No suele ser frecuente que haya tanto número de víctimas por un mortero pues los talibanes tratan de reunirse lo menos posible en grupos grandes. Representantes de las fuerzas afganas y extranjeras están actualmente en el terreno para evaluar la situación, según un comunicado de la ISAF.
Zabiulá Mudjahid, portavoz de los talibanes, reconoció la muerte de 13 insurgentes, así como de otros 9 heridos.
Según Najibulá Gujar, jefe de la policía del distrito de Chapa Dara, entre 40 y 60 rebeldes perdieron la vida. Estos hombres habían venido, según él, para proceder a la ejecución pública de un hombre condenado a muerte por la justicia talibán por haber matado a un individuo el viernes.
Más de 30 insurgentes perdieron la vida en el bombardeo, entre los que había árabes, chechenos y paquistaníes, afirmó por su parte a la AFP Mohammad Daud Zarba, adjunto al jefe de la policía provincial. Estos hombres querían atacar y conquistar Chapa Dara, estimó.
Dost Mohammad, un testigo contactado por la AFP, explicó que 80 talibanes habían llegado al distrito para poner fin a una disputa entre dos familias, que abocó en la muerte de un hombre.
"Solo 15 escaparon al bombardeo. Los cadáveres quemados yacían en el suelo", contó.
Expulsados a finales de 2001 del poder que ocupaban por la coalición internacional, los talibanes llevan a cabo desde entonces una rebelión sangrienta contra las tropas extranjeras y las fuerzas de seguridad afganas.
Kunar, en el este del país, es uno de los bastiones talibanes, que escapa en buena parte al control del Estado afgano. La ISAF realiza actualmente una ofensiva en esta provincia, así como en los territorios vecinos, para expulsar a los insurgentes.