Shereen, el personaje principal, entra en escena. Hace la compra en un pequeño bazar ambulante de Kabul. Pero su marido, un hombre posesivo y brutal, la agarra. La mujer, que lucha por su emancipación, se rebela y estalla un altercado.
En la serie "Shereen's law", que será difundida antes de finales de año, Shereen tiene 36 años y educa sola a sus tres hijos, compaginándolo con su carrera de secretaria judicial en un tribunal de Kabul.
Y no sólo eso, la protagonista lucha contra la corrupción, el acoso, las violaciones e intenta divorciarse del hombre con el que la obligaron a casarse.
Más de 13 años después de la caída de los talibanes, nunca se había hecho una serie así en este país tan conservador.
El casting no ha sido fácil, y muchos actores se echaron atrás por el guión. Una de las actrices que hacía de abogada amiga de Shereen tuvo que renunciar debido a la oposición de su marido. Otro actor, que encarnaba a un juez corrupto, tiró la toalla por miedo a presiones.
- Voz para las mujeres -
Aparte de las escenas exteriores, el equipo rueda en un edificio perteneciente a la productora. No se ha descuidado ningún detalle, desde el retrato del presidente Ashraf Ghani en la sala que sirve de tribunal o el decorado de la oficina de Shereen.
La serie arremete contra el sistema judicial afgano, donde el tema de la corrupción está omnipresente. Según un estudio de Asia Foundation, el 55% de las personas que acuden a los tribunales ha tenido que lidiar con sobornos, lo que convierte a esta institución en la más corrupta por delante de la policía y el ejército.
Los 12 episodios de 45 minutos están producidos por la televisión Tolo, lanzada en 2004 gracias en gran parte a la financiación extranjera.
"Es quizá la primera serie de este tipo en Afganistán que habla de las mujeres", explica Leena Alam, quien da vida a Shereen. "Creo que ya es hora (...) de educar a la gente y de darles información de forma tan directa como hace Shereen", opina.
Un posicionamiento que tiene un precio: "Es un poco peligroso", reconoce Leena Alam.
"Ayer rodábamos fuera. Cuando gritan acción, lo olvido todo (...) y espero la próxima toma. Pero siempre tengo miedo de que alguien me lance ácido o me acuchille", confiesa.
- Romper barreras -
El director y guionista Max Walker, un australiano que trabaja en Afganistán, asegura haber tomado precauciones para evitar llamar la atención de los mulás conservadores.
"Se ha examinado mucho el guión y toda la historia para asegurarse de que aborde estos temas, pero sin ser brutal u ofensivo hasta el punto de que la serie sea retirada", explica.
El régimen de los talibanes (1996-2001) prohibía la televisión, pero hoy en día el 58% de los hogares tiene al menos un televisor, según Asia Foundation.
La televisión puede desempeñar un papel en el avance de los derechos de las mujeres en este país.
"Para bien o para mal, la televisión permitió mover algunas líneas sobre los matrimonios forzados, y probablemente también sobre la violencia infligida a las mujeres y en el seno de las familias", estima Anne Jasim Falher, directora de la asesoría ATR en Kabul.
Masud Sanjer, director de programación del grupo Moby, casa matriz de Tolo, lo tiene claro: "A veces hay que romper las barreras y hacer cosas que den voz a las mujeres".