El ex gobernador de Minnesota (norte), autor del libro "They Killed Our President" (Mataron a nuestro presidente), cree que Kennedy fue asesinado en Dallas el 22 de noviembre porque quería hacer la paz con la Unión Soviética, desafiando así la influencia del complejo militar-industrial construido tras el fracaso del desembarco -respaldado por la CIA- en Bahía de Cochinos en Cuba en 1961.
"Creo que tenía más enemigos dentro del gobierno que entre los rusos", dijo Ventura a la AFP. "Imagínese lo diferente que sería el mundo si Kennedy hubiera vivido, sin la guerra de Vietnam y el fin de la Guerra Fría en 1965".
Una comisión encabezada por el entonces presidente de la Corte Suprema, Earl Warren, concluyó sin embargo que el asesino, Lee Harvey Oswald, actuó solo.
Pero las teorías alternativas siguen vigentes a 50 años del asesinato de "JFK".
En una encuesta de Gallup publicada en 2003, sólo el 19% de los estadounidenses creía en la hipótesis de un único francotirador, mientras más de un tercio se inclinaba por la de un asesinato promovido por la CIA, y otro tercio señalaba que JFK había sido ultimado por la mafia, en tanto el presidente amenazaba sus intereses.
Muchas de las sospechas giran en torno a cómo Oswald, un exdesertor de la Unión Soviética en 1959, donde había estado hasta 1962, y con una vida problemática, pudo haber matado por su cuenta a una de las personas más poderosas del mundo, disparando desde un depósito de libros escolares, el Texas School Book Depository.
Y la posibilidad de que Oswald pudiera explicar lo ocurrido se truncó cuando el propio francotirador fue asesinado dos días después, el 24 de noviembre de 1963, por Jack Ruby, propietario un club nocturno.
"El hombre del paraguas"
En muchos libros sobre un supuesto complot para asesinar al presidente, los autores se preguntan si no había una segunda persona que disparó. Un comité del Congreso en 1979 concluyó que pruebas acústicas daban credibilidad a esta tesis, posteriormente cuestionada.
Un film de un testigo, Abraham Zapruder, dio pie a otra teoría, la del "Umbrella Man" (El hombre del paraguas), que lo abrió pese al sol radiante, un gesto interpretado como el envío de una señal al francotirador.
Otra gran teoría alternativa fue desarrollada por Oliver Stone en su película "JFK" en 1991, en la que sugiere que el vicepresidente y sucesor de Kennedy, Lyndon Johnson, estaba involucrado en el magnicidio y lo encubrió.
Stone dijo que quería crear un "contra-mito", que contribuyó a que el Congreso publicara más información sobre el atentado.
La versión oficial del asesinato de Kennedy ha sido cuestionada incluso fuera de Estados Unidos. El filósofo británico Bertrand Russell y su colega francés Jean-Paul Sartre estimaron que la Comisión Warren, por su carácter oficial, no divulgaría tesis que implicaran a políticos.
En el otro extremo del espectro político, uno de los primeros en cuestionar el discurso oficial en Estados Unidos fue Revilo P. Oliver, un académico cercano a la extrema derecha que argumentó que Kennedy, un títere según él de la Unión Soviética, había sido asesinado porque se había convertido en una carga para Moscú.
En un ensayo publicado poco después de la muerte de JFK, el historiador Richard Hofstadter consideró que estas teorías eran parte de una "tendencia a la paranoia en la política estadounidense".
"De pésima calidad"
Para el expresidente Gerald Ford, miembro de la Comisión Warren, no hay evidencias que respalden una teoría conspirativa.
La familia Kennedy apoyó el informe oficial, aunque Robert F. Kennedy Jr., sobrino del fallecido mandatario, ha cuestionado la tesis del único francotirador. Kennedy Jr. dijo que su padre, Robert F. "Bobby" Kennedy -que era fiscal general entonces y fue asesinado luego durante la campaña electoral de 1968- estimaba que la labor de la Comisión Warren había sido "de pésima calidad".
Según Lance DeHaven-Smith, profesor de la Universidad Estatal de Florida y autor de "Conspiracy Theory in América" (La teoría conspirativa en Estados Unidos), la expresión "teoría conspirativa" se popularizó inicialmente para rechazar suspicacias sobre un mal accionar del gobierno, aún cuando algunos complots, como el caso Watergate y el escándalo Irán-Contra, terminaron probándose.
"La gente que usa el término "teórico de la conspiración" y lo da por sentado realmente está comprando una campaña de propaganda que la CIA lanzó en 1967", dijo.
Ventura, en tanto, recordó que sus críticos lo consideran "un teórico de la conspiración". "Es más duro conmigo porque soy un gobernador electo", afirmó, y enfatizó no creer en la Comisión Warren.