Mohamad Javad Zarif se reunió con su homólogo turco, Mevlüt Cavusoglu, antes de ser recibido por el presidente Recep Tayyip Erdogan.
Esta es la visita de un responsable extranjero de más alto rango de la región desde el golpe de Estado fallido del 15 de julio.
El viaje de Zarif se produce pocos días después de la visita de Erdogan a Rusia para normalizar las relaciones turco-rusas, tras nueve meses de fuerte tensión existente entre ambos países.
Este desplazamiento de Erdogan dio lugar a especulaciones sobre un eventual acercamiento entre Ankara y Moscú respecto al conflicto sirio.
Irán y Rusia son aliados del presidente sirio Bashar al Asad en la guerra civil siria desde hace más de cinco años, mientras que Turquía apoya a los rebeldes y exige la salida de Al Asad.
Pese a ello, Turquía "cooperará estrechamente" con ambos países sobre la cuestión Siria, aseguró Cavusoglu tras su entrevista.
"Hay cuestiones sobre las que estamos de acuerdo, en particular sobre la integridad territorial", declaró.
Zarif coincidió por su parte en que Irán y Turquía "quieren proteger la integridad territorial de Siria" y que el pueblo sirio debe determinar por sí mismo su futuro".
Pese a las tensiones sobre Siria, tanto Irán como Rusia fueron de los primeros países en dar un apoyo sin fisuras al presidente Erdogan la noche del intento de golpe de Estado. Y la visita de Zarif ha sido bien acogida en Turquía, que reprocha a sus aliados occidentales no haber mostrado demasiada solidaridad.
Ankara ha intentado en los últimos meses conseguir mantener un equilibrio difícil en sus relaciones con Teherán pese a las divergencias sobre Siria y su acercamiento, cada vez más patente, con Arabia saudí, gran rival regional de Irán.
Esta es la visita de un responsable extranjero de más alto rango de la región desde el golpe de Estado fallido del 15 de julio.
El viaje de Zarif se produce pocos días después de la visita de Erdogan a Rusia para normalizar las relaciones turco-rusas, tras nueve meses de fuerte tensión existente entre ambos países.
Este desplazamiento de Erdogan dio lugar a especulaciones sobre un eventual acercamiento entre Ankara y Moscú respecto al conflicto sirio.
Irán y Rusia son aliados del presidente sirio Bashar al Asad en la guerra civil siria desde hace más de cinco años, mientras que Turquía apoya a los rebeldes y exige la salida de Al Asad.
Pese a ello, Turquía "cooperará estrechamente" con ambos países sobre la cuestión Siria, aseguró Cavusoglu tras su entrevista.
"Hay cuestiones sobre las que estamos de acuerdo, en particular sobre la integridad territorial", declaró.
Zarif coincidió por su parte en que Irán y Turquía "quieren proteger la integridad territorial de Siria" y que el pueblo sirio debe determinar por sí mismo su futuro".
Pese a las tensiones sobre Siria, tanto Irán como Rusia fueron de los primeros países en dar un apoyo sin fisuras al presidente Erdogan la noche del intento de golpe de Estado. Y la visita de Zarif ha sido bien acogida en Turquía, que reprocha a sus aliados occidentales no haber mostrado demasiada solidaridad.
Ankara ha intentado en los últimos meses conseguir mantener un equilibrio difícil en sus relaciones con Teherán pese a las divergencias sobre Siria y su acercamiento, cada vez más patente, con Arabia saudí, gran rival regional de Irán.