Entre medias, se ha postrado de hinojos ante EEUU para conseguir indulgencia a cambio de enviar más soldados a Afganistán, donde ya se sabe que no hay guerra, sino una misión humanitaria a tiro limpio. “Esta especial deferencia hacia EEUU no puede ser interpretada, fuera de nuestras fronteras, más que como una prueba de la continuidad de la política de reverencia trasatlántica, aunque de distinto signo”, atizaba José María Ridao en El País, donde también José Ignacio Torreblanca sacudía la badana a Zapatero: “Si sirve o no a Patxi López o a la unidad patria la retirada de tropas es desde luego un enigma para el cual carezco de respuesta”.
Quien sí tenía respuesta para explicar la beligerancia del ex diario independiente de la mañana contra el presidente y su pretendida heredera era el apóstol Federico, al que no se sabe si le queda poco o mucho en el convento, pero sigue haciendo dentro lo que le viene en gana. “¿Por qué El País ataca a Chacón? Pues muy sencillo, porque está casada con Barroso, es decir, Roures, es decir, su enemigo íntimo, mortal, letal”, pontificaba en la Cope.
“Equivocarse no es un crimen: lo es no manejar los tiempos y eructar en la mesa”, sentenciaba Martín Prieto en El Mundo. De eso mismo hablaba Ignacio Camacho en ABC, quien atribuía la flatulencia a Zapatero y el desliz temporal a su ministra. “El único error de la niña de sus ojos ha sido el de precipitar la puesta en escena y omitir el prudencial adverbio de tiempo–pronto, cuando sea posible, en breve, dentro de un año–”.
Metedura de pata
De la pifia se hacía eco hasta Luis Solana, que de los usos diplomáticos algo ha debido aprender de su hermano Javier. “¿Esta decisión tan clara se ha anunciado correctamente en tiempo y forma? Las reacciones de nuestros aliados y nuestros amigos me llenan de dudas. Da la impresión de que alguien no ha hecho las cosas de acuerdo con una buena planificación. Vamos, que alguien ha metido la pata”, explicaba en El Plural. Este hombre sí que es un lince euroasiático.
Quien sí tenía respuesta para explicar la beligerancia del ex diario independiente de la mañana contra el presidente y su pretendida heredera era el apóstol Federico, al que no se sabe si le queda poco o mucho en el convento, pero sigue haciendo dentro lo que le viene en gana. “¿Por qué El País ataca a Chacón? Pues muy sencillo, porque está casada con Barroso, es decir, Roures, es decir, su enemigo íntimo, mortal, letal”, pontificaba en la Cope.
“Equivocarse no es un crimen: lo es no manejar los tiempos y eructar en la mesa”, sentenciaba Martín Prieto en El Mundo. De eso mismo hablaba Ignacio Camacho en ABC, quien atribuía la flatulencia a Zapatero y el desliz temporal a su ministra. “El único error de la niña de sus ojos ha sido el de precipitar la puesta en escena y omitir el prudencial adverbio de tiempo–pronto, cuando sea posible, en breve, dentro de un año–”.
Metedura de pata
De la pifia se hacía eco hasta Luis Solana, que de los usos diplomáticos algo ha debido aprender de su hermano Javier. “¿Esta decisión tan clara se ha anunciado correctamente en tiempo y forma? Las reacciones de nuestros aliados y nuestros amigos me llenan de dudas. Da la impresión de que alguien no ha hecho las cosas de acuerdo con una buena planificación. Vamos, que alguien ha metido la pata”, explicaba en El Plural. Este hombre sí que es un lince euroasiático.