Shakira
La presencia árabe en América del Sur alcanza su mayor cuota en Brasil y Argentina, países donde dicha comunidad está afincada desde hace décadas y ha echado raíces en la esfera empresarial y política.
Con más de 12 millones de personas de origen árabe -especialmente sirios y libaneses- Brasil es el segundo mayor destino mundial de las inversiones árabes, detrás de Gran Bretaña, según un informe de 2010 de la consultora internacional Ernest&Young.
Emiratos Árabes tiene fuertes inversiones en Brasil a través del ADIA, uno de los mayores fondos soberano del mundo, que posse edificios en Rio, y altas participaciones en la Bolsa de São Paulo y en bonos brasileños, según la Cámara de Comercio Árabe-Brasileña.
Qatar también ha realizado fuertes inversiones, especialmente en el sector financiero y bancario. En 2010, Qatar Holdings adquirió un 5% de la filial brasileña del Banco Santander por un monto de casi 2.000 millones de dólares.
El actual alcalde de Sao Paulo, Gilberto Kassab, y Demétrio Habib, creador de Saara, el mayor centro comercial callejero de Rio de Janeiro, son algunas de las personalidades brasileñas de origen árabe.
Sirios y libaneses también son mayoría en la comunidad árabe de Argentina, que suma unos 4 millones de personas, según cifras de asociaciones del sector. Líderes empresariales, legisladores nacionales, gobernadores de provincia, y un ex presidente, Carlos Menem (1989-1999), muestran la fuerte influencia de esta comunidad en Argentina.
Las inversiones árabes en territorio argentino alcanzaron los 500 millones de dólares en los últimos dos años, según la Cámara de Comercio Argentino-Árabe, y provinieron recientemente de Qatar y Emiratos Árabes, en áreas como hoteles, transporte aéreo, portuario y terminal de cruceros.
Chile, por su parte, cuenta con una comunidad árabe más reducida, predominantemente de palestinos, que ocupan un lugar destacado en el país desde hace generaciones, cuando llegaron en oleada migratoria a principios del siglo XX.
La comunidad palestina chilena, que conforman unas 350.000 personas, es la más grande fuera de los países árabes, según la embajada palestina en Santiago, y tiene la particularidad de estar representada por un club de fútbol de la primera división, el Palestino.
En Colombia, la comunidad árabe se cifra en un millón y medio de personas, según la organización Encuentro Cultural Colombo-Árabe. A ella pertenece la superestrella pop Shakira, de origen libanés al igual que el ex presidente Julio César Turbay (1978-1982).
Paradójicamente Perú, anfitrión de la cumbre, tiene una pequeña comunidad árabe, menor a 10.000 personas, la mayoría palestinos, seguidos por libaneses y sirios, según cifras de la oficina de censos.
El emirato de Dubai, a través del operador portuario Dubai Ports World, tiene presencia en Perú, donde ha participado en la construcción de la nueva terminal portuaria de Callao, una de las mayores en el Pacífico sudamericano. Este mismo grupo tiene previstas inversiones para modernizar el puerto de Mariel, en Cuba, donde los fondos Diar, de Qatar, están llevando a cabo inversiones millonarias en turismo con la construcción de un moderno hotel en Cayo Largo (isla al sur de Cuba), que abriría en 2015.
En América Latina en general, que concentra cerca de 60% del total de las reservas de agua mundiales, el acceso a este recurso tiene particular interés para inversionistas árabes, especialmente en Brasil, que por sí solo reúne cerca del 13 por ciento de las reservas mundiales.
México, que aún no integra ASPA, aunque existen pedidos de sus miembros para que se incorpore junto a los países centroamericanos y del Caribe, tiene actualmente a una de las principales figuras de origen árabe en América Latina, el empresario de las telecomunicaciones Carlos Slim, nacido en Líbano, que posee una de las mayores fortunas del mundo.
La III Cumbre de América del Sur y de Países Arabes (ASPA), el lunes y martes en Lima, reúne a jefes de Estado y de gobierno, y en forma paralela a más de 400 empresarios, para mejorar la cooperación e intercambios comerciales entre ambas regiones.
