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"Ataques de este tipo, tan complejos y sofisticados, no pueden ser obra de los talibanes solos", afirmó la presidencia afgana, en lo que parece ser una acusación contra Pakistán, país vecino.
"No hay ninguna duda de que servicios secretos extranjeros" están "detrás de tales ataques", agregó.
Afganistán acusa regularmente a Pakistán de apoyar la rebelión de los talibanes para defender sus intereses estratégicos en la región.
Pakistán, que apoyó a los talibanes desde sus inicios y durante los cinco años que gobernaron (1996-2001), rechaza esas acusaciones.
Después de la caída de su gobierno, muchos de los principales dirigentes talibanes se refugiaron en Pakistán.
El viernes pasado 21 personas, entre ellas 13 extranjeros, murieron en un atentado perpetrado por los talibanes en un restaurante, "La Taberna del Líbano".
Entre las víctimas figuran tres estadounidenses, dos británicos, dos canadienses, dos libaneses, una danesa y un ruso.
El ataque reivindicado por los talibanes fue condenado por la comunidad internacional.
El domingo, una centena de personas desfiló por las calles de Kabul gritando "no al terrorismo".
Presente en la manifestación, el portavoz del ministerio afgano del Interior, Sediq Sediqqi, dijo que se estaba llevando adelante una investigación para determinar cómo fue posible que el comando haya logrado franquear los numerosos retenes que hay en Kabul.
Tres jerarcas policiales, responsables de la seguridad del barrio donde se produjo el atentado, fueron suspendidos y "serán interrogados", declaró el portavoz.
El ataque contra el restaurante fue el más mortífero cometido contra civiles extranjeros en Afganistán desde la caída de los talibanes en 2001.
