La biblioteca, construida en el siglo XVI y que contiene más de un millón y medio de valiosos libros y 150.000 manuscritos, entre ellos la Biblia más decorada del mundo con grabados en oro que llegan a pesar 1 kilo y medio, tuvo que ser sometida a una importante obra de restauración debido a problemas en la estructura.
Para modernizar una de las bibliotecas más importantes del mundo y dotarla de un sistema electrónico de circulación de los libros que permite localizarlos e impedir también que salgan del recinto, el Vaticano invirtió 25 millones de euros, financiados en parte por la misma Biblioteca con la ayuda de patrocinadores italianos e internacionales.
El Archivista y Bibliotecario del Vaticano, cardenal Raffaele Farina, aseguró que el principal objetivo de las obras de restauración ha sido el de mejorar los sistemas de seguridad.
"Tuvimos que cerrar la biblioteca debido a la magnitud de las labores de remodelación", admitió el purpurado.
Para poder acceder a la biblioteca se requiere ser un experto de publicaciones, profesor universitario o estudioso que prepara un doctorado.
El próximo reto es la digitalización de los documentos. Se calcula que harán falta 10 años para realizarlo.
El centro de estudios suele ser frecuentado por un promedio de 4.000 estudiosos al año, algunos de los cuales protestaron inclusive ante el Papa por el prolongado cierre.
Benedicto XVI, a su vez experto en teología, prometió ocuparse personalmente del asunto y anunció que visitará el recinto al término de las obras.
Para modernizar una de las bibliotecas más importantes del mundo y dotarla de un sistema electrónico de circulación de los libros que permite localizarlos e impedir también que salgan del recinto, el Vaticano invirtió 25 millones de euros, financiados en parte por la misma Biblioteca con la ayuda de patrocinadores italianos e internacionales.
El Archivista y Bibliotecario del Vaticano, cardenal Raffaele Farina, aseguró que el principal objetivo de las obras de restauración ha sido el de mejorar los sistemas de seguridad.
"Tuvimos que cerrar la biblioteca debido a la magnitud de las labores de remodelación", admitió el purpurado.
Para poder acceder a la biblioteca se requiere ser un experto de publicaciones, profesor universitario o estudioso que prepara un doctorado.
El próximo reto es la digitalización de los documentos. Se calcula que harán falta 10 años para realizarlo.
El centro de estudios suele ser frecuentado por un promedio de 4.000 estudiosos al año, algunos de los cuales protestaron inclusive ante el Papa por el prolongado cierre.
Benedicto XVI, a su vez experto en teología, prometió ocuparse personalmente del asunto y anunció que visitará el recinto al término de las obras.