Esta decisión, dada a conocer el martes, es una respuesta al recurso presentado por la aldea palestina de Deirat, la ONG israelí Rabbis for Human rights, y tres otras organizaciones.
Por lo tanto, Israel mantiene el control de las cuestiones de construcción y urbanismo en la zona C, más del 60% de Cisjordania que no se encuentra bajo la Autoridad palestina en virtud de los Acuerdos de Oslo de 1993. El control de esta región debería ser interino pero perdura ante la falta de una solución al conflicto israelo-palestino.
Así, en tanto los colonos obtienen generalmente la autorización para el desarrollo de sus asentamientos, los palestinos casi nunca lo obtienen. Forzados a construir sin permiso sus casas y edificios, éstos son frecuentemente demolidos por las autoridades israelíes.
Al poner en manos palestinas la atribución de los permisos de construcción, según los demandantes, se resolvería el problema del desplazamiento forzoso de población y también el de la destrucción de viviendas, prácticas condenadas por el derecho internacional.
También presentaron documentos que prueban que existe en Cisjordania un sistema a dos velocidades fundado en los orígenes étnicos: uno civil para los colonos judíos, y otro militar para los palestinos.
Por lo tanto, Israel mantiene el control de las cuestiones de construcción y urbanismo en la zona C, más del 60% de Cisjordania que no se encuentra bajo la Autoridad palestina en virtud de los Acuerdos de Oslo de 1993. El control de esta región debería ser interino pero perdura ante la falta de una solución al conflicto israelo-palestino.
Así, en tanto los colonos obtienen generalmente la autorización para el desarrollo de sus asentamientos, los palestinos casi nunca lo obtienen. Forzados a construir sin permiso sus casas y edificios, éstos son frecuentemente demolidos por las autoridades israelíes.
Al poner en manos palestinas la atribución de los permisos de construcción, según los demandantes, se resolvería el problema del desplazamiento forzoso de población y también el de la destrucción de viviendas, prácticas condenadas por el derecho internacional.
También presentaron documentos que prueban que existe en Cisjordania un sistema a dos velocidades fundado en los orígenes étnicos: uno civil para los colonos judíos, y otro militar para los palestinos.