Los coches bomba estallaron en un café, un mercado, una calle importante de la capital y una zona en la que hay varios concesionarios de automóviles.
En otras partes del país, una bomba estalló en un café, situado cerca de Baquba (60 km al noreste de la capital), causando la muerte de cuatro personas e hiriendo a ocho más.
Otros atentados, con coches bomba, se produjeron en Mishahada (norte de Bagdad) -con saldo de dos muertos y quince heridos- y en otras cuatro localidades al sur de Bagdad, que dejaron dos muertos y ocho heridos.
El miércoles, una decena de atentados, cometidos en su mayoría contra barrios chiitas en Bagdad, dejaron al menos 21 muertos.
Irak está sumido desde el comienzo de 2013 en una nueva espiral de violencia que recuerda a la de 2008, cuando el país salía de dos años de un conflicto entre religiones que causó decenas de miles de muertos, después de la invasión estadounidense de 2003.
La nueva escalada se ha incrementado por el descontento de la minoría sunita, que se siente marginada por el gobierno del chiita Nuri al Maliki, y por el conflicto en la vecina Siria, que fortaleció a los insurgentes sunitas a ambos lados de la frontera.