rusa.
Contrariamente a lo que ocurre en los otros doce países - Bangladesh, Bhutan, Camboya, China, India, Indonesia, Laos, Malasia, Birmania, Nepal, Tailandia, Vietnam - el número de tigres en Rusia ha aumentado, pasando en 50 años de unos 100 individuos a un número de entre 450 y 500.
"Rusia cumple un papel clave en tanto país anfitrión y da el buen ejemplo. Uno de los elementos importantes es la preocupación personal de Putin", destacó Sabri Zain, de la organización TRAFFIC.
Efectivamente, el primer ministro ruso asumió personalmente el control de un programa de salvaguarda del tigre.
En agosto de 2008 había participado en la captura de una tigresa para equiparla con un collar GPS.
El análisis de sus desplazamientos es uno de elementos centrales del programa ruso de defensa del felino.
Si bien existe un consenso internacional sobre la protección del animal, hace falta una acción coordinada en el terreno, en particular para luchar contra el tráfico de partes del tigre, como los huesos, bigotes o garras, utilizados en la medicina tradicional asiática.
Andrei Kuchlin, responsable del Banco mundial para la protección del tigre, indicó a mediados de noviembre que 350 millones de dólares serían destinados durante cinco años para el plan de acción que será adoptado durante la cumbre.
Este programa debe confirmar la creación de un consorcio internacional para la protección del felino en el que participarán Interpol y las aduanas de los paises implicados.
Las ONG esperan decisiones relativas al aumento de los santuarios para la especie, siendo la reducción del espacio vital del felino la otra gran amenaza.
Pero son sobre todo India y China los paises que están en el centro del problema. El primero porque en él se encuentra la mitad de los tigres que aún existen y el segundo porque los chinos son los principales consumidores de los productos derivados.
Hoy sólo quedan 3.200 tigres contra 100.000 hace un siglo, estima el Fondo mundial por la Naturaleza (WWF).
"Tres subespecies han desaparecido y el futuro de otras seis no está asegurado", destaca el proyecto de declaración que debe ser aprobado durante esta cumbre de jefes de gobierno, la primera de este nivel dedicada a la supervivencia de una sola especie.
Este foro se desarrollará bajo el auspicio del primer ministro ruso Vladimir Putin, declarado defensor del tigre del Amur, la subespecie rusa.
Contrariamente a lo que ocurre en los otros doce países - Bangladesh, Bhutan, Camboya, China, India, Indonesia, Laos, Malasia, Birmania, Nepal, Tailandia, Vietnam - el número de tigres en Rusia ha aumentado, pasando en 50 años de unos 100 individuos a un número de entre 450 y 500.
"Rusia cumple un papel clave en tanto país anfitrión y da el buen ejemplo. Uno de los elementos importantes es la preocupación personal de Putin", destacó Sabri Zain, de la organización TRAFFIC.
Efectivamente, el primer ministro ruso asumió personalmente el control de un programa de salvaguarda del tigre.
En agosto de 2008 había participado en la captura de una tigresa para equiparla con un collar GPS.
El análisis de sus desplazamientos es uno de elementos centrales del programa ruso de defensa del felino.
Si bien existe un consenso internacional sobre la protección del animal, hace falta una acción coordinada en el terreno, en particular para luchar contra el tráfico de partes del tigre, como los huesos, bigotes o garras, utilizados en la medicina tradicional asiática.
Andrei Kuchlin, responsable del Banco mundial para la protección del tigre, indicó a mediados de noviembre que 350 millones de dólares serían destinados durante cinco años para el plan de acción que será adoptado durante la cumbre.
Este programa debe confirmar la creación de un consorcio internacional para la protección del felino en el que participarán Interpol y las aduanas de los paises implicados.
Las ONG esperan decisiones relativas al aumento de los santuarios para la especie, siendo la reducción del espacio vital del felino la otra gran amenaza.
Pero son sobre todo India y China los paises que están en el centro del problema. El primero porque en él se encuentra la mitad de los tigres que aún existen y el segundo porque los chinos son los principales consumidores de los productos derivados.