El EI señaló en un comunicado difundido por su agencia de propaganda Amaq que los ataques fueron perpetrados por suicidas. Las explosiones se registraron durante las misas del domingo, en un intervalo de pocos minutos, y gran parte de las víctimas son fieles cristianos.
Según el jefe de la policía, Tito Karanvian, los autores pertenecían a una misma familia: eran el padre, la madre y cuatro de sus hijos, entre ellos dos niñas de 9 y 12 años.
Las dos mayores organizaciones islámicas del país condenaron los ataques y señalaron que contravienen los principios básicos del islam. El papa Francisco recordó hoy a las víctimas y rezó por encontrar "lugar para la reconciliación y fraternidad en los corazones de todos, y no sólo odio y violencia".
El primer ataque se dirigió contra la iglesia católica de Santa María y se produjo alrededor de las 07:30 horas (00:30 GMT), cuando la gente esperaba el inicio de la misa, informó el portavoz policial Frans Barung Mangara. Entre los muertos allí estaría uno de los atacantes suicidas.
Le siguieron otra en la iglesia pentecostal GPPS y luego una tercera en la protestante GKI.
El presidente del país, Joko Widodo, confirmó que una atacante de la última iglesia llevada a dos niños con ella. Entre las víctimas hay niños, "dos de ellos de unos diez años utilizados por los autores del ataque suicida", dijo.
El resto de los ataques fueron perpetrados por su marido y sus hijos de 16 y 18 años, según la policía. No está claro si alguno de ellos sobrevivió.
"Estos atentados terroristas son crueles e inhumanos", dijo Widowo tras visitar a las víctimas en el hospital e inspeccionar los daños en las iglesias de Surabaya. No hay palabras para describir nuestro dolor por las víctimas de este acto de terrorismo", dijo urgiendo a los indonesios a la unidad para combatir esa lacra en el país.
La agencia de inteligencia nacional había apuntado antes al grupo Jemaat Ansharud Daulah (JAD), vinculado al EI, como responsable de los ataques. Su líder, Aman Abdurrahman, está siendo juzgado en Indonesia por un atentado perpetrado en 2016.
Según un portavoz de inteligencia, el grupo había planeado otros ataques, pero contra objetivos policiales. "Habían planificado atacar objetivos policiales el 11 de mayo, pero como la Policía estaba preparada, eligieron objetivos alternativos", señaló Wawan Purwanto a la emisora Metro TV.
La televisión mostró una motocicleta destrozada que se cree fue utilizada por el suicida de la iglesia de Santa María y vehículos ardiendo delante de la segunda. Miembros de la unidad de artificieros de la Policía intentaban desactivar lo que parecía ser un artefacto sin explotar a las afueras de otra iglesia.
Surabaya, capital de la provincia de Java Oriental, es la segunda ciudad más grande de Indonesia, con más de 2,6 millones de habitantes.
Por otro lado, la Policía aseguró hoy haber abatido a cuatro supuestos militantes del mismo grupo terrorista JAD y arrestado a otros dos, horas antes de los ataques durante un tiroteo con la Policía en Cianjur, en Java Occidental. Según el portavoz Setyo Wasisto, existía la sospecha de que planeaban atentar contra objetivos policiales.
Indonesia, el país con la mayor población musulmana del mundo, ha sufrido varios atentados por parte de milicianos islamistas desde el año 2000, cuando 18 personas murieron en ataques coordinados contra iglesias en Nochebuena. Más del 85 por ciento de los ciudadanos del país son musulmanes, mientras las iglesias protestantes y cristianas constituyen en torno al 10 por ciento de la población.
La Policía ha sido también un objetivo frecuente de ataques después de que lanzara una gran operación contra los islamistas tras los atentados de 2002 en la isla de Bali, que mataron a 202 personas.
Según el jefe de la policía, Tito Karanvian, los autores pertenecían a una misma familia: eran el padre, la madre y cuatro de sus hijos, entre ellos dos niñas de 9 y 12 años.
Las dos mayores organizaciones islámicas del país condenaron los ataques y señalaron que contravienen los principios básicos del islam. El papa Francisco recordó hoy a las víctimas y rezó por encontrar "lugar para la reconciliación y fraternidad en los corazones de todos, y no sólo odio y violencia".
El primer ataque se dirigió contra la iglesia católica de Santa María y se produjo alrededor de las 07:30 horas (00:30 GMT), cuando la gente esperaba el inicio de la misa, informó el portavoz policial Frans Barung Mangara. Entre los muertos allí estaría uno de los atacantes suicidas.
Le siguieron otra en la iglesia pentecostal GPPS y luego una tercera en la protestante GKI.
El presidente del país, Joko Widodo, confirmó que una atacante de la última iglesia llevada a dos niños con ella. Entre las víctimas hay niños, "dos de ellos de unos diez años utilizados por los autores del ataque suicida", dijo.
El resto de los ataques fueron perpetrados por su marido y sus hijos de 16 y 18 años, según la policía. No está claro si alguno de ellos sobrevivió.
"Estos atentados terroristas son crueles e inhumanos", dijo Widowo tras visitar a las víctimas en el hospital e inspeccionar los daños en las iglesias de Surabaya. No hay palabras para describir nuestro dolor por las víctimas de este acto de terrorismo", dijo urgiendo a los indonesios a la unidad para combatir esa lacra en el país.
La agencia de inteligencia nacional había apuntado antes al grupo Jemaat Ansharud Daulah (JAD), vinculado al EI, como responsable de los ataques. Su líder, Aman Abdurrahman, está siendo juzgado en Indonesia por un atentado perpetrado en 2016.
Según un portavoz de inteligencia, el grupo había planeado otros ataques, pero contra objetivos policiales. "Habían planificado atacar objetivos policiales el 11 de mayo, pero como la Policía estaba preparada, eligieron objetivos alternativos", señaló Wawan Purwanto a la emisora Metro TV.
La televisión mostró una motocicleta destrozada que se cree fue utilizada por el suicida de la iglesia de Santa María y vehículos ardiendo delante de la segunda. Miembros de la unidad de artificieros de la Policía intentaban desactivar lo que parecía ser un artefacto sin explotar a las afueras de otra iglesia.
Surabaya, capital de la provincia de Java Oriental, es la segunda ciudad más grande de Indonesia, con más de 2,6 millones de habitantes.
Por otro lado, la Policía aseguró hoy haber abatido a cuatro supuestos militantes del mismo grupo terrorista JAD y arrestado a otros dos, horas antes de los ataques durante un tiroteo con la Policía en Cianjur, en Java Occidental. Según el portavoz Setyo Wasisto, existía la sospecha de que planeaban atentar contra objetivos policiales.
Indonesia, el país con la mayor población musulmana del mundo, ha sufrido varios atentados por parte de milicianos islamistas desde el año 2000, cuando 18 personas murieron en ataques coordinados contra iglesias en Nochebuena. Más del 85 por ciento de los ciudadanos del país son musulmanes, mientras las iglesias protestantes y cristianas constituyen en torno al 10 por ciento de la población.
La Policía ha sido también un objetivo frecuente de ataques después de que lanzara una gran operación contra los islamistas tras los atentados de 2002 en la isla de Bali, que mataron a 202 personas.