"Violencia y honor van de la mano"

Suda 51: El Tarantino de los videojuegos. El creador japonés, conocido por su estilo violento y lleno de guiños al cine, presenta 'No More Heroes 2'


Después de una cenorra en la que se ha zampado sopa de pescado, unos noodles, un par de cervezas y medio mojito, Goichi Suda (1968; nombre artístico: Suda 51) parece más tímido de lo que cabe esperar de alguien a quien todo el mundo califica de "Tarantino de los videojuegos".



Imagen de No More Heroes
Imagen de No More Heroes
JESÚS ROCAMORA - PARÍS - Mantiene el equilibrio y no pierde los papeles después de una sesión fotográfica donde le piden que se ponga un cono de carretera por sombrero y, al instante, colocárselo en la entrepierna. Para nada: pasada la medianoche, cuando los malos salen de casa y los buenos se cubren con las sábanas, Suda sólo mira con cara de piedad y lo intenta: "Tengo siesta", dice, para que sepamos que se quiere ir a dormir. Qué tierno. Antes, todo sea dicho, se ha prestado a grabar una entrevista para televisión sentado en un retrete, en homenaje a una de las imágenes más conocidas de Travis Touchdown, protagonista de su videojuego No More Heroes, y también después de fingir para Público que asesinaba a una camarera con un cuchillo de cocina.
"Antes de unirme a la industria de los videojuegos, trabajé de enterrador"
El japonés, presidente de su propia compañía, Grasshopper Manufacture, ha pasado por Europa para presentar precisamente No More Heroes 2 (a la venta a finales de abril), secuela de aquel título que en 2007 fue aplaudido por la prensa y el público, además de por su cóctel estético, por abrir una consola familiar como es la Wii a contenidos menos políticamente correctos: sexo, violencia, política... y máquinas tragaperras.
La cita es en un hotel de París, en cuyas paredes cuelgan obras del artista japonés Nobuyoshi Araki, conocido por sus escenas extremas con mujeres atadas y en posturas sumisas, y que bien podrían ser del gusto de Suda, que antes de trabajar en esto ejerció de enterrador. ¿O es otro de los bulos que rodean a quien ya ha alcanzado la categoría de rock star? "Es cierto: antes de unirme a la industria del videojuego, trabajé como enterrador. Pero no tiene nada de maldito. Preparábamos los cuerpos. Así es que es algo diferente a lo que se puede imaginar...", aclara. "¿Qué hice aquella mañana en la que decidí dejarlo y pasarme a este lado? Los game designers somos humanos, así que fui al baño por la mañana", bromea, otra vez, jugando a confundirse con el gamberro de Travis.
En realidad, el game designer "tiene que pensar en todo", dice. Es como el director de cine en una película: Suda mantiene el control artístico de sus proyectos y amarra el modo en que un videojuego sucede y se juega. Los suyos suelen tener puntos en común con su personalidad y sus aficiones, empezando por la violencia: "Soy japonés, así que me gustan mucho las películas de la yakuza de los sesenta y setenta. Me inspiran, están llenas de violencia que yo quiero trasladar a otro lenguaje. En una situación en la que alguien lucha contra otro, se puede ver la humanidad real que hay detrás de cada uno y de todo ello. Humanidad y honor están muy vinculados a la violencia".
"Me gustan mucho las películas de la yakuza de 1960 y 1970, me inspiran"

Tele, moda y katanas láser

El resto de sus obsesiones lo han hecho famoso como devorador pop: ahí están en sus juegos la sobredosis de cultura otaku, las chicas, el manga, las katanas láser, los moteles como refugio del héroe, pero también los homenajes a la lucha libre, los guiños al hard rock y la música j-pop, a la moda y a un estilo de vida marcado por la tele, el teléfono móvil y los videojuegos. "Cualquier cosa que hagas en la vida la puedes meter en un videojuego, cualquier cosa puede ser descrita, siempre teniendo en cuenta el medio en el que trabajas y su lenguaje propio. Sexo y política también. Lo hacen en cine, y no sé por qué nosotros no vamos a hacerlo también ", dice. Y no teme ser censurado, ni siquiera pensando en la Wii como una máquina familiar. Al contrario: "No tengo miedo. Lo que he querido es explorar ideas, y eso incluye explorar elementos como el sexo o la política. No More Heroes nació para un hardware determinado, pensado para ser utilizado de una manera muy concreta", zanja.
Junto a tanto desmadre estético, sus videojuegos plantean formas de interactuar poco convencionales, consecuencia de introducir en la trama a personajes con enfermedades mentales. Dos ejemplos: los extrañísimos Flower, Sun and Rain (2001, reeditado para Nintendo DS en 2009) y Killer 7 (2005). En el caso del primero, el jugador debe ponerse en la piel de un personaje condenado a repetir el mismo día una y otra vez, mientras intenta resolver un caso sin perder la cabeza, ya que "la historia se desarrolla realmente de forma psicológica", dice Suda.

Locos de remate

En Killer 7 (2005), cuyo ambiente recuerda al Sin City, el protagonista es en realidad siete: un asesino con personalidad múltiple. El jugador debe aprender a manejar cada uno. ¿El videojuego más raro hecho nunca? "Quizá fue demasiado nuevo entonces", reflexiona. "E hizo que la gente se sintiera rara y se acentuara esa sensación de extrañeza ante él".
En cualquier caso, le interesa, dice, jugar con los estados psicológicos: "Cuando ideo un escenario, trato de describir también qué hay detrás de cada personaje, su historia. Un personaje que es un asesino será siempre alguien que mate, y quizá lo interesante sea contar por qué mata. Puedes describir su modo de vida, también la forma en que elige matar. La forma en la que piensa".
Preguntado por el cine, Suda reconoce ser fan del director Takashi Miike (Dead or Alive), al que incluso él ha dado un pequeño cameo en No More Heroes 2. "Y el hecho de que Travis lleve dos katanas es idea suya", dice orgulloso. Pero el nombre que realmente le vuelve los ojos en blanco es el de Jodorowsky, y más cuando se entera de la posibilidad de que el escritor vuelva a la dirección. ¿Le haría el videojuego oficial? "Estaría encantado, pero, ¿está vivo?".
También el cine sería su refugio a la hora de retirarse, antes que la lucha libre. Ya puestos, ¿de quién haría un biopic? ¿De Gandhi o de Charles Manson? "Uf, ahora mismo tengo unas 40 ideas para videojuegos. Y lo que necesito es tiempo", concluye.
Lunes, 29 de Marzo 2010
Público, Madrid, España
           


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