Según las reglas de sucesión en el reino, el poder se transmite de hermano a hermano, respetando el derecho de mayorazgo, entre los hijos del rey Abdel Aziz (Ibn Saud), fundador del reino. Y es el rey el que, al acceder al trono, nombra a su príncipe heredero.
Sin embargo el rey Abdalá, de 90 años, designó por decreto y ante la sorpresa general el jueves a su hermanastro Muqrin (69 años), el más joven de los 35 hijos del fundador del reino.
Muqrin, que dirigió durante siete años (entre 2005 y 2012) los servicios de inteligencia, es considerado una persona cercana al rey, su "confidente", según diplomáticos.
El actual príncipe heredero, Salman, de 79 años, tiene problemas de salud, y una fuente del círculo de poder indicó a la AFP que "podría haber decidido dejar de pretender al trono".
"El rey Abdalá parece preocupado por el estado de salud del príncipe heredero, y quizás quiso cortocircuitar a los partidarios de este último, que no parecen dispuestos a admitir esa fragilidad", explica Simon Henderson, director del programa del Golfo en el Instituto Washington.
Henderson estima que la decisión del rey podría provocar una "batalla política" en el seno de la familia real.
- Preparar a su hijo para el trono -
El decreto real, anunciado la víspera de un encuentro en Riad del rey Abdalá con el presidente estadounidense Barack Obama, parece destinado a prevenir los problemas de sucesión en una región donde la violencia y la inestabilidad no cesan.
Con su decisión el rey quiere "poner el país a resguardo de situaciones desagradables", opinó el diario saudita Asharq Al-Awsat en un editorial.
Sin embargo, una fuente cercana al círculo del poder indicó a la AFP que el rey planea al mismo tiempo preparar a su hijo primogénito, Mitab, ministro de la Guardia Nacional, para el trono, situándolo en tercer lugar en el orden de sucesión.
El príncipe Muqrin será proclamado soberano "en caso de vacante simultánea en los cargos de príncipe heredero y rey", según el decreto real.
El nombramiento de Muqrin, aprobado "por más de tres cuartas partes" de los 34 miembros del Consejo de Fidelidad y aceptado por el príncipe Salman, es irrevocable, señala el decreto.
La decisión de Abdalá llega además tras presiones estadounidenses para que la clase dirigente saudita se rejuvenezca, según fuentes diplomáticas.
"La estabilidad del reino es una prioridad para Estados Unidos", explicó otro diplomático.
Pero el reino "tiene más capacidad de resolver sus asuntos internos que lo que piensan sus amigos estadounidenses", añadió el analista saudita Abderramán Al-Rashed.