Avigdor Lieberman
El intempestivo anuncio de Netanyahu y Lieberman del jueves de que los dos partidos presentarían una lista conjunta fue calificado de "Big bang de la derecha" por la prensa israelí del viernes.
Al aliarse con Israel Beiteinu el Likud, que ya es considerado ganador de las legislativas por las encuestas, podría formar un amplio bloque nacionalista, con fuerte tendencia derechista.
Esa maniobra permitiría a Netanyahu liberarse, al menos parcialmente, de la inestabilidad crónica de las coaliciones gubernamentales, regidas por el sistema de la proporcional integral.
"En Israel, el primer ministro necesita una fuerza importante y coherente que lo apoye, un mandato claro que le permita ocuparse de los verdaderos problemas", declaró el jueves Netanyahu.
Según una encuesta citada por los medios de comunicación y realizada por el director de campaña de Lieberman, la lista conjunta obtendría 51 bancas de las 120 en la próxima Knesset (parlamento unicameral).
En cambio, otros sondeos pronostican un resultado inferior a lo que representan juntos el Likud e Israel Beiteinu, la tercera fuerza política en la Knesset, o sea 42 escaños (respectivamente 27 y 15).
"Nosotros no estamos preocupados por las encuestas, lo que nos interesa es la construcción de un amplio sector nacionalista", declaró el viernes Lieberman a la prensa.
"Israel debe pasar a un sistema de grandes partidos. Nosotros no tendremos jamás dos grandes partidos como Estados Unidos, pero debemos unirnos para garantizar la estabilidad del sistema de gobierno", agregó.
Si ganase, "Bibi" Netanyahu estaría seguro de continuar en el cargo de primer ministro, sin rotación, y Avigdor Lieberman, un populista autoritario, obtendría sin duda alguna una posición clave en el futuro gobierno.
Los dirigentes del centro y de la izquierda denunciaron una desviación "nacionalista" e incluso "racista" del Likud.
Lieberman, un colono que fue jefe del gabinete de Netanyahu en los años '90, es célebre por sus posiciones contra los árabes y sus declaraciones ultranacionalistas.
"El demonio nacionalista salió del armario. Netanyahu se sacó la máscara", dijo a la radio pública el jefe del partido de centro-derecha Kadima, Shaul Mofaz, al tiempo que hacía un llamado al "centro israelí a unirse para conducir a Israel de regreso a sus valores".
El acercamiento de Netanyahu y Lieberman "podría (...) alentar a los partidos de centro-izquierda a anunciar una cooperación estrecha en el marco de un frente de salvación nacional", sostuvo Yossi Sarid, un editorialista del diario de izquierda Haaretz.
Ese frente "tendrá una sola misión: no a 'Bieberman'", agregó.
Al ser interrogada por la radio pública, la dirigente laborista Shelly Yashimovish hizo un llamado a la creación de un "bloque de centro-izquierda integrado por partidos centristas y miembros moderados del Likud".
En las últimas semanas, los medios señalaron la inclinación de candidatos interrogados --como el ex primer ministro Ehud Olmert y la ex ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni-- de formar un bloque centrista para hacer un frente contra Netanyahu.
La alianza Likud-Irael Beiteinu también amenaza a los partidos religiosos, que podrían perder su papel clave e incluso ser excluidos de la próxima coalición gubernamental.
Según los analistas, el pacto con Avigdor Lieberman implica para Netanyahu la adopción, al menos parcial, del programa de Israel Beiteinu, que incluye la conscripción militar de los estudiantes de los "yeshivot" (escuelas religiosas judías), la reducción de los poderes del rabinato y el fin de la proporcional integral.
El parlamento israelí convocó a elecciones legislativas anticipadas para el 22 de enero de 2013, ocho meses antes del final de su legislatura.
Al aliarse con Israel Beiteinu el Likud, que ya es considerado ganador de las legislativas por las encuestas, podría formar un amplio bloque nacionalista, con fuerte tendencia derechista.
Esa maniobra permitiría a Netanyahu liberarse, al menos parcialmente, de la inestabilidad crónica de las coaliciones gubernamentales, regidas por el sistema de la proporcional integral.
"En Israel, el primer ministro necesita una fuerza importante y coherente que lo apoye, un mandato claro que le permita ocuparse de los verdaderos problemas", declaró el jueves Netanyahu.
Según una encuesta citada por los medios de comunicación y realizada por el director de campaña de Lieberman, la lista conjunta obtendría 51 bancas de las 120 en la próxima Knesset (parlamento unicameral).
En cambio, otros sondeos pronostican un resultado inferior a lo que representan juntos el Likud e Israel Beiteinu, la tercera fuerza política en la Knesset, o sea 42 escaños (respectivamente 27 y 15).
"Nosotros no estamos preocupados por las encuestas, lo que nos interesa es la construcción de un amplio sector nacionalista", declaró el viernes Lieberman a la prensa.
"Israel debe pasar a un sistema de grandes partidos. Nosotros no tendremos jamás dos grandes partidos como Estados Unidos, pero debemos unirnos para garantizar la estabilidad del sistema de gobierno", agregó.
Si ganase, "Bibi" Netanyahu estaría seguro de continuar en el cargo de primer ministro, sin rotación, y Avigdor Lieberman, un populista autoritario, obtendría sin duda alguna una posición clave en el futuro gobierno.
Los dirigentes del centro y de la izquierda denunciaron una desviación "nacionalista" e incluso "racista" del Likud.
Lieberman, un colono que fue jefe del gabinete de Netanyahu en los años '90, es célebre por sus posiciones contra los árabes y sus declaraciones ultranacionalistas.
"El demonio nacionalista salió del armario. Netanyahu se sacó la máscara", dijo a la radio pública el jefe del partido de centro-derecha Kadima, Shaul Mofaz, al tiempo que hacía un llamado al "centro israelí a unirse para conducir a Israel de regreso a sus valores".
El acercamiento de Netanyahu y Lieberman "podría (...) alentar a los partidos de centro-izquierda a anunciar una cooperación estrecha en el marco de un frente de salvación nacional", sostuvo Yossi Sarid, un editorialista del diario de izquierda Haaretz.
Ese frente "tendrá una sola misión: no a 'Bieberman'", agregó.
Al ser interrogada por la radio pública, la dirigente laborista Shelly Yashimovish hizo un llamado a la creación de un "bloque de centro-izquierda integrado por partidos centristas y miembros moderados del Likud".
En las últimas semanas, los medios señalaron la inclinación de candidatos interrogados --como el ex primer ministro Ehud Olmert y la ex ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni-- de formar un bloque centrista para hacer un frente contra Netanyahu.
La alianza Likud-Irael Beiteinu también amenaza a los partidos religiosos, que podrían perder su papel clave e incluso ser excluidos de la próxima coalición gubernamental.
Según los analistas, el pacto con Avigdor Lieberman implica para Netanyahu la adopción, al menos parcial, del programa de Israel Beiteinu, que incluye la conscripción militar de los estudiantes de los "yeshivot" (escuelas religiosas judías), la reducción de los poderes del rabinato y el fin de la proporcional integral.
El parlamento israelí convocó a elecciones legislativas anticipadas para el 22 de enero de 2013, ocho meses antes del final de su legislatura.