"Al menos 39 personas murieron y más de 70 por ciento de la aldea ha sido arrasada", dijo el gobernador del estado de Borno, Kashim Shettima, culpando a los rebeldes islamistas de este ataque perpetrado el martes por la noche.
Muchos de los cadáveres fueron llevados a la mezquita central de la zona y dispuestos en línea en el patio.
Entre los cadáveres había cuerpos de mujeres y niños, apuntó un corresponsal de la AFP.
Decenas de hombres armados irrumpieron en el pueblo antes del anochecer en camionetas 4x4, y abrieron fuego contra cientos de viviendas de forma indiscriminada, según algunos habitantes.