"Vergüenza", una serie de TV a la conquista de San Sebastián


San Sebastián. - Que seas fotógrafo de bodas y la novia acabe dándote un bofetón es algo que sólo puede pasarle a una persona narcisista... y patética. Y eso es precisamente lo que le sucede a Javier Gutiérrez en la serie española "Vergüenza", que hoy se presenta en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián.



Una escena de la serie Vergüenza
Una escena de la serie Vergüenza
Por primera vez, el certamen cinematográfico presenta una serie a concurso, y la proyecta íntegra y del tirón: diez capítulos que suman casi cinco horas de duración, planteando todo un desafío a cualquier cinéfilo (o seriéfilo). Y para quien quiera más, el viernes la Sección Oficial presentará -fuera de concurso- los dos primeros episodios de "La peste", del también español Alberto Rodríguez.
En "Vergüenza", el ganador de un Goya por "La isla mínima" da vida a Jesús, un fotógrafo de bodas con ínfulas de creador artístico que comparte con su mujer, Nuria (Malena Alterio) la increíble capacidad de hacer el ridículo en cualquier situación, poniéndose en evidencia de la forma más humillante. Juntos, tendrán que resolver si se trata de un virus pasajero o si lo suyo es una enfermendad crónica.
Juan Cavestany ("Gente en sitios") y Álvaro Fernández Armero ("Las ovejas no pierden el tren") codirigen y firman el guión de esta serie que han tardado nueve años en sacar adelante. "No eran negativas, es que era imposible porque no existía el caldo de cultivo para un producto así", explica Fernández Armero sobre su periplo por las distintas cadenas de televisión tras rodar el piloto.
"En la televisión generalista no existía el hueco para una comedia de este tipo. Ha tenido que haber un importante giro en la ficción televisiva y en los hábitos de consumo", añade Cavestany, hasta que finalmente la plataforma privada de televisión Movistar+ se lanzó a producir series propias. Su estreno está previsto para noviembre.
Según Cavestany, la serie estaba escrita desde el primer momento para Javier Gutiérrez, que por aquel entonces no había ganado el Goya y se encontraba rodando "Águila Roja" (cuyo personaje de Sátur le daría a conocer entre el gran público). "Su persona, su físico, su forma de actuar y su sentido del humor iba mucho con el tono que queríamos dar", señala. "Es un actor capaz de arriesgar mucho".
Y es que hacer el ridículo de la manera en que lo hace Jesús, metiendo la pata en cada ocasión, no parece tarea fácil. Fernández Armero reconoce que muchas de esas situaciones les han ocurrido a ellos, las han soñado o han tenido pesadillas con que pudieran suceder. "El meollo es autobiográfico", añade Cavestany.
Y aunque ambos entienden las críticas suscitadas en festivales como el pasado Cannes, donde incluso el presidente del jurado, Pedro Almodóvar, cuestionaba que pudiera llegar al palmarés una producción que no vaya a estrenarse en cines, ellos -como no podía ser de otra manera- defienden su presencia en el Zinemaldia.
"Creo que hay que estar siempre a favor de la evolución, los tiempos están cambiando rapidísimo y hay que adaptarse", sostiene Fernández Armero. "Aunque tampoco quiero que desaparezca el cine", añade dubitativo. Mientras tanto, ellos han regado de calzoncillos blancos -de verdad- el cartel promocional de su película, pues... ¿vergüenza? Ninguna.
Martes, 26 de Septiembre 2017
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
           


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