Manifestantes partidarios del régimen del Baaz llevan fotos del presidente Bashar Al Asad, en Homs, Siria.
El anuncio, la víspera, de la posible anulación del estado de emergencia, medidas anticorrupción, liberaciones de opositores y alzas salariales a los funcionaros no parece haber calmado la protesta popular contra el régimen que dirige el país desde hace 40 años.
Las manifestaciones tuvieron lugar en varias localidades, sobre todo en Deraa (epicentro de la revuelta), Sanamein, Daael (sur), la capital Damasco, Banias y Hama, según militantes de los derechos humanos y corresponsales de la AFP.
Vídeos colgados en Youtube muestran manifestaciones en Homs, al nordeste de Damasco, y en Lataquia. Una página de Facebook asegura que también las hubo en Deir el Zor y en Raqa (nordeste).
Según un habitante, a la salida de la mezquita Al Omari de Deraa, los manifestantes gritaban consignas hostiles al régimen.
Los defensores de los derechos humanos denunciaron 100 muertos el miércoles en manifestaciones en Deraa, una ciudad agrícola de 75.000 habitantes.
En sus inmediaciones, los soldados cargaron sacos de arena en camiones y autobuses del ejército apostados en los cruces por los que se accede a los pueblos de la región.
Con motivo de este "Día de la Dignidad" lanzado en Facebook, cientos de personas se manifestaron en Damasco tras participar en la oración en la mezquita de los Omeyas. Desfilaron a gritos de "Deraa es Siria", "Dios, Siria, libertad y nada más".
Se cruzaron con partidarios del régimen que les contestaban: "Con nuestra sangre y nuestra alma, nos sacrificaremos por Bashar" al Asad.
La AFP vio a policías de paisano llevarse al menos a cinco manifestantes.
Según un testigo, 200 personas desfilaron por el casco antiguo de Damasco antes de que la policía las dispersara.
En el sur, en Daael, a 30 km al norte de Deraa, 300 personas que llevaban banderas sirias gritaron "Daael y Deraa no se dejarán humillar".
Según asociaciones de los derechos humanos, 3.000 personas se manifestaron en Banias, a 250 km. al noroeste de Damasco, y varios cientos en Hama, donde una revuelta de los Hermanos Musulmanes fue reprimida cruentamente en los años 1980, dejando cerca de 20.000 muertos.
En un comunicado en Facebook, "la Unión de la juventud siria" llamó a "Bashar al Asad y a los miembros de su régimen a dimitir" y a establecer un "gobierno de transición formado por todos los componentes del pueblo".
El diario del partido en el poder, Al Baas, dice sin embargo que "una nube pasajera pasó, pero Siria demostró su voluntad de superar la crisis".
Al ser Siria, como Irán, un estado que ni reconoce a Israel, ni persigue a los movimientos de resistencia contra Israel (Hamas y Hezbolá), algunos de los que dicen ser defensores de la democracia y de los derechos humanos en Siria e Irán son sólo partidarios de Estados Unidos e Israel, o agentes suyos.
Las manifestaciones tuvieron lugar en varias localidades, sobre todo en Deraa (epicentro de la revuelta), Sanamein, Daael (sur), la capital Damasco, Banias y Hama, según militantes de los derechos humanos y corresponsales de la AFP.
Vídeos colgados en Youtube muestran manifestaciones en Homs, al nordeste de Damasco, y en Lataquia. Una página de Facebook asegura que también las hubo en Deir el Zor y en Raqa (nordeste).
Según un habitante, a la salida de la mezquita Al Omari de Deraa, los manifestantes gritaban consignas hostiles al régimen.
Los defensores de los derechos humanos denunciaron 100 muertos el miércoles en manifestaciones en Deraa, una ciudad agrícola de 75.000 habitantes.
En sus inmediaciones, los soldados cargaron sacos de arena en camiones y autobuses del ejército apostados en los cruces por los que se accede a los pueblos de la región.
Con motivo de este "Día de la Dignidad" lanzado en Facebook, cientos de personas se manifestaron en Damasco tras participar en la oración en la mezquita de los Omeyas. Desfilaron a gritos de "Deraa es Siria", "Dios, Siria, libertad y nada más".
Se cruzaron con partidarios del régimen que les contestaban: "Con nuestra sangre y nuestra alma, nos sacrificaremos por Bashar" al Asad.
La AFP vio a policías de paisano llevarse al menos a cinco manifestantes.
Según un testigo, 200 personas desfilaron por el casco antiguo de Damasco antes de que la policía las dispersara.
En el sur, en Daael, a 30 km al norte de Deraa, 300 personas que llevaban banderas sirias gritaron "Daael y Deraa no se dejarán humillar".
Según asociaciones de los derechos humanos, 3.000 personas se manifestaron en Banias, a 250 km. al noroeste de Damasco, y varios cientos en Hama, donde una revuelta de los Hermanos Musulmanes fue reprimida cruentamente en los años 1980, dejando cerca de 20.000 muertos.
En un comunicado en Facebook, "la Unión de la juventud siria" llamó a "Bashar al Asad y a los miembros de su régimen a dimitir" y a establecer un "gobierno de transición formado por todos los componentes del pueblo".
El diario del partido en el poder, Al Baas, dice sin embargo que "una nube pasajera pasó, pero Siria demostró su voluntad de superar la crisis".
Al ser Siria, como Irán, un estado que ni reconoce a Israel, ni persigue a los movimientos de resistencia contra Israel (Hamas y Hezbolá), algunos de los que dicen ser defensores de la democracia y de los derechos humanos en Siria e Irán son sólo partidarios de Estados Unidos e Israel, o agentes suyos.