La tercera edición de la cumbre de ASPA sigue a las realizadas en Brasil en 2005 y en Doha en 2009.
Con más de 12 millones de personas de origen árabe -especialmente sirios y libaneses- Brasil es el segundo mayor destino mundial de las inversiones árabes, detrás de Gran Bretaña, según un informe de 2010 de la consultora internacional Ernest&Young.
Emiratos Árabes tiene fuertes inversiones en Brasil a través del ADIA, uno de los mayores fondos soberano del mundo, que posse edificios en Rio, y altas participaciones en la Bolsa de São Paulo y en bonos brasileños, según la Cámara de Comercio Árabe-Brasileña.
Qatar también ha realizado fuertes inversiones, especialmente en el sector financiero y bancario. En 2010, Qatar Holdings adquirió un 5% de la filial brasileña del Banco Santander por un monto de casi 2.000 millones de dólares.
El actual alcalde de Sao Paulo, Gilberto Kassab, y Demétrio Habib, creador de Saara, el mayor centro comercial callejero de Rio de Janeiro, son algunas de las personalidades brasileñas de origen árabe.
Sirios y libaneses también son mayoría en la comunidad árabe de Argentina, que suma unos 4 millones de personas, según cifras de asociaciones del sector. Líderes empresariales, legisladores nacionales, gobernadores de provincia, y un ex presidente, Carlos Menem (1989-1999), muestran la fuerte influencia de esta comunidad en Argentina.
Las inversiones árabes en territorio argentino alcanzaron los 500 millones de dólares en los últimos dos años, según la Cámara de Comercio Argentino-Árabe, y provinieron recientemente de Qatar y Emiratos Árabes, en áreas como hoteles, transporte aéreo, portuario y terminal de cruceros.
Chile, por su parte, cuenta con una comunidad árabe más reducida, predominantemente de palestinos, que ocupan un lugar destacado en el país desde hace generaciones, cuando llegaron en oleada migratoria a principios del siglo XX.
La comunidad palestina chilena, que conforman unas 350.000 personas, es la más grande fuera de los países árabes, según la embajada palestina en Santiago, y tiene la particularidad de estar representada por un club de fútbol de la primera división, el Palestino.
En Colombia, la comunidad árabe se cifra en un millón y medio de personas, según la organización Encuentro Cultural Colombo-Árabe. A ella pertenece la superestrella pop Shakira, de origen libanés al igual que el ex presidente Julio César Turbay (1978-1982).
Paradójicamente Perú, anfitrión de la cumbre, tiene una pequeña comunidad árabe, menor a 10.000 personas, la mayoría palestinos, seguidos por libaneses y sirios, según cifras de la oficina de censos.
El emirato de Dubai, a través del operador portuario Dubai Ports World, tiene presencia en Perú, donde ha participado en la construcción de la nueva terminal portuaria de Callao, una de las mayores en el Pacífico sudamericano. Este mismo grupo tiene previstas inversiones para modernizar el puerto de Mariel, en Cuba, donde los fondos Diar, de Qatar, están llevando a cabo inversiones millonarias en turismo con la construcción de un moderno hotel en Cayo Largo (isla al sur de Cuba), que abriría en 2015.
En América Latina en general, que concentra cerca de 60% del total de las reservas de agua mundiales, el acceso a este recurso tiene particular interés para inversionistas árabes, especialmente en Brasil, que por sí solo reúne cerca del 13 por ciento de las reservas mundiales.
México, que aún no integra ASPA, aunque existen pedidos de sus miembros para que se incorpore junto a los países centroamericanos y del Caribe, tiene actualmente a una de las principales figuras de origen árabe en América Latina, el empresario de las telecomunicaciones Carlos Slim, nacido en Líbano, que posee una de las mayores fortunas del mundo.
La III Cumbre de América del Sur y de Países Arabes (ASPA), el lunes y martes en Lima, reúne a jefes de Estado y de gobierno, y en forma paralela a más de 400 empresarios, para mejorar la cooperación e intercambios comerciales entre ambas regiones.
La tercera edición de la cumbre de ASPA sigue a las realizadas en Brasil en 2005 y en Doha en 2009.