Andy Serkis debuta como director con el drama "Breathe"


Toronto, 12 sep (dpa) - Cualquier amante del cine de aventuras sabe quién es Gollum de "El señor de los anillos", César de "El planeta de los simios" o King Kong. Sin embargo, no todos saben que detrás de estos personajes está el actor británico Andy Serkis, quien se estrenó como director en el Festival de Cine de Toronto con "Breathe", basada en un caso real.



Una escena de Breathe
Una escena de Breathe
Si bien Serkis es uno de los actores más famosos especializados en la técnica de "captura de movimiento", que gracias a la colocación de sensores en el cuerpo del actor, permite recrear una amplia galería de personajes mediante la digitalización -desde un poco agraciado hobbit a un mono con intelecto humano-, no es la primera vez que el actor se sienta detrás de cámara: ya fue asistente de dirección en la saga "El Hobbit", de Peter Jackson.
En "Breathe" Claire Foy (la reina Isabel II en la serie de Netflix "The Crown") y Andrew Garfield ("Hacksaw Ridge") interpretan a Robin y Diana Cavendish, un matrimonio que tuvo que reacomodar por completo sus vidas cuando, a los 28 años, le diagnosticaron poliomelitis a Robin.
Desde entonces, el matrimonio británico luchó incansablemente por que Robin pudiera llevar una vida fuera del hospital sin estar atado a una cama y conectado a un respirador. "Lograr vivir fuera del sistema hospitalario en esa época, 1959, era como escalar el Everest", dijo hoy Serkis al presentar la película en Toronto.
"Estoy muy agradecido con que esta sea mi primera película porque es una visión increíblemente vívida, brillante, vibrante e ingeniosa del desastre", apuntó Serkis, quien tiene en posproducción su segunda película como director, "The Jungle Book", una adaptación del clásico de la literatura con tecnología de captura de movimiento, en la que también interpreta al oso Baloo.
Serkis recordó que su padre era médico y su madre enseñaba a niños con discapacidades. Además, tiene una hermana en silla de ruedas. "Me crié viendo niños con polio u otras enfermedades y me sentía muy conectado con este mundo", dijo. "La gente responde a la adversidad de tantas maneras... algunos pueden enfrentarla y otros no. Pero lo increíble de esta historia es el ingenio que tuvieron estas dos personas para hacer frente la adversidad".
Entre las numerosas estrategias de los Cavendish, una fue desarrollar una silla de ruedas con la que Robin –a quien le dieron tres meses de vida por la polio y vivió hasta los 64- se pudiera mover y respirar a la vez sin estar atado a una cama, algo inusual para la época, en la que los pacientes con esa enfermedad vivían hospitalizados.
Uno de los aspectos más interesantes de "Breathe" es que su productor es Jonathan Cavendish, el único hijo de Robin y Diana. "Como productor siempre estás buscando historias y hace 15 años un día me desperté y pensé 'mhm, la de mis padres es una buena historia'", contó el productor de películas como "Elizabeth: The Golden Age" o las dos primeras "Bridget Jones".
Para Garfield, que interpreta a Robin y que cuenta sólo con su cara como único recurso actoral en toda la película, uno de los aspectos más interesantes de "Breathe" fue poder incorporar la pérdida de la conexión con el mundo a través del cuerpo.
"Robin era un hombre muy atlético, extrovertido, el líder de la tribu, un aventurero. ¿Qué pasa cuando el cuerpo, esa fuente primaria de comunión con la gente, la vida, naturaleza, se pierde?", se preguntó el actor. "Agradezco haber tenido esa experiencia por un breve periodo, empatizar lo más que pudiera. Ese es uno de los regalos de ser actor, ponerte en el lugar del otro".
Garfield tuvo que basar su actuación en lo que pudo saber de Robin por sus charlas con su hijo, Jonathan. Foy, en cambio, tuvo la suerte de conocer a Diana, que aún vive, y que fue recibida con una larga ovación el lunes por la noche en la gala en la ópera Roy Thompson Hall de Toronto.
"Creo que no se puede subestimar lo que es cuidar a alguien de esa manera, ser todo para el otro, saber que no puede existir sin ti", dijo Foy. "Diana es grandiosa".
Serkis, por su parte, contó que no quería hacer un documental dramático con una visión oscura de algo que afecta a tanta gente. "No queríamos contar una historia literal de supervivencia sino una metáfora de estos tiempos sobre el poder del amor", explicó.
"Ya no parece existir en el mundo un amor como el que tuvieron estas dos personas. Y no era un amor romántico ni una obligación", dijo. "Para mí el amor es empatía, es poder conectarse con el punto de vista de otro y eso es lo que hicieron ellos dos. Vivimos en un mundo descartable en el que es más fácil irse".
Martes, 12 de Septiembre 2017
DPA (Deutsche Press Agency-Agencia de Prensa Alemana)
           


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