"Hasta esta mañana, hemos encontrado más de 40 cuerpos, todos ellos civiles, en los aseos. Los equipos de la Cruz Roja y de la policía están buscando por si hay más víctimas", declaró a la AFP Tedy Kataliko, presidente de la Sociedad Civil del territorio de Beni, donde se encuentra la aldea de Kamango en la que se produjo el ataque.
Añadió que había una "decena" de personas "heridas de gravedad". "Mas de diez casas fueron incendiadas", explicó el responsable de esta Sociedad Civil, que agrupa a sindicatos y ONG.
El miércoles de madrugada, unos hombres armados se apoderaron de Kamango, poco protegida por el ejército regular, y ubicada a unos 500 kms al norte de Goma, la capital de la provincia de Kivu del Norte.
Por la tarde, unos helicópteros sudafricanos de la brigada de intervención de la ONU bombardearon las posiciones de los atacantes y a última hora del día el ejército retomó el control de la ciudad.
La Sociedad Civil de Kivu del Norte afirmó que los autores del ataque eran rebeldes ugandeses de las Fuerzas Aliadas Democráticas-Ejército Nacional para la Liberación de Uganda (ADF-Nalu), que estaban asociados a militares ugandeses.
El ADF-Nalu actúa en Kivu del Norte. Actualmente está compuesto por islamistas y dirigido desde 2007 por Jamil Mukulu, sobre el que pesan sanciones de la ONU desde 2011.
Desde 2001, el ADF-Nalu figura en la lista de organizaciones terroristas elaborada por Estados Unidos.
El miércoles por la noche, diez camiones de soldados de los comandos del ejército congoleño dejaron Goma con dirección al territorio de Beni. La capital, también llamada Beni, se halla a unos 90 kms de Kamango.
Estos militares deben reforzar la unidad de reacción rápida de las FARDC (el ejército de RDC), en misión desde hace algunos días en la zona del Beni.
A fines de octubre, el presidente Joseph Kabila había lanzado un ultimátum a los grupos armados del este del país, instándolos a deponer las armas, bajo amenaza de obligarlos a hacerlo por la fuerza.
Desde el final de la rebelión del Movimiento del 23 de marzo (M23) - que capituló el 5 de noviembre tras 18 meses de lucha armada- varios grupos armados han expresado su voluntad de deponer las armas, y miles de combatientes ya se han rendido.