Una bomba estalló cuando pasaba un convoy de un general de la policía, cerca de Tuz Jurmatu (norte), dejando dos guardias muertos y otros tres heridos.
En Mosul, capital de la provincia de Nínive (norte), dos civiles murieron en enfrentamientos entre el ejército e insurgentes y dos soldados fallecieron al ser atacado el retén en el que estaban.
En Tikrit (norte), un soldado murió al estallar una bomba lapa colocada bajo su vehículo.
También en Tuz Jurmatu, dos hermanos murieron al estallar dos bombas que también hirieron a 18 personas más.
Las autoridades iraquíes no han sido capaces de reducir el número de ataques desde hace un año a pesar de las operaciones llevadas a cabo contra los grupos armados.
Irak, que celebrará elecciones legislativas en abril, registra desde el comienzo de 2013 un índice de violencia que no se veía desde los enfrentamientos interconfesionales de 2006-2007. Según el gobierno, más de 1.000 personas murieron sólo en el mes de enero.
En lo que va de febrero, la violencia causó más de 500 muertos, según un recuento de la AFP basado en fuentes médicas y de seguridad